De la pandemia a las elecciones – Por Adolfo Giménez, especial para NODAL

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Por Adolfo Giménez*

En marzo pasado surgieron masivas protestas espontáneas por la destitución del presidente Abdo Benítez ante un pésimo manejo de la crisis sanitaria en la pandemia y la corrupción de su Gobierno. El próximo 10 de octubre se realizarán elecciones de intendentes y Juntas Municipales en todo el país en medio de los efectos devastadores del covid-19, no solo en cifras de muertos y contagiados, también en el campo económico y social, con mayor desempleo y precarización laboral, incremento de la inflación y del endeudamiento estatal (1).

Y como si todo esto ya no fuera grave, a partir de agosto se produjeron grandes incendios forestales que todavía persisten (2).

Ante la crisis, la respuesta del gobierno junto al bloque empresarial y bancadas parlamentarias que lo sostienen, fue incrementar la deuda con más prestamos, aumentar el precio de los combustibles, mantener el congelamiento salarial. Los subsidios y aportes especiales se fueron acabando hasta llegar al recorte a las ollas populares que alimentan a miles de personas.

Al mismo tiempo, en plena pandemia, prosiguió la política de expulsión del campo de los pequeños grupos de pueblos originarios y campesinos pobres que todavía sobreviven en la Región Oriental ante el avance arrollador del agronegocio y el extrativismo, junto a una  ofensiva en el Parlamento por legalizar el robo de más de 8 millones de hectáreas de tierras destinadas a la reforma agraria que fueron regaladas por el dictador Alfredo Stroessner (1954-1989) para asegurar lealtad política.

Las movilizaciones y protestas populares en este periodo respondieron precisamente a esta política de Estado, neoliberal y antipopular. Docentes y trabajadores de la Salud reclamaron beneficios salarios, campesinos e indígenas salieron a las calles ante la represión y la impunidad de los grandes propietarios de tierras (con la complicidad de la Justicia y la fiscalía), los pobladores de asentamientos urbanos reclamaron comida.

Un hecho particular fue el paro de camioneros durante tres semanas reclamando mejores beneficios a las grandes empresas productoras y exportadoras de cereales. Una gran parte de la flota de carga terrestre del país pertenece a propietarios individuales o grupos de propietarios que están cada vez más afectados por el control y manipulación de precios y fletes de parte de empresas transnacionales y grupos locales de la producción de granos y ganado. Un dato no menor es que los propietarios de camiones pertenecen en su mayoría a los dos principales partidos políticos tradicionales, el gubernamental Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) de oposición.

Sin embargo, las principales violaciones a los Derechos Humanos ocurrieron nuevamente en los desalojos y la destrucción de comunidades campesinas e indígenas, violaciones que nunca son investigadas por las autoridades responsables, como ocurrió también con las niñas Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba, asesinadas por efectivos militares o la desaparición de Carmen Elizabeth Oviedo “Lichita” (3). Las denuncias correspondientes fueron hechas en todos los casos.

ELECCIONES SIN MUCHAS SORPRESAS.

Con este cuadro de crisis y contradicciones, las próximas elecciones municipales no arrojarían muchas novedades en sus resultados. El hartazgo de la gente por la pandemia se expresa en apatía y una mayor desconfianza, además que la aplicación por primera vez de urnas eléctronicas haría aumentar el ausentismo que conspirará en contra de las nuevas alternativas electorales.

La última victoria resonante en comicios municipales fue la de Miguel Prieto en la intendencia de Ciudad del Este, la segunda ciudad en importancia del país y tradicional feudo del Partido Colorado. Prieto vuelve a presentarse en esta ocasión con el apoyo de un bloque multicolor de partidos y organizaciones de centro, de izquierda y de la derecha. Un caso único.

Asunción, la capital del país, tambien tuvo un intendente independiente hasta diciembre de 2019, el comunicador Mario Ferreiro, quien tuvo que renunciar ante denuncias de corrupción de su entorno con supuestas “cajas paralelas”. Esta experiencia fue un golpe fuerte para las expresiones políticas que representan alianzas entre sectores progresistas,algunos de izquierda y el PLRA.

En síntesis, pese a que hay un rechazo al gobierno colorado de Abdo Benítez, tienen poca chance las nuevas alternativas democráticas y populares en las próximas elecciones.

Una de las razones de este hecho sería que, a pesar de que hay un gran movimiento social de protesta en ciernes, manifestaciones espontáneas (como también rechazo pasivo), cuestionamientos al manejo gubernamental y a las bancadas parlamentarias y sus partidos, hay todavía una gran fragmentación. Poca unidad de acción entre organizaciones sociales diversas, mujeres, estudiantes, ambientalistas, artistas, LGBTI, trabajadores de la cultura, barriales, partidos de izquierda, progresistas, organizaciones sindicales, etc. Sin embargo, esta no sería la única explicación. El poder estatal en Paraguay desde finales del siglo XIX siempre estuvo controlado por los dos partidos tradicionales, Colorado y Liberal, ligados a la oligarquía. En muy pocas ocasiones fueron sacados del poder

Además, muchas de las expresiones políticas minoritarias que surgieron en las últimas décadas, representan a un neoliberalismo, con sus matices, que buscan aprovechar los efectos de una intensa campaña de los medios hegemónicos empresariales que todos los días disparan contra el Estado, los políticos, el Parlamento, además de sostener una campaña intensa en contra de cualquier reclamo proveniente de sectores populares. El Frente Guasu (FG), que representa hoy a un progresismo democrático, es la tercera fuerza política, cuyo líder el expresidente Fernando Lugo (2008-2012) encabeza la intención de votos en encuestas, pero no puede presentarse como candidato a Presidente de la República (4).

Con el aumento de la pobreza, de la crisis económica, social y sanitaria, no puede dejar de señalarse en esta coyuntura el crecimiento evidente del narcotráfico, del poder del narcotráfico con la dominación de territorios, la intervención en actividades económicas y la inserción política.

Otro elemento que genera temor en la población es el aumento de la delincuencia y de la violencia de todo tipo a consecuencia de la marginalidad a la que son remitidas miles de personas que quedaron sin futuro. Las principales víctimas son los niños y niñas.

Intervenir en los próximos comicios por fuera de los grupos de poder representa hoy una tarea gigantesca. Así lo entienden muchos luchadores y luchadoras que aún con las grandes dificultades que enfrentar aceptan el compromiso.

La “normalidad”, si es que existe, no volverá después del desastre.  Correspondería entender la perspectiva y los trabajos que son necesarios encarar con urgencia para superar esta situación de democracia formal, controlada, represiva, de concentración de la riqueza y de exclusión social.

*Periodista paraguayo

  1. La cifra oficial de inflación en los últimos doce mes es de 11,5 %, Alimentos y medicamentos tienen un índice más elevado, cercano a 15 %. La deuda externa actual es de 13.000 millones de dólares que representa el 36 % del PIB.
  2. Los incendios en Paraguay afectaron miles de hectáreas de reservas naturales, bosques y pasturas, pero hasta ahora no hay cifras oficiales sobre el daño total. En agosto pasado, en un solo día, se reportaron 11.000 focos de incendios.
  3. Las cifras oficiales de desaparición de niños, niñas y adolescentes en Paraguay es alarmante, entre 3 y 4 casos diarios. La Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia alertó que son más niñas y adolescentes las que desaparecen y las que son menos localizadas por el Estado (ABC setiembre 2021).
  4. La Constitución Nacional prohibe la reelección presidencial. Lugo ahora es senador. Las próximas elecciones presidenciales serán en 2023. ElFG sin Lugo no tiene el mismo caudal electoral.

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