Argentina | Familiares de víctimas de femicidio piden reunirse con el presidente: ya van 44 en 2021

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Familiares de víctimas de femicidio reclaman justicia y piden una audiencia con el Presidente

Familiares de víctimas de femicidios y sobrevivientes se concentraron frente a la Casa Rosada para reclamar justicia por las víctimas y volvieron a entregar un petitorio de audiencia con el presidente Alberto Fernández.

La concentración comenzó poco después de las 12 en Plaza de Mayo, donde decenas de familiares y amigos colocaron fotos de las víctimas de femicidio, junto a su nombre y edad y una bandera para exigir justicia.

«Venimos a pedir justicia, lamentablemente tenemos que seguir luchando para eso», dijo en diálogo con Télam Alfredo Soggiu, padre de Carla, la joven de 28 años con hidrocefalia que murió en diciembre de 2019, luego de que los golpes recibidos por parte de expareja, Sergio Funes, le causaran desorientación y cayera al Riachuelo.

«Necesitamos que nos reciba el Presidente, que escuche nuestro testimonio, esta lamentable experiencia que nos tocó atravesar para que entienda por qué hay que cambiar el foco. Las cosas no funcionan, no sólo hay que actuar cuando hay un femicidio, hay que enfocarse en la prevención para que no siga pasando», agregó el hombre.

Asimismo, aseguró que «lo de Úrsula» la joven de 18 años asesinada por su expareja, el policía bonaerense Matías Martínez, «era evitable, la chica hizo 17 o 18 denuncias, confió en la justicia, una justicia que evidentemente no funciona, como tampoco la policía, por eso el Estado deber ponerse a ordenar estas cosas».

«Cada vez hay más femicidios y no hay una respuesta para que no pasen, no hay políticas públicas que funcionen para cuidar a nuestras hijas, falta perspectiva de género en todas las instituciones», apuntó Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz, de 19 años, asesinada en Tigre.

«Estamos cansados de pedir justicia y que no nos escuchen, nos apoyamos entre nosotras, nos damos fuerza, eso nos sirve para seguir, pero no debería pasar, deberíamos obtener justicia, nadie nos va a devolver a nuestras hijas», agregó la mujer.

Por su parte, Mónica Ferreyra, madre de Araceli Fulles, asesinada hace casi cuatro años en el partido bonaerense de San Martín, afirmó: «Estamos en la lucha porque estas muertes se pudieron haber evitado, mi lucha va a servir para ayudar a las que están vivas, a mi hija no me la van a devolver».

Los familiares aseguraron que esta es la quinta vez que entregan en la Mesa de Entradas de Casa Rosada un pedido de audiencia con el Presidente, teniendo en cuenta la gestión anterior y la actual, y afirmaron que no obtuvieron una respuesta.

Durante un breve acto, los familiares recordaron a las víctimas y describieron el estado de las causas judiciales.

Para el cierre, el actor Tomás Fonzi leyó un listado con los nombres de todas las mujeres asesinadas en lo que va del año y finalizó con un pedido al unísono de todos los presentes: «Ni una más».

Télam


Hubo 44 femicidios en los primeros 41 días del año y familiares de las víctimas reclamaron Justicia en Plaza de Mayo

En los primeros 41 días de 2021 ya se registraron 44 femicidios y 36 intentos de asesinato por razones de género Este miércoles familiares de las víctimas reclamaron en Plaza de Mayo.

Los datos surgen de un relevamiento del Observatorio Luicía Pérez, que precisó que en los primeros 41 días del año ya se registraron 44 femicidios (cinco de ellos vinculados) y otros 36 intentos de homicidio por razones de género.

El último de los ataques registrados fue el de Úrsula Bahillo, la joven asesinada por su expareja en la localidad bonaerense de Rojas.

Según el listado difundido por el Observatorio, entre el 1 de enero y el 10 de febrero se produjo un femicidio cada 22 horas.

En tanto, el desglose de los datos indica que en el 31,8 por ciento de los casos el agresor fue la actual de la víctima, mientras que el 27,2 por ciento de los asesinatos fueron cometidos por las exparejas.

Además, el Observatorio relevó que un 13 por ciento de los femicidios fueron cometidos por familiares cercanos de las víctimas y un 11 por ciento, por conocidos.

De las mujeres asesinadas, 12 eran madres. Sus asesinatos dejaron a 29 niños y niñas huérfanos.

LAS 44 VÍCTIMAS Y EL RECLAMO EN PLAZA DE MAYO

Este miércoles, agrupaciones de familiares de las víctimas de femicidios y sobrevivientes convocaron a un acto en Plaza de Mayo en cual leyeron los nombres de las mujeres asesinadas por razones de género en 2021 y exigieron Justicia.
Los familiares de las víctimas reclamaron que “el Estado tome medidas concretas paa parar la máquina de violencia”.

