Honduras, entre el continuismo y la democracia participativa – Por Prensa Latina

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Por Prensa Latina*

Los candidatos a la presidencia de Honduras, en sustitución del actual mandatario y representante del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, presentan hoy propuestas vinculadas al desarrollo económico y sostenible, seguridad, justicia, defensa y protección a grupos vulnerables.

Si bien 14 personas aspiran a la máxima dirección del país centroamericano, Xiomara Castro, por el izquierdista Partido Libertad y Refundación (Libre), lidera ampliamente las encuestas con 38 por ciento, seguida del postulante oficialista, Nasry Asfura, con el 21 por ciento.

El ingeniero en agricultura Mario Mora aseguró a Prensa Latina que, a excepción de Castro con un plan soberanista, patriótico y alternativo al capitalismo neoliberal, el resto de los candidatos enarbola propuestas muy similares y en consonancia con la égida de los Estados Unidos y las naciones de la Unión Europea.

«Estamos hasta la saciedad de gobiernos que agudizan la crisis económica y social, tras la privatización de compañías estatales como la de telecomunicaciones, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, puertos, aeropuertos y el programa de mecanización agrícola», reconoció el profesional hondureño.

La lista aportada por Mora comprende también lo que él denomina como «desnacionalización silenciosa de los hospitales públicos» y un deterioro y abandono progresivo de las escuelas; sumado a cifras alarmantes de deserción de decenas de miles de escolares en los niveles de prebásica, primaria y secundaria.

«El capitalismo neoliberal es un modelo económico fracasado en los países dependientes de la producción de materias primas como el nuestro, de ahí que los índices de pobreza rebasen el 74 por ciento y los de pobreza extrema el 43 por ciento, luego de tres periodos en el poder del Partido Nacional», argumentó. Para Gilberto Ríos, postulante a diputado por el departamento hondureño de Francisco Morazán, la contienda real por la presidencia comprende sólo tres fuerzas: el tradicional bipartidismo, representado durante más de un siglo por el Partido Nacional y el Partido Liberal, y Libre.

«Las dos primeras organizaciones partidistas están agotadas, por eso Xiomara llena un vacío muy grande de liderazgo político. Además, el equipo que la acompaña reúne a excelentes profesionales, líderes obreros y estudiantiles y luchadores por los derechos humanos», aseguró el dirigente político a Prensa Latina.

Xiomara castro, favorita a la presidencia

El origen de la situación actual es el golpe de estado del 28 de junio de 2009, el primero de su tipo considerado como exitoso en el siglo XXI, contra el entonces presidente Manuel Zelaya, esposo de Xiomara, y en consonancia con los intereses de una élite conservadora.

«Honduras es hoy una nación en descrédito y con una deuda que aumentó en 400 por ciento durante la última década. También un narco-estado con los niveles más altos de miseria en su historia. De ahí, la emigración masiva de la población hacia países del norte en la búsqueda de otras oportunidades», indicó Mora.

El ingeniero hondureño refirió cómo el partido gobernante aparece involucrado en el saqueo de recursos, narcotráfico y lavado de activos de procedencia ilegal, con juicios pendientes por el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, si bien resultan amparados por las Zonas Especiales de Desarrollo (Zedes).

Los tradicionales partidos Nacional y Liberal representan, de acuerdo con Ríos, la profundización o continuidad del modelo neoliberal, las privatizaciones, la lógica extractivista y el comprometimiento de la soberanía, frente a Libre con una visión de rescate de la institucionalidad e impulso de un estado popular.

Libre apuesta por la derogación de, al menos, 13 leyes que consideran el sustento de la dictatura, entre ellas, la Fundamental de Educación, Zonas Especiales de Desarrollo, Coalianza, Reserva de información de Mi Ambiente, para el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad y de Empleo Temporal.

Retos del nuevo gobierno

Una deