Bolivia | Julio Peñaloza Bretel, periodista: “Al MAS no le ha ido bien ni en términos numéricos ni en términos cualitativos”

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Entrevista a Julio Peñaloza Bretel, periodista boliviano

Por Nicolás Retamar, de la redacción de NODAL

Bolivia celebró el domingo 7 de marzo las elecciones departamentales, regionales y municipales, siendo la segunda elección en pandemia y la primera desde el regreso de la democracia que devolvió a la presidencia al MAS en la figura de Luis Arce y David Choquehuanca.

Pese al lento avance del escrutinio final, ya hay algunos resultados importantes que permiten pensar el nuevo escenario político que se vislumbra en Bolivia. NODAL dialogó con el periodista Julio Peñaloza Bretel, quien analizó los resultados parciales y el impacto del nuevo panorama que se avecina para el gobierno de Luis Arce.

¿Qué lectura hace de las elecciones subnacionales y su importancia?

Considerando que este es un país tan diverso que tiene Cordillera de los Andes, montañas, valles templados hacia el medio de su geografía, llanos, trópicos y Amazonía, esta diversidad hace que la elección sea muy importante en la medida en que las nueve gobernaciones y los 340 municipios por los que se ha votado el domingo 7 de marzo revisten una trascendencia grande dado que son las expresiones institucionales de la democracia más cercanas al ciudadano. El municipio es el que resuelve tu problema de alumbrado público, buena provisión de agua potable, recojo de basura, mejoramiento de tus calles y más. Esta elección es importantísima también por el hecho de que, haciendo una valoración de lo que han sido las distintas gestiones de gobernaciones y alcaldías de las ciudades principales, han habido muchos problemas, mucha corrupción y mucha ineficiencia. Por ejemplo, la alcaldía de Cochabamba a cargo de José María Leyes llevó adelante una serie de acciones vinculadas a hechos irregulares como la adquisición de mochilas para estudiantes de la educación pública que consistieron en un negociado y sobreprecio escandaloso que prácticamente acabaron con su carrera política. La importancia de las elecciones pasa por la renovación de figuras y esperamos que por mejor calidad de gestión tanto a nivel gobernación como a nivel alcaldía.

¿Qué análisis hace del desempeño del Movimiento Al Socialismo en las elecciones departamentales, regionales y municipales?

El Movimiento Al Socialismo (MAS) en términos territoriales va a ganar la mayor cantidad de alcaldías en el país. En este momento detenta 247 de 340 alcaldías. Sin embargo nos circunscribiremos a nueve gobernaciones más nueve capitales de departamentos para las alcaldías y una ciudad especial como El Alto para realizar un  análisis cualitativo de esos 19 gobiernos dado que son los de mayor gravitación en el funcionamiento de la institucionalidad democrática del país. Al MAS no le ha ido bien en este sentido porque va a perder la mayor cantidad de alcaldías de capitales de departamento, aunque probablemente va a ganar la de Sucre pero todavía no está definido porque hay que repetir votación en tres mesas. En el resto de las nueve capitales hay distintas expresiones opositores que son muy regionales. No hay un mismo partido como el MAS que se haya presentado en todas las ciudades capitales. Sí Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa, pero le ha ido muy mal y sus porcentajes están entre el cuatro y el cinco por ciento. Por lo tanto no tienen ninguna incidencia ni en las alcaldías ni en las gobernaciones.

Sin embargo, tenemos expresiones regionales muy fuertes como Luis Fernando Camacho -gobernador de Santa Cruz-, Manfred Reyes Villa -alcalde de Cochabamba-, Iván Arias -alcalde de La Paz-, Johnny Torres -alcalde de Tarija- y dos personajes emergentes como Unzueta y Cámara, gobernador y alcalde de Beni respectivamente. Estas son expresiones inconexas de unas oposiciones porque en Bolivia no hay una oposición, hay varias oposiciones y esto va a tener incidencias en sus gobiernos locales y está por verse si se va a traducir en una articulación para intentar generar una fuerza política que le haga frente al MAS de cara a las elecciones para las que faltan muchísimo todavía.

El desempeño del MAS en términos generales ha sido negativo, se han tomado decisiones en cuanto a candidaturas un poco equivocadas y también se han encarado defectuosamente las estrategias de campaña considerando fundamentalmente que el principal problema del MAS está en la figura de Evo Morales rechazada por clases medias urbanas de las ciudades que ven en él al prorrogista que quiso eternizarse en el poder. Por lo tanto, en la ciudad de La Paz, que es la sede del gobierno del país y la capital política de Bolivia, ha ganado el exministro de obras públicas del gobierno de facto de Jeanine Áñez Iván Arias con casi 48% por encima de uno que era mejor candidato que él como César Dockweiler, quien revolucionó el transporte público en La Paz con las distintas líneas de teleféricos que supo construir y ha quedado con un 36%. Entonces al MAS no le ha ido bien producto de tres causales: el «antievismo» de las clases medias conservadoras y con predilección por lo neoliberal en las ciudades, malas estrategias de campaña y malas decisiones en cuanto a la elección de los perfiles de los candidatos.

¿Cuál es el papel que jugará la oposición teniendo en cuenta algunas victorias como la de Luis Fernando Camacho y Manfred Reyes Villa y algunas derrotas como la de Jeanine Áñez y Marco Pumari?