En este aspecto, resaltaron que la violencia femicida también naida en la Policía y el Poder Judicial, que “ampara las políticas discursivas funcionales a la impunidad de estos crímenes”.

UNA POR UNA, LAS VÍCTIMAS DE FEMICIDIOS EN 2021

Graciela Flores, Elisa Robles, Analía del Rosario, Néstor Hernández, tío de Ailén Quiroga, Martín Ariel Salto, pareja de Ailén Quiroga, Alexis Salto, cuñado de Ailén Quiroga, Noelia Albornoz, Bebé de Elisa Robles, Gabriela Verónica Lencina, Mariana Madonna, María Florencia Ascaneo, Yésica Celina Paredes y Ana Astorga.

Además, Alicia Moreno, Anabella Viviana Olmos, Jaqueline del Carmen Pino, Nancy Villa, Marcia Acuña, Natalia Maldonado, Felipa Correa, mamá de Viviana Palma, Yésica Viviana Palma, Karen Jazmín Ponce, Jacinta Ester Acosta, Cintia Edith Romero, Carla Yanina Gomelsky, Corina Soledad Irazu, María José Villalón Escudero, Ivana Soledad Juárez y Margarita Mercedes Zárate.

El listado de víctimas de femicidios se completa con: Nilda Peano, Rosa Gabriela Vallejos, María Belén Montenegro, Rocío Macarena Quesada, Esther Mamani Canaviri, Melina Laura Rojas Urbano, Noelia Vanina Sánchez, Milagros Orieta, Melisa Moyano, Liliana Beatriz Stefanatto, Mariano Tornatore, esposo de Ángeles Castañares, Ángeles Castañares, Noelia Vanessa Lobo Noble,Florencia Belén Linchinsky, Úrsula Bahillo.

AM 750


El dolor de su familia, el desconsuelo de los más jóvenes y el anhelo de todo un pueblo: así fue la despedida de Úrsula Bahillo

Por Pilar Safatle

En el año 2001, Adolfo Bahillo y Patricia Nasutti recibieron la noticia que esperaron durante 10 años de tratamientos de fertilidad: iban a tener una nena, Úrsula, su primera y única hija.

Esta semana, apenas 18 días antes de que su hija festejara su cumpleaños número 19, Úrsula Bahillo fue degollada y apuñalada al menos 15 veces en un paraje rural cercano a Rojas, su ciudad natal, al noreste de la provincia de Buenos Aires. Junto a ella estaba el agente de la Policía Bonaerense Matías Ezequiel Martínez, su ex novio, que la tenía amenazada de muerte y a quien había denunciado en varias oportunidades por violencia de género. Es el único imputado por el crimen.

Este miércoles por la mañana, Patricia recibió a un grupo de periodistas en la puerta de su casa, acompañada de su marido y su padre. “Úrsula estará llegando en un rato”, dijo ante las cámaras mientras acariciaba un mechón de su pelo. “Sigo entera porque todavía no vi a nuestra hija. Cuando la vea quizás me derrumbe, pero voy a seguir entera porque quiero que todo salga a la luz”.

Cerca de las dos de la tarde, el cuerpo de Úrsula finalmente llegó en una ambulancia a una casa velatoria ubicada a apenas dos cuadras del centro de Rojas. Atrás llegaron sus padres, su abuelo y otros pocos familiares junto a un asesor del Ministerio de Seguridad bonaerense que los acompañó durante todo el día y permaneció con ellos en su casa.

En los minutos que siguieron, la puerta de la funeraria Casa Solari se llenó de familiares, vecinos y amigos de Úrsula que se acercaron a despedirla en un velorio con un estricto protocolo de prevención del contagio por el COVID-19. La enorme mayoría eran jóvenes, chicos y sobre todo chicas de su edad, que entraban y salían impactados de la sala velatoria y se abrazaban en busca de consuelo.

Al velorio también asistió Belén Miranda, otra joven de Rojas que estuvo un año en pareja con Martínez y a quien también denunció por haberla amenazado de muerte con su arma cargada. Martínez, su agresor, que estaba separado de la Policía Bonaerense desde el año 2020 con una carpeta psiquiátrica y había sido despojado de su arma reglamentaria, asesinó a Úrsula tres años después de esa amenaza con un cuchillo de carnicero, de acuerdo a la imputación en su contra.

