Cuba | Entrevista a Marta Ayala, directora del centro científico que desarrolló la vacuna Abdala

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Por Tomás García y Nahuel Bianchi (*)

¿Ustedes han comenzado a realizar las gestiones para que la novedad se publique en revistas científicas?

Primero que nada debemos ratificar que una investigación que generalmente demora hasta 15 años para llegar de la idea a una vacuna, se ha hecho en aproximadamente 13 meses, lo que ha sido algo heroico. Ahora estamos muy conscientes de que hay que publicar los resultados y eso se ha estado haciendo en paralelo. Nosotros ya tenemos en un repositorio internacional una publicación que se refiere a toda la caracterización físico-química de las proteínas que hemos generado y también tenemos una publicación que hemos enviado a dos revistas para todo el desarrollo de la vacuna en su etapa de laboratorio análisis, a todo lo que lleva el cumplimiento de la hipótesis de la investigación científica. Eso también ya está en el formato de publicación y estamos haciendo los trámites de rigor, que en los tiempos que corren son arduos porque esas revistas tienen muchas publicaciones en revisión. Estamos concluyendo todos los análisis del estudio fase 1/2 para hacer una muy buena publicación de esta etapa. Y con respecto a la fase 3, además de haber aportado datos del resultado de eficacia, estamos completando otras variables que tienen que ver con el protocolo de investigación. Todo esto va a ser publicado, porque es una razón también de ser de los investigadores dar a conocer a la comunidad internacional los resultados científicos. Por otra parte, toda la información que se ha generado en nuestro laboratorio ha sido entregada en diferentes momentos a la agencia reguladora cubana, que ha acompañado el proceso del desarrollo de la vacuna, ha supervisado y auditado los documentos, los laboratorios donde se hacen los análisis y las plantas donde se fabrica la vacuna. Es decir, hemos tenido también un acompañamiento externo, una mirada externa para que todo se haga de la manera como debe hacerse, con el más alto estándar.

¿También han avanzado en el empleo pediátrico de la vacuna?

Después de este extenso desarrollo clínico, donde hemos acumulado mucha información sobre la seguridad de nuestra vacuna, estamos entonces en condiciones de presentarle a la agencia reguladora cubana una solicitud para hacer un protocolo para edades pediátricas. Esto también ha estado acompañado por investigaciones en el laboratorio y estudios preclínicos, para tratar a poblaciones vulnerables como son los niños, los adolescentes y las embarazadas. Hicimos esta solicitud de aprobación de estudios clínicos de unidades pediátricas, hemos respondido los requisitos que ellos nos han solicitado y estamos a la espera de que nos autoricen un estudio en esas edades, un estudio que va a ser fase 1/2 y que va a comenzar por las edades de 18 a 12 años y después va a extenderse a las edades de 12 a 3 años. Como es un estudio clínico fase 1/2, en la primera etapa busca encontrar que la vacuna es segura y después entonces extiende la población de individuos a ser vacunados. Realmente es un estudio clínico que está esperando mucho la población cubana, porque si bien ya estamos próximos a poder vacunar a los adultos, sabemos que el virus no distingue edades.

¿Qué capacidad de producción posee Cuba con esta vacuna para abastecer a Latinoamérica y a otros países del mundo?

Con la experiencia que tenemos, la capacidad de nuestros recursos humanos y la posibilidad de integrar la industria a nuestra biotecnológica, hemos estado poniendo nuestras capacidades productivas en función de generar nuestro inmunógeno, en primer lugar, para atender la vacunación de la población cubana. Pero como siempre, nos anima la vocación solidaria y de intercambiar resultados científicos y tecnológicos con otros pueblos del mundo. Y esto fue lo que contribuyó a la llegada de las primeras 30.000 dosis a la República Bolivariana de Venezuela, lo cual nos llenó de mucho orgullo y además de satisfacción, porque lo recibieron como un gran regalo. Era un compromiso que teníamos porque habían seguido muy de cerca nuestros resultados y realmente confiaban mucho que nosotros íbamos a tener buenas respuestas. Ahora estamos en la etapa de ponernos de acuerdo y comenzar a utilizarlo para que salgan los resultados también como aquí y estamos confiados de que así será. Estamos también evaluando crecer en nuestras capacidades productivas y en nuestra capacidad de fabricación para poder además satisfacer otras demandas que se nos han hecho de muchos países hermanos, de regiones cercanas y no tan cercanas. Sin ánimo de creer lo que no es, debo decir que la larga tradición de Cuba en hacer vacunas preventivas y otros productos farmacéuticos y también la tradición solidaria de nuestro país hacen que muchos pueblos se acerquen a nosotros interesados con nuestros resultados y confiados en que vamos a compartirlos.

¿Cómo afecta el bloqueo de los Estados Unidos a la industria cubana de medicamentos?

El bloqueo está presente en prácticamente todos los momentos de la vida del cubano y está presente también en la industria biotecnológica. Ahora bien, los que trabajamos en la industria tecnológica también hemos aprendido de la capacidad de resistencia y eso nos permite buscar muchas alternativas, no dejarnos vencer y encontrar soluciones ingeniosas y dentro de los estándares de calidad. Además, algo que para nada compromete a la calidad o seguridad de lo que estamos haciendo, también en nuestros procesos se manifiesta la integralidad y la solidaridad. Si la posición era desarrollar estas vacunas, todos los recursos humanos e insumos se pusieron en función de ello. Es realmente un sentimiento colectivo ponerse en función de la prioridad país. Hacia el exterior es verdad que estamos muy bloqueados e incluso hay estrategias dilatorias para proveernos insumos o equipamientos, pero eso no nos detiene en el camino. Es decir, seguimos buscando alternativas. Y siempre va a aparecer una alternativa…

¿La vacuna también puede ayudar a romper algunos de los prejuicios que hay sobre la isla en el mundo? 

Yo creo que sí. La repercusión internacional que ha tenido la noticia de la eficacia ha sido muy positiva en todo el mundo. Creo que eso ubica a los cubanos en el plano internacional desde el punto de vista científico-tecnológico y también desde el punto de vista de la lucha contra la Covid. Y en este mismo sentido podemos hablar de la labor de nuestros médicos, que de manera altruista han viajado a lugares donde no llegaban otros profesionales, han dejado a sus familias por largos periodos de tiempo, han contribuido al control de la epidemia. Ellos comparten las experiencias que aprenden también en esos otros países, porque desde la modestia uno enseña pero uno también aprende y así ha sido realmente la experiencia cubana.

(*) Versión editada para NODAL del programa “Y arriba quemando el sol” de Radio Rebelde, Argentina, 26 de junio 2021 / https://ar.radiocut.fm/radiostation/rebelde740/listen/2021/06/26/10/00/00/

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