Recibió el apoyo del G20 para negociar la sobretasa con el FMI

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El gobierno recibe el apoyo del G-20 por la sobretasa con el FMI

Con la esperanza puesta en la aparición de la palabra “sobrecargo” en el texto final de la Cumbre de Líderes del G-20, la comitiva presidencial espera a que haya un mínimo de reconocimiento por parte de las autoridades del FMI de las irregularidades del caído crédito stand by que tomó Mauricio Macri en junio de 2018 por 55 mil millones de dólares.

Hasta este sábado, ese parecía ser el único posible logro significativo para destrabar las negociaciones con el Fondo del movido viaje que mantuvo el presidente Alberto Fernández y su comitiva. Es que luego de la reunión que mantuvo este sábado por la tarde en Roma con Kristalina Georgieva, acompañado por Martín Guzmán y Gustavo Béliz, el gobierno comunicó oficialmente que ambas partes coincidieron en que “fue una buena reunión”.

También anunciaron que “en los próximos días habrá reuniones técnicas con el staff para continuar el proceso”.

El objetivo del Ejecutivo es que el foro ratifique la declaración que ya habían firmado el 13 de octubre todos los ministros de Economía y Finanzas de los países que lo integran, cuando se solicitó al FMI que revise su política de sobrecargos “en apoyo al reclamo que viene proponiendo la Argentina”, en el marco de las negociaciones de un nuevo acuerdo que le permita al país refinanciar la deuda con el organismo internacional.

Los “sobrecargos” o “sobretasas”, como se los conoce aquí, son los intereses adicionales que tiene que pagar el país por haber tomado deuda por encima de lo que le corresponde por su porcentaje de participación, que es apenas del 0,67%. Con esa cuota, el Estado argentino logró convertirse en el deudor del 60% de la cartera del Fondo.

Esa desproporción fue la que marcó este sábado el presidente. “La deuda externa que mi gobierno heredó con el Fondo y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal: única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago, aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávidas el destino que les ha sido impuesto”, remarcó Fernández ante sus pares del G-20.

El mandatario sostuvo que “el actual sistema, que prioriza a la especulación por sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar”. Y pidió que el financiamiento internacional fije “nuevas reglas para poder igualar nuestras sociedades, con impactos positivos y enfrentando el cambio climático”.

En sintonía fue el planteo del jefe de bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, desde Buenos Aires. “La Argentina necesita tiempo para afrontar la enorme deuda que contrajo Macri y que además dilapidó. Necesitamos un cambio de mirada del Fondo para contar con la mayor cantidad de tiempo posible y que puedan alejarse un poco de las reglas porque a la hora de prestar no las cumplieron. Entonces, cuando se ponen tan reglamentistas uno piensa que hubiera sido bueno que lo hicieran a la hora de prestarle plata a la Argentina”, sostuvo Kirchner. Es que además de las sobretasas, hay sectores del oficialismo que insisten en renegociar los tiempos y pasar de un plazo de diez años a uno de 30, objetivo difícil pero que, de darse, podría darle aire para cumplir con la consigna de crecer para pagar.

En su ajetreado viaje, Fernández mantuvo reuniones bilaterales con la canciller alemana, Angela Mekel; con sus pares del gobierno de España, Pedro Sánchez, y de la República Francesa, Emmanuel Macron; y con las autoridades del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en el Centro de Convenciones La Nuvola de Roma.

Participaron de las audiencias los ministros de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, y de Economía, Martín Guzmán; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; y el sherpa del G-20, Jorge Argüello.

Hubo además un cruce individual con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el que el mandatario norteamericano comentó su encuentro con el Papa Francisco.

Fernández le reiteró a Merkel su agradecimiento por el apoyo de Alemania para que el país logre un acuerdo sustentable con el Club de París y con el Fondo. Y aprovechó para despedirse ya que la canciller dejará el gobierno luego de un período de 16 años.

El presidente tuvo el mismo agradecimiento hacia Macron, el mandatario francés.