Belén conocía de primera mano el infierno que pasaba Úrsula y por eso ambas habían estado en contacto en el último tiempo, habían intercambiado mensajes de aliento, Belén incluso la había alentado a que lo denunciara. “Vas a salir de esta”, le prometió en un mensaje. Pero las advertencias de Úrsula en la Justicia, está claro, no fueron escuchadas. Antes de entrar al velorio, Belén rompió en llanto con la sensación de que podría haber hecho más: “Tal vez me siento culpable por lo que pasó”, dijo. De inmediato una marea de brazos la rodeó para calmarla y la llevó lejos de las cámaras.

Lo mismo dijo en diálogo con Infobae Milagros, de 16 años, que era amiga de Úrsula hacía apenas tres años y fue la última persona que la vio el domingo pasado, cuando Martínez rompió una vez más la restricción de acercamiento que le había impuesto la Justicia para amenazar una vez más a su ex. Milagros se ofreció a salirle de testigo y junto a su novio fueron hasta la comisaría para denunciar lo que había pasado. “Me pesa que esa denuncia haya sido lo que lo enfureció y lo llevó a matarla”, dijo este miércoles. Hace más de un día que no vuelve a su casa, que no come, que no se baña. Quiere responder todas las preguntas de todos los medios que la consulten, siente que se lo debe a Úrsula.

A las 17.30, Patricia y Adolfo sacaron junto a otros familiares el cajón hasta la calle, donde muchos vecinos y amigos de su hija esperaban todavía para verla y despedirla.

El cortejo pasó después por la plaza central de Rojas -donde los padres de Úrsula tienen “Urbana” una pequeña heladería y confitería- y se detuvo frente a la Iglesia San Francisco de Asís, donde se llevó a cabo un breve responso. Afuera ocurrió uno de los momentos más conmovedores de la jornada: una multitud de vecinos esperó en un respetuoso silencio que los familiares sacaran el cajón para subirlo por las escalinatas y con un grito repetido de “¡Justicia!” estalló en aplausos y las campanadas. La mitad de los presentes, de nuevo, eran en su mayoría jóvenes y adolescentes.

A la salida, cuando el cortejo ya se dirigía hacia el Cementerio Parque ubicado en la ruta 188, el que quebró en llanto fue su abuelo. “Vamos pa. Fuerza que todavía hay que hacer justicia”, lo atajó Patricia. Luego tomó la palabra el cura y los testimonios de Belén y de Milagros volvieron a resonar.

“Yo también me siento culpable”, expresó el religioso, que este domingo oficiará una misa en honor de la joven. No era, sin embargo, una apreciación personal, la convicción desde que él, o sus amigas, o su familia, o la ex novia del detenido, podrían haber cambiado la historia. Era un mensaje para la comunidad, para todos los ciudadanos que esta semana vieron en carne viva los resultados del desamparo estatal: “No mueran pensando que las cosas no se pueden cambiar. Úrsula murió esperando que alguien la cuidara, no permitamos que eso pase de nuevo”.

Entre la indignación de la multitud -que se replicó en marchas y homenajes a lo largo de todo el país- el llanto de los más jóvenes y la desolación de sus familiares, los vecinos de Rojas hablan de “un antes y un después”.

A pesar de que la investigación del crimen avanza en torno a Martínez (y hasta el momento lejos de una hipótesis de encubrimiento policial), se percibe una sensación de esperanza de que el nombre y la muerte de Úrsula sean un recordatorio perpetuo y un primer paso para desandar el camino de soledad y desprotección que atraviesan muchas de las víctimas de violencia de género.

Infobae


Femicidas policías: medidas insuficientes y falta de información para prevenir casos como el de Úrsula

Por Luciana Rosende

En la última década, por lo menos 48 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas miembros de fuerzas de seguridad en el Área Metropolitana Buenos Aires, según los registros del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). De acuerdo a las estadísticas que lleva la Casa del Encuentro, esos casos fueron 214 desde 2008. Y, según el observatorio Mumalá, representan el 12 por ciento del total de los femicidios cometidos en lo que va del año. Los datos se vuelven nombre en casos como el de Úrsula Bahillo, asesinada en Rojas por su ex novio, un policía bonaerense con varias denuncias previas por violencia de género.

“Desde el CELS venimos siguiendo el fenómeno de los femicidios perpetrados por miembros de las fuerzas, esto se está moldeando claramente como un problema. No hay datos oficiales al respecto, construimos la información a partir de lo que sale en los medios y sólo en el AMBA, donde de 2010 a 2020 por lo menos 48 mujeres fueron asesinadas por parejas o ex parejas de fuerzas federales, de la Ciudad y provincial”, indicó Victoria Darraidou, coordinadora del Equipo de Seguridad y Violencia Institucional del CELS, en diálogo con Tiempo.