En cuanto a los ganadores, si consideramos que en el llamado eje troncal que conforman los departamentos más grandes y poblados del país que son La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, tenemos un alcalde en La Paz que fue ministro de Obras Públicas de Jeanine Áñez como Iván Arias y un alcalde en Cochabamba que es Manfred Reyes Villa, un hombre de derecha que en su momento fue socio de Gonzalo Sánchez de Losada, formó parte de lo que fue la democracia pactada y es el último dinosaurio de la política boliviana con capacidad de regresar al poder a través del voto porque la gente de Cochabamba le ha confiado la alcaldía con más del 50% de los votos, cosa que es abrumadora frente a poco más del 20% del candidato del MAS Nelson Cox, quien prácticamente quedó aplastado en términos numéricos en la elección. En Santa Cruz tenemos a Luis Fernando Camacho, a quien siempre denomino el «macho alfa» del golpe del 10 de noviembre de 2019, que tiene una visión federalista de las cosas y tiene una incidencia estrictamente regional en su departamento que es el más grande del país, el que genera economía y donde están los grandes productores ganaderos y agroexportadores. Camacho va a ser el opositor más recalcitrante del gobierno de Arce Catacora. Esos son los ganadores indiscutibles. Podría sumar a Eva Copa aunque viene del riñón del MAS, que es la principal equivocación que ha cometido el Movimiento Al Socialismo en este proceso eleccionario. Eligió a Zacarías Maquera en vez de elegir a Eva Copa que, al no haber sido elegida candidata del MAS, se fue para otra tienda política también de perfil Aymara que es «Jallalla La Paz” de Felipe «El Malku» Quispe, que recientemente ha fallecido y cuya candidatura a la gobernación la ha asumido su hijo Santos. Eva Copa es la ganadora más rotunda de estas elecciones municipales con el 67% frente a un 22% del candidato del MAS, pero ella no es parte del proyecto político antipopulista, como le llamaría la derecha boliviana a todo lo que signifique Evo Morales y sus desprendimientos o conexiones voluntarias e involuntarias. Este ha sido el principal error del MAS. Eva Copa será una especie de híbrido entre opositora y no opositora porque va a tener mayor capacidad de negociación de ciertos temas con el gobierno central de Luis Arce Catacora, cosa que le va a ser más dificultoso tanto a Arias en La Paz, a Manfred Reyes Villa en Cochabamba y a Luis Fernando Camacho en Santa Cruz.

¿De qué manera pueden incidir en la gestión del presidente Luis Arce los resultados de las gobernaciones que pasan a segunda vuelta?

Es muy probable que tampoco le vaya bien al MAS porque van a sumarse todos los “antievo” para evitar que el MAS gane esas gobernaciones. Si el MAS llega a sumar las gobernaciones de Cochabamba que ya está asegurada, la de Oruro y probablemente la de La Paz, va a tener de nueve gobernaciones el control de tres y de 10 municipios el control de solamente uno. Al MAS no le ha ido bien ni en términos numéricos ni en términos cualitativos, entonces aquí tenemos un voto cruzado porque mientras el MAS gana la elección presidencial de 2020 con el 55.10% de los votos, en las elecciones subnacionales pierde en las principales ciudades y gobernaciones que estarán a cargo de distintas oposiciones regionales, que tienen incidencia solamente en sus departamentos y es muy importante repetirlo. Los candidatos afines al MAS, los candidatos ganadores del MAS y los opositores al MAS van a tener que sentarse a la mesa de negociaciones para concertar una serie de temas con el gobierno central cuando sea inevitable. Por ejemplo, en la pandemia hay competencias nacionales y competencias sub-nacionales tanto en gobernaciones como en alcaldías que hay que compatibilizar para seguir luchando contra el coronavirus y fundamentalmente para hacer exitoso todo el programa de vacunación entre el más de marzo hasta septiembre donde debiera estar vacunada la mayor parte de la población boliviana.

Tendremos un escenario muy plural con golpistas legitimados con el voto y con gente que emerge como nuevas expresiones como Unzueta y Cámara, los candidatos del Beni – el segundo departamento más grande del país- que no son ni del MAS ni de la oposición tradicional. Ambos están vinculados al » Movimiento Tercer Sistema», el partido de Félix Patzi, gobernador saliente de La Paz que es Aymara y que ha tenido capacidad para hacer presencia en el oriente del país, que en términos culturales, geográficos y climáticos, es una Bolivia completamente distinta a la que pertenece Patzi. Un último punto que hay que subrayar, que siempre me parece importante, es que el gobernador de La Paz otra vez será un Aymara y los tres principales candidatos han sido Aymaras: Franklin Flores del MAS, Santos Quispe, hijo del Malku, por Jallalla La Paz, que seguramente van a dirimir la posibilidad de acceder a la gobernación a través de una segunda vuelta, y un tercero que es un indígena de derecha que se llama Rafael Quispe y que estuvo vinculado en el viceministerio de Descolonización en el gobierno de facto de Jeanine Áñez. Ya en el departamento de La Paz lo Aymara, lo indígena originario campesino, como se lo llama en nuestra nueva Constitución aprobada a través de referéndum por el pueblo boliviano en 2009, es esencialmente indígena Aymara y eso es muy significativo porque hasta los blancoides y mestizos de la ciudad están votando por candidatos aymaras porque las mejores opciones para gobernar La Paz son precisamente las que ponen sobre la mesa a estos candidatos. Sin embargo, la ciudad de La Paz es una cosa y el departamento de La Paz es otra cosa más grande y más compleja. Por eso tenemos que el alcalde de La Paz es de la derecha vinculado al gobierno de facto de Áñez y el gobernador de La Paz viene del mundo popular e indígena, ya sea Franklin Flores o Santos Quispe, uno del MAS y otro de Jallalla La Paz.


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