Paraguay | Efraín Alegre, líder opositor: “El lawfare es una realidad que se viene imponiendo en América Latina”

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Entrevista al líder opositor Efraín Alegre

Por Luca Guillén, de la redacción de NODAL

Efraín Alegres es presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), la principal fuerza de oposición al gobierno de Mario Abdo Benítez, y obtuvo el segundo lugar en las últimas elecciones presidenciales con una diferencia menor del 5% de los votos. El pasado 28 de enero una jueza envió a Alegre a prisión preventiva en el marco de una causa que investiga supuestos documentos falsos en la rendición de gastos de campaña. 20 días estuvo detenido hasta que fue revocada la prisión preventiva. Desde el PLRA afirman que se trata de un caso de persecución política comandada por el presidente Abdo Benítez y el expresidente Horacio Cartes para proscribir a Alegre en las elecciones de 2023. En conversación con NODAL, Alegre afirma que “es urgente, no solo en Paraguay sino en la región, minimizar la influencia del sistema judicial como actor partidario en la esfera política”

¿Cómo analiza la situación de los derechos humanos en Paraguay en la actualidad?

Paraguay es un país que tiene todavía serias deudas en relación a los derechos humanos, a pesar de haber suscripto en la era democrática los principales tratados que rigen en la materia. Solo a modo de ejemplo, el último informe de Amnistía Internacional hace referencia a varias cuestiones pendientes de DDHH en nuestro país como son: los derechos de los pueblos indígenas, derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) o incluso la independencia del Poder Judicial. Con la pandemia la situación acabó agravándose aún más en ciertos ámbitos como la situación laboral y el acceso a la alimentación de muchos ciudadanos, la situación al interior de las cárceles, o respecto a la acción policial dado que, al comienzo de la cuarentena, hubo episodios de abusos, uso excesivo de la fuerza, etc.

Mención especial el caso ocurrido en septiembre pasado cuando las Fuerzas de Tarea Conjunta, en un enfrentamiento con la guerrilla EPP, mataron a dos niñas argentinas, ambas menores de edad. No solo fueron presuntamente ejecutadas sino que el manejo que se hizo con posterioridad a la muerte de la escena del crimen, de la evidencia, de los cuerpos, fue bastante criticado. Y habría una tercera niña que estaría desaparecida. Eso generó roces con la diplomacia argentina y motivó una dura nota de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, exigiendo a Paraguay investigación y aclaración tanto de las muertes de las dos niñas como de la desaparición de la tercera.

¿Por qué considera que lo apresaron 20 días bajo la «prisión preventiva»?

Mi encarcelamiento es consecuencia de la política frontal que hacemos al gobierno actual de Mario Abdo Benítez y su sostén político que es Horacio Cartes, ex presidente durante el periodo anterior. Nosotros venimos sostenidamente denunciando la cooptación del crimen organizado y la mafia en las altas esferas gubernamentales. Claramente mi procesamiento y encarcelamiento es una reacción de este sistema que no admite voces disidentes.

A ello habría que sumar el deplorable nivel en que se encuentra la justicia paraguaya. No lo decimos nosotros solamente sino el último informe de FreedomHouse que señaló de forma lapidaria que:

“El poder judicial de Paraguay es nominalmente independiente, pero los lavadores de dinero, los narcotraficantes y los políticos corruptos han cooptado a las autoridades judiciales locales. Las garantías constitucionales del debido proceso no se cumplen, en gran parte debido a la corrupción que permea el sistema judicial. Las personas con influencia o acceso al dinero con frecuencia pueden obtener un trato favorable en el sistema judicial.”

Afortunadamente la reacción ciudadana a nivel nacional y las cartas y artículos desde el exterior sirven todavía de contrapeso frente a los poderes fácticos y, en este caso en particular, hicieron cierta presión sobre la jueza y el fiscal que acabaron concediendo nuevamente mi libertad.

¿Qué opina del lawfare en la región?

El lawfare es lamentablemente una realidad que se viene imponiendo en América Latina en los últimos años. Si hace 30 o 40 años eran los golpes militares quienes hacían caer gobiernos o privar de su libertad a líderes nacionales, hoy esa acción proviene desde adentro del mismo sistema institucional. La judicialización de la política y la politización de la justicia están presente en nuestros países y acaban socavando nuestras democracias.

Paraguay cumplió 32 años de la caída de la dictadura militar del Gral. Stroessner el pasado 2 y 3 de febrero. Una de nuestras deudas pendientes sigue siendo el poder judicial. Necesitamos dotarle de autonomía respecto al partido colorado y garantizar su independencia y eficiencia.

Es urgente, no solo en Paraguay sino en la región, minimizar la influencia como actor partidario del sistema judicial en la esfera política.


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