Perú | Una agenda Andino-Amazónica para el profesor Castillo – Por Hugo Cabieses Cubas

1.407

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Hugo Cabieses Cubas*

El profesor Castillo será proclamado presidente de la República en los próximos días y asumirá el cargo el 28 de julio, previo rápido trabajo de las Comisiones de Transferencia, fecha en la que deberá enviar su primer Mensaje a la Nación ante el Congreso y todo el país. Aquí sugiero algunas propuestas para una agenda Andino-Amazónica, región siempre olvidada por el Estado, los políticos y la sociedad civil.

En 200 años o más han estado centralizados en la costa, en Lima y un poco en la Sierra. Por ello, en un artículo anterior decíamos que el Profesor Castillo y los ministros y funcionarios deberían “masatear” en la Selva, “coquear” en la Sierra, y sevichear” en la Costa, para conocer más qué es lo que quiere la población, no sólo la que votó por el Profesor, sino por la otra mitad que no votó por él.

Una agenda de mediano plazo

Los temas del cambio climático, el agua, la huella hídrica, los mares, los bosques, las tierras y lo que debemos hacer con la región Andino-Amazónica, son a mi entender los ejes de la problemática presente y futura del país, en los que deben enmarcarse los debates sobre el Buen Vivir al que todos aspiramos: “No más pobres en un país rico”. Pero creemos que es necesario basar las propuestas en una nueva racionalidad y lógica, poniendo los seres humanos en el centro y no a las ganancias, tal como ha sido hasta ahora.

En un contexto nacional e internacional de crisis sistémica, agravada además por la pandemia del CODIV 19 y sus mutaciones, las propuestas de los pueblos indígenas y los ciudadanos como alternativas al “modelo actual” giran en torno a los siguientes puntos:

  • Cambiar los patrones de consumo y producción debido a que extractivismo depredador basado en políticas neoliberales no da para más, por lo que debemos transitar hacia un post-extractivismo sustentado en la protección y uso racional de los recursos naturales.
  • Reconocer la pluriculturalidad de nuestras sociedades y el rescate de los conocimientos ancestrales para la mitigación/adaptación al cambio climático, apoyando la seguridad alimentaria a través de la ampliación de los mercados locales y regionales, así como las fuentes hídricas y su uso racional.
    Dar prioridad a la pequeña y mediana agricultura campesina, al manejo comunitario de los bosques y la protección sostenible de los recursos ictiológicos por pequeños pescadores en mares, ríos, lagunas y lagos.
  • Detener latifundización de las tierras para biocombustibles, concesiones diversas y macro-producciones para la exportación de productos ajenos a la biodiversidad andino-amazónica.
    Cambiar del patrón energético basado en carbón y petróleo, por energías renovables a fin de disminuir los gases de efecto invernadero (GEI) y el calentamiento global.
  • Impulsar la producción agroalimentaria ya que los pobladores urbanos y rurales están sufriendo stress hídrico, lo que implica proteger las fuentes de agua, elevando las vallas ambientales para los proyectos mineros, petroleros y de otra índole.
  • Impulsar procesos sociales, políticos, culturales, territoriales y también técnicos de zonificación ecológica-económica (ZEE) y ordenamiento territorial (OT) con consulta previa vinculante a las poblaciones afectadas por las inversiones a realizar.
  • Combatir las actividades ilícitas – drogas, tala ilegal, minería informal, biopiratería, trata de personas, contrabando, etc. -, asociadas a la corrupción, al neoliberalismo globalizado, al extractivismo, al neo-extractivismo y a la llamada “economía verde”.

¿Qué hacer en el corto plazo?

Los temas centrales para una agenda andino-amazónica en el proceso constitucional que tenemos por delante, considero deben ser los siguientes:

