El gobierno uruguayo habilita la vacunación a migrantes en situación irregular

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El titular del Ministerio de Salud Pública (MSP), Daniel Salinas, anunció este martes un nuevo avance en el plan de vacunación nacional. Se habilitó el registro de migrantes o solicitantes de refugio sin cédula de identidad, que recibirán las dosis del fármaco que les corresponda según su franja etaria.

Salinas destacó que la generación de este sistema fue un “trabajo en conjunto” con varias áreas de distintos ministerios: Cooperación Internacional del MSP, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la división de Migraciones del Ministerio del Interior.

Según se indica en la página web del MSP, se solicita como requisito el documento de identidad con el cual cada persona ingresó al país. Asimismo, en el caso de los migrantes, están habilitados aquellos que han ingresado a Uruguay al menos 90 días antes de la solicitud y que no hayan iniciado el trámite de residencia legal permanente, temporaria o temporaria del Mercosur. Además, deberán presentar el comprobante de ingreso al país, que es el sello de entrada en el pasaporte o documento entregado por Migración sellado que acredita que al ingresar presentó el test PCR.

Desde el MSP se informa que “en caso de no poseer ninguno de estos documentos” el migrante “deberá tramitar Certificado de Movimientos Migratorios”.

Aquellos que llegaron al país solicitando refugio deberán haberlo hecho mediante cualquiera de las vías que habilita la Ley 18.076 de derecho al refugio y los refugiados.

En ambos casos las personas deberán contar con los medios electrónicos que permitan hacer la inscripción y adjuntar la documentación que se le solicita.

El MSP aclara que estudiará la documentación y puede aceptar o rechazar la solicitud. En caso de avanzar en el trámite para vacunarse, esto “no implica la asignación inmediata de fecha y vacunatorio, sino que será habilitado a ingresar al sistema de agenda cumpliendo los mismos criterios que el resto de la población habilitada”.

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, hizo referencia a esta iniciativa en una rueda de prensa este martes. Destacó que los migrantes y refugiados “son parte del público rebaño; si uno quiere llegar a la inmunidad de rebaño hay que llegar a la mayor cantidad de público posible; a la covid no le importa la ideología o nacionalidad: todos los que estén en Uruguay, en la calidad que estén, vamos a procurar que se vacunen”.

Con respecto a los flujos de migrantes, Delgado señaló la situación de Rivera en donde se instalaron carpas de control sanitario, donadas por el gobierno de Estados Unidos, que permite hacerles un chequeo a las personas que llegan a la frontera. “Vienen muchos migrantes: cubanos, colombianos y, fundamentalmente, venezolanos, que atraviesan Brasil y entran por Rivera”, comentó, y añadió que la barrera del Ministerio de Defensa Nacional no los deja entrar al territorio nacional sin documentación, pero el Ministerio del Interior ha dispuesto distintos mecanismos para que puedan ingresar de forma legal con celeridad.

Según dijo Delgado, en la frontera se estableció un control sanitario que significa que se hisopa a quienes llegan y se los hace cuarentenar en caso de ser positivos y se les hace un estudio genómico, “porque tenemos mucho temor de que sean portadores de una cepa que no esté en Uruguay, vamos a generar todas las barreras de contención para que eso no pase”.

En Uruguay el ritmo de vacunación es muy bueno y posiciona al país entre los mejores de la región. Según el monitor Uruguay se Vacuna, hasta el momento 61,09% de la población objetivo ya tiene la primera dosis y 40,01% tiene ambas vacunas.

La Diaria


Vacunas e inmunidad por contagios generan fuerte caída de casos de covid-19

Casi todos los indicadores vinculados a la epidemia de covid-19 empiezan a consolidar las tendencias positivas y el final del túnel parece un poco más cerca. Los ingresos a CTI fueron uno de los primeros indicadores en cortar la tendencia al alza y ahora son los nuevos contagios diarios los que marcan una abrupta caída en los últimos días.

El 10 de junio el promedio móvil de siete días marcaba 3.679 contagios nuevos y ese número cayó a 2.139 con los datos actualizados a este martes. Además de ser el registro más bajo desde el 26 de marzo, se trata de una reducción de 1.540 casos en apenas 12 días.

