CELAC: Del racismo geopolítico contra la América Latino-Caribeña hacia su inserción global emancipada – Por Carol Delgado Arria

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Por Carol Delgado Arria*, especial para NODAL

La histórica VI Cumbre de Presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe irrumpe como un sol con la propuesta del presidente de México de que el organismo pase a ser el principal mecanismo de cooperación y negociación del continente.

La salutación a la Cumbre del presidente de China Xi Jinping implícitamente es un espaldarazo al fortalecimiento de un organismo regional soberano, sin la injerencia de la potencia de norte. Lo que celebra China es la posibilidad de profundizar una relación geopolítica signada por sus valores de no injerencia y bajo un lógica de relaciones “ganar-ganar”. Queda así servida la mesa para una relación entre bloques geo-económicos en la que la guerra imperial de signo terrorista no tiene cabida.

El que las representaciones de todos los países hayan estado presentes constituye una señal de un nuevo momento signado por una tripolaridad con tendencia hacia la multiploralidad o, pluripolaridad como decía su líder fundador Hugo Chávez. Es sintomático que sólo dos voces en la región tuvieran posiciones destempladas y desubicadas respecto de Venezuela y Cuba. La invitación del presidente Nicolás Maduro a debatir el tema de la democracia en el contexto de la crisis terminal del capitalismo y del carácter ya anacrónico del imperialismo occidental, sepulta el discurso desmoñado de los auto-implosionados grupo de Lima y la OEA.

Ante a un contexto mundial de caída brutal del PIB y aumento exponencial del desempleo que configura un riesgo inminente de genocidio por hambre en nuestra región, las clases políticas que no se adapten rápido a los nuevos escenarios tendrán pronto el destino de los dinosaurios. Otro aspecto que se puso de manifiesto es que la única alternativa que tiene la América latino-caribeña de sobrevivir a la debacle climática y crisis estructural del capitalismo es construir relaciones “ganar-ganar” intrarregionalmente, en un marco de una amplitud y pluralismo, que considere las asimetrías económicas.

Sólo una Venezuela soberana podrá devenir en locomotora energética del continente, así como en su mecenas financiera a mediato y largo plazo. Se oculta  que Venezuela posee las reservas petrolíferas certificadas que, monetarizadas al precio actual medio del barril, superan hoy la suma de las reservas monetarias de todos los países del mundo. Venezuela tiene así como abastecer de fertilizantes, gasoil, gasolina y petroquímica a todo el continente por más de un siglo. Y cuenta con la generación de jóvenes con mayor cantidad de títulos en pregrado y postgrado del continente.  Además, Venezuela cuenta con la quinta biodiversidad más importante del planeta, reservorio desde donde saldrán gran parte de las vacunas y medicinas contra las pandemias que ya están poniendo en riesgo de extinción a la humanidad. Pero sólo podremos salir adelante con una región soberana, cuyas vanguardias políticas depongan sus fundamentalismos ideológicos y conciencia periférico satelital respecto de Estados Unidos y Europa. Todo en pro de las sinergias nos conducirán a la prosperidad y gobernabilidad.

La CELAC se levanta como un ave Fénix para servir de vanguardia geo-política, geo-económica, intelectual, moral y espiritual en favor de la realización plena de nuestros pueblos. Pueblos históricamente dominados, expoliados y geopolíticamente racializados. Tras cinco siglos de colonialismo, nuestra América Latino-Caribeña ha ganado su inserción global emancipada.

* Ex-embajadora y analista político venezolana


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