  1. Sobre la región andino-amazónica en el contexto mundial y regional. Contra una zona de las transnacionales como último recurso natural biodiverso para su explotación/depredación y expoliación de sus pueblos y culturas. Promover nuestra región como última renta estratégica desde los pueblos y culturas de abajo y adentro, para los pueblos y culturas del mundo y no para los de arriba y afuera.
  2. Sobre los derechos culturales, territoriales y de saberes de los pueblos indígenas andino-amazónicos. Contra las políticas de los Gobiernos y Estados, empresas extractivas e incluso ONGs “conservacionistas”, que violan los derechos territoriales, culturales, sociales y económico-productivos de los pueblos indígenas, colonos ribereños y trabajadores del campo. Construir, desde abajo y adentro, cinco “filigranas”: (1) territorial; (2) cultural-religiosa; (3) de saberes ancestrales y recientes; (4) de uso amigable y respetuoso de la “pachamama” (madre tierra) y la “yacumama” (madre agua); y, (5) de propuestas técnico-productivas orgánicas y biológicas.
  3. Sobre la militarización y criminalización de los movimientos sociales, indígenas y políticos andino-amazónicos. Contra la militarización de los territorios andino-amazónicos, la instalación de bases policial-militares y la criminalización de los movimientos sociales bajo el pretexto de la lucha contra el «narcoterrorismo». Construir desde abajo y adentro redes comunitarias de solidaridad y de defensa de los Derechos Humanos y las plantas maestras de los pueblos indígenas, tales como la hoja de coca, ayahuasca y otras.
  4. Sobre los mega-proyectos y la destrucción de la Amazonía. Contra la elaboración y ejecución de mega-proyectos carreteros, hidroviales, energéticos, hidro carburíferos, biocombustibles, mineros, etc. al margen de la consulta previa, voluntaria, informada y vinculante con poblaciones y autoridades locales. Exigir y conquistar información transparente, participación democrática en la ejecución, elaboración de estudios independientes de impacto ambiental y, como propuesta general, que los países y empresas transnacionales paguen bonos por no extraer y explotar los recursos naturales (como en Ecuador).
  5. Sobre el cambio climático y el círculo perverso de las «alternativas» de desarrollo sostenible y cooperación internacional. Contra la venta de carbono sumido por los bosques, nueva quimera extractivista y emboscada contra los pueblos andino-amazónicos para la apropiación de sus territorios, culturas y saberes. Impulsar un desarrollo territorial sostenible (DTS) y sustentable con los pueblos y autoridades locales a la cabeza de las propuestas, con estrategias socio-productivas, políticas, institucionales, ambientales y técnicas de Ordenamiento Territorial (ZEE-OT).

Para llevar a cabo lo anterior se requiere presentar, discutir y aprobar una Ley Marco que debe ser efectiva, moderna, actualizada, generada en y por las propuestas y demandas, de los pueblos y ciudadanos andino-amazónicos, orientadas a una Agenda Andino-Amazónica para el Siglo XXI, que debería ser:

  1. De desarrollo sostenible democrático e inclusivo, con la gente, buscando cancelar el monocultivo y el extractivismo y no fomentando la “inversión rapiña”.
  2. Otorgar un rol adecuado y en algunos casos preponderante, al sector público o estatal – educación, investigación, salud, energía e infraestructura -, no sólo como fabricante de leyes y regulaciones, sino como activo promotor del desarrollo sostenible en alianza estratégica con el sector empresarial privado y la sociedad civil organizada, particularmente los pueblos indígenas.
  3. Una respuesta a los TLC, sus decretos legislativos y ser parte de una Política de Estado con respecto a la región Andino-Amazónica.
  4. Contener las bases para una estricta regulación de actividades petroleras, gasíferas y mineras, así como propuestas de medidas de mitigación de impactos de los mega proyectos carreteros y de energía.
  5. Contener sugerencias claras frente al llamado “narcotráfico”, el denominado “desarrollo alternativo” y a los cultivos de coca que impactan la región.
  6. Debe oponerse y/o regular procesos de policialización y militarización de la región en sus fronteras, particularmente en las triples actualmente existentes: Ecuador-Colombia-Perú en el codo del Güepí; Colombia-Brasil-Perú en el Trapecio de Leticia; y, Bolivia-Brasil-Perú o Zona MAP (Madre de Dios, Acre y Pando.
  7. Debe plantear con claridad la dicotomía exportación vs. mercados regionales y locales e insistir en la agro-biodiversidad como alternativa para la región.
  8. Debe referirse al desarrollo sostenible en base a cuencas hidrográficas y ocupación de diversos pisos ecológicos por parte de las unidades familiares.
  9. Debe tomar como eje el respeto a la identidad y cultura amazónica y señalar que se trata de convertir esa región en una verdadera “plataforma de conocimientos y saberes” para aportar y exportar hacia la humanidad.
  10. Debe considerar que la pobreza en la zona alto-andina expulsa mano de obra hacia la zona andino-amazónica y por lo tanto debe incluir políticas efectivas de lucha contra la pobreza.
  11. Debe sustentarse en nuevas actividades como etno-eco-turismo, biocomercio, bio-industria, etc. y hacer referencia a la promoción y regulación de servicios financieros y no financieros.Economista, licenciado en la Universidad del Pacífico, ecologista, experto en temas ambientales, humedales-Ramsar, manejo de bosques, desarrollo territorial sostenible y derechos territoriales de los pueblos indígenas. Militante socialista.

*Economista, licenciado en la Universidad del Pacífico, ecologista, experto en temas ambientales, humedales-Ramsar, manejo de bosques, desarrollo territorial sostenible y derechos territoriales de los pueblos indígenas. Militante socialista.


VOLVER

Más notas sobre el tema