¿Son las vacunas la única explicación de esta caída? Si bien la campaña de inmunización es una parte medular de la explicación, la cantidad de contagios que Uruguay tuvo también inciden en estos números, según dijo María Inés Fariello, matemática e integrante del Grupo Asesor Científico Honorario disuelto este lunes.

“Probablemente sea el efecto de la vacuna sumado a la inmunidad adquirida por contagios, que también subió mucho”, explicó en diálogo con El Observador. Uno de cada diez uruguayos (10%) ya se contagió de coronavirus mientras que el 41% ya recibió las dos dosis de la vacuna. Es decir, la mitad de la población generó anticuerpos contra el virus.

Uruguay vacunó masivamente con Coronavac, el inmunizador del laboratorio chino Sinovac, que es de las menos efectivas –entre las vacunas disponibles en el mundo– para evitar los contagios. En ese rubro tiene una efectividad de 64,5% en personas de entre 18 y 49 años y de 61,5% en aquellos de entre 50 a 69 años, según estudios realizados en Uruguay. La de Pfizer, que se aplica en mayores de 80, evita los contagios en el 80% de los casos.

Sin embargo, aquellas personas que se infectan aun teniendo las vacunas, tienen una carga viral baja y contagian menos, lo que también ayuda a cortar la transmisión. “Posiblemente en la persona vacunada, la carga viral sea muy baja, se contagie sí, pero tiene menos posibilidades de contagiar a los demás”, dijo este lunes en radio Del Sol la viróloga e integrante de la Comisión Nacional Asesora en Vacunación, María Moreno.

Esta caída de los casos, además, genera un desacople con la movilidad, dos indicadores que durante buena parte de la epidemia evolucionaron a la par. Cuando subía la movilidad, 18 días después aumentaban los contagios, según había detectado la correlación detectada por el Grupo Interdisciplinario de Análisis de Datos (Guiad). De todos modos, ese desacople no es total.

“Siempre hay como un compromiso con la movilidad. Ahora empezó a desacoplarse. La movilidad no influiría tanto como influía antes”, explicó Fariello. Este desacople, sumado a que la próxima semana empiezan las vacaciones de julio (del 28 de junio al 10 de julio) por lo que bajará la movilidad, lleva a pensar que los casos seguirán disminuyendo en los próximos días.

Muertes e ingresos a CTI

La cantidad de fallecidos y los ingresos a cuidados intensivos también muestran tendencias a la baja. El pico de casos que tuvo Uruguay a principios de junio lleva a que la cantidad de muertes todavía se mantenga alta –somos el cuarto país del mundo con más fallecidos diarios en relación a la población según Our World in Data- pero con tendencia a la baja al igual que los ingresos a los CTI.

La abrupta caída en la ocupación de camas –213 menos en tres semanas– tiene dos explicaciones: la vacuna y la alta mortalidad que todavía se arrastra por los ingresos de fines de mayo y principio de junio, explicó a El Observador el profesor de Medicina Intensiva e integrante del GACH, Arturo Briva. “Todos los días tenemos más fallecidos que altas”, dijo y agregó que en febrero y marzo la mortalidad estaba por debajo del 50% pero desde abril se mantiene por arriba.

De todos modos, en la última semana también hubo una reducción de las muertes en cuidados intensivos. Con los datos a este martes, el promedio de fallecidos fue de 22 personas, un número que no se registraba desde el 12 de abril.

El presidente de la Sociedad Uruguay de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, destacó que Uruguay llegó al 40% de la población vacunada con dos dosis en los últimos días y ese número fue un punto de quiebre también en otros países.

“En Israel con ese número de vacunados hubo una caída abrupta de los pacientes graves. No es una experiencia igual a la nuestra (porque vacunaron masivamente con Pfizer) pero son una referencia”, explicó Pontet.

El médico agregó que los CTI empiezan a “descomprimirse” y eso también va a ayudar a bajar la mortalidad que antes del covid-19 era de entre 20% y 25% de los que ingresaban a cuidados intensivos.

El Observador

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