Este domingo Fernández participará de la segunda sesión de la Cumbre, “Cambio climático y medioambiente”, tras la cual se realizará la tercera plenaria “Desarrollo sostenible”, en la que intervendrá el presidente en un horario estimado en torno a las 10:20, hora argentina.

PLAZOS

El objetivo del gobierno nacional es avanzar en la definición de un acuerdo que permita extender plazos del créditop del FMI, para evitar pagar U$S 19.000 millones en 2022, y otros U$S 18.000 millones en 2023 y cerca de U$S 5000 millones en 2024, según el programa del gobierno anterior.

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Tiempo Argentino


Alberto Fernández: «Logramos que el G20 comprenda el problema argentino y le plantee al FMI resolver los sobrecargos»

El gobierno argentino se llevó de Roma lo que vino a buscar a la cumbre del G20: un documento final consensuado en el que los países más poderosos del mundo recomendaron al Fondo Monetario Internacional seguir analizando su política de sobrecargos con los países que tomaron deuda con el organismo y la creación de un Fondo de Resiliecia y Sostenibilidad para brindar financiación «asequible a largo plazo» a los países de ingresos medios y bajos. Alberto Fernández no ocultó su satisfacción por el resultado del encuentro. «Logramos que el G20 comprenda el problema argentino y le plantee al FMI el tema de los sobrecargos», dijo a los periodistas que lo acompañaron en la comitiva en el hotel de Edimburgo en el que dormirá después de otro día agitado.

Los equipos técnicos del FMI y del ministerio de Economía se quedaron en Roma para seguir trabajando en el acuerdo. El sábado a la noche, después de la reunión de 90 minutos que mantuvieron formalmente, Fernández y Georgieva siguieron conversando en la cena de gala que se ofreció a los mandatarios y la búlgara le prometió que, en diciembre, el directorio del organismo analizará el tema de los sobrecargos.

En esa cena Fernández también conversó mucho con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por el que confesó tener «simpatía», y con su esposa, Jill Tracy Biden.

«Le llamamos la atención al mundo sobre que estamos ante un problema para la pospandemia, hay un mundo sufriente que vive una crisis económica que requiere financiamiento porque hay una enorme desigualdad que debe ser advertida», dijo Fernández.

Y reiteró que no. Que de ninguna manera la Argentina va a pagar el año próximo 19 mil millones de dólares. «Queremos un acuerdo que Argentina pueda cumplir y el que firmó Mauricio Macri era incumplible», insisitó.

Todavía no habló con la vicepresidenta Cristina Kirchner del resultado de la cumbre, pero dijo que seguramente lo hará este lunes.

Respecto de las reuniones que mantuvo en la cumbre, Fernández dijo: «trabajo con Europa sobre estos apoyos para tratar de resolver el problema de la deuda».

Crónica de un día agitado

El Presidente ya había empezado bien el día: mientras desayunaba en el hotel Regina Baglione, recibió un mensaje que lo alegró. La embajadora en el Vaticano, María Fernanda Silva, le contó que el Papa Francisco había llamado para mandarle cariños a la primera dama, Fabiola Yáñez, y bendecir su embarazo, ya casi en el cuarto mes de gestación.

El segundo día de la cumbre fue agitado por las exposiciones del Presidente, quien en tres paneles distintos habló de «canjear deuda externa por acción climática», pidió al FMI que permita pagar «menores tasas y en plazos más extensos» y que los Derechos Especiales de Giro (DEG) sean utilizados «para el desarrollo sostenible».

También mantuvo una retahíla de reuniones con Máxima Zorreguieta, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau; el presidente francés Emmanuel Macron y el titular de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Esas reuniones estaban previstas, pero fuera de agenda e informalmente, cuando la cumbre ya había terminado, Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán se reunieron durante una hora con Jeffry Sachs, una vaca sagrada de la crítica del capitalismo salvaje. Ese encuentro postergó una hora la salida de la comitiva a Edimburgo.