“Hubo en los últimos años ciertas respuestas institucionales para abordar la violencia de género en los efectivos, tanto en el ámbito de trabajo como en su vida privada. Pero ahí tenemos otro gran problema que nos trae a colación este caso, que es la poca publicidad que hay sobre medidas de gobierno que se toman sobre fuerzas”, advirtió Darraidou. Y contó que en 2017, tras un pedido de información para conocer qué hacía el Ministerio de Seguridad de la Provincia ante estos casos, respondieron desde la gestión de María Eugenia Vidal que un protocolo indicaba pasos a seguir y se confeccionaba además un registro. “Estamos tratando de indagar sobre la vigencia e implementación de ese protocolo, y lamentablemente no tenemos esa información. Para el rol que cumplimos desde las organizaciones y medios, parece inaudito que ya pasaron varias horas de este hecho y no podemos dar con esa información”, alertó la especialista.

“Lo que lamentablemente sí nos indica este caso es que hubo denuncias específicas sobre Matías Martínez, que cumplía funciones en San Nicolás, pero evidentemente no se activaron los mecanismos necesarios para actuar preventivamente. Las alarmas estaban prendidas y sabemos que estaba bastante cajoneado, porque hizo lo que hizo y no tenía especiales vigilancias sobre él –remarcó Darraidou- Pero no tenemos información específica que indicara medidas del Ministerio de Seguridad con relación a las denuncias sobre él”.

Sobre esa falta de precisiones también apuntó María Victoria Aguirre, de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá): “Lo que planteamos -y lo pedimos cuando presentamos el proyecto de emergencia Ni Una Menos en el Congreso, que ya perdió estado parlamentario- es que digan cuál es el protocolo que siguen las fuerzas cuando van a denunciar a sus propios agentes”. Y agregó: “Nos ha pasado de tener víctimas de violencia o femicidios donde la víctima tenía denuncias hechas a un agente de la fuerza que no fue separado del cargo, sin pericias psiquiátricas y lo mandan a su casa con el arma reglamentaria, es un desquicio”.

Aguirre insistió sobre la necesidad de que haya un monitoreo sobre esas denuncias y convocó a las 17.30 a concentrarse en la Casa de la Provincia de Buenos Aires. “Lo que queremos exigirle a la Provincia, donde no es la primera vez que pasa, es un llamado de atención a (Sergio) Berni para ver qué va a hacer con las fuerzas de seguridad. Hoy es el responsable”, destacó.

En la Casa del Encuentro, desde que se conoció el femicidio de Úrsula no paran de sonar los teléfonos. “Desde ayer estamos desbordadas de llamados de mujeres que están consultadas porque con los períodos de Aspo y Dispo (la cuarentena y el distanciamiento por la pandemia de coroanvirus) la mayoría no acude. Cuando suceden este tipo de femicidios tan cruentos y mediáticos, nos desbordamos. En este momento nuestra labor es contener a las mujeres y sus familias”, dijo a este diario Ada Rico, referente de ese espacio.

Sobre los femicidas policías, planteó que “este caso es mediático, pero hay tantísimos. Se están repitiendo los femicidios con estas características. Estamos en las calles pero todo continúa igual”. Y agregó: “Cuando siendo mujer vas a hacer una denuncia, estás atemorizada. Imaginémonos si esa denuncia en una comisaría es contra alguien que pertenece a esa fuerza. Muchas veces no la hacen”. La familia de Úrsula sí la hizo, más de una vez. Pero no alcanzó.

Aunque las capacitaciones de la Ley Micaela están siendo implementadas, según Rico se necesita un mayor seguimiento y formación por más tiempo. “Se tiene que trabajar en módulos entre compañeros de policías. Para que entiendan que esto que cometió su compañero es un delito, no puede estar protegido. En un alto porcentaje tienen protección. No se maneja de la misma manera a un agresor que no pertenezca a las fuerzas”. “Este femicidio se podría haber evitado”, sentenció Rico. Y pidió que “no se naturalice. Hoy es mediático, pero mañana pasa a otro tema y no se resuelve nada”.

Este miércoles, dos días después del femicidio, el ministro de Seguridad Bonaerense, Sergio Berni, y el jefe de la Policía provincial, Daniel García, dispusieron la intervención de la seccional local que actuó en el caso de Úrsula y de la Comisaría de la Mujer de Rojas. Aseguraron también que habrá “auditorías preventivas” por parte de Asuntos Internos para evaluar el rol de los agentes en la represión en las manifestaciones de pedido de Justicia. Una de las amigas de la víctima recibió un balazo de goma en la cara por el que casi pierde un ojo. También tomó intervención la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia, que comenzó a tomar testimonio a las víctimas de la represión.

Tiempo Argentino


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