Ya en el avión, el Presidente descansó un rato. A partir de este lunes va a exponer en la cumbre sobre Cambio Climático COP26, en Glasgow.

Fuentes del Gobierno dijeron a PáginaI12 que creen que el discurso del sábado del Presidente, en el que marcó con firmeza la responsabilidad del FMI en el préstamo irresponsable que le dio al expresidente Mauricio Macri, fue oído por el resto de los mandatarios e incidió en la redacción del documento final de la cumbre.

Evaluaron que, si bien opera como un pedido y no como una orden, tiene incidencia porque se trata de una sugerencia de los países más poderosos del mundo.

Probablemente sea un empujoncito más para acercar posiciones con la directora gerenta del organismo, Kristalina Georgieva, con quien el sábado Fernández tuvo una reunión de 90 minutos que fue calificada como «buena y franca» por ambas partes, pero que continuará porque el Presidente sigue firme en su postura: la Argentina no puede pagar lo que debe si el organismo de crédito no cambia sus reglas para devolver los préstamos, sobre todo el más grande que otorgó desde su creación para financiar la campaña de reelección de Mauricio Macri.

La foto que no fue

El domingo a la mañana, cuando la mayoría de los presidentes se sacaban una foto en la Fontana Di Trevi, Fernández aprovechó el tiempo para preparar sus tres discursos.

También pasaron del retrato el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y su par de Brasil, Jair Bolsonaro.

El día para el Presidente iba a ser largo: empezó con la reunión con Zorreguieta, con quien habló de fortalecer la inclusión financiera de países en desarrollo y terminó con el el encuentro informal, pero extenso, con Sachs y Martín Guzmán.

Las principales definiciones de Alberto Fernández

Ya la noche del domingo y después del comunicado, Fernández se hizo tiempo para hacer un balance de la cumbre.

«Martín Guzmán y Gustavo Beliz se quedaron en Roma negociando con el equipo del FMI, lo que tuvo mucho sentido en el G20 para la Argentina es llamar la atención sobre los problemas de financiamiento que van a enfrentar los países, entre ellos la Argentina. Ese financiamiento, el mundo desarrollado lo tiene que advertir y está claro que en la primera revisión que hizo el fondo del acuerdo con Macri se demostró que era un fracaso», definió el primer mandatario.

«Logramos también que el G20 proponga fondos para los países de renta baja y media, que para nosotros era clave, porque los países de renta media tienen al 60 por ciento de la población pobre que vive en el mundo», agregó.

«La verdad es que estoy satisfecho porque los objetivos que nos propusimos los logramos y también avanzamos en algunos otros. El vínculo que logramos con Alemania, con Alemania, con Italia, con Francia, es muy importante para que podamos seguir adelante con nuestros planteos frente a la comunidad internacional financiera», se entusiasmó.

«Hay muchos intereses en pugna y la negociación con el fondo avanza, pero es dificultosa porque hay un mundo financiero que ha demostrado su fracaso y se resiste a aceptar la crisis que ha generado», dijo sobre por qué tarda en cerrarse el acuerdo con el FMI.

En diciembre Fernández se reunirá el directorio del FMI para tratar, entre otros temas, la cuestión de los sobrecargos. El Presidente entiende que si Georgieva le habla de manera permanente y se acercó a seguir conversando en la cena del sábado, es porque quiere llegar a un acuerdo.

Pero la mayor parte del tiempo, Fernández conversó con la primera dama de Estados Unidos porque le tocó sentarse a su lado. Ante la prensa, el Presidente definió que está de acuerdo con muchas de las posturas que expresa Biden, no para terminar con el capitalismo, sino para cambiar el capitalismo.

Después, el presidente cenó en el hotel Double Tree by Hilton y dormirá unas horas antes de partir a la cumbre de Cambio Climático que empieza este lunes en Glasgow, a una hora y media de Edimburgo.

Fue un buen día para la Argentina: se dio un paso más, se logró una señal de los poderosos hacia los poderosos para lograr que el mundo sea un poco menos peor.

Página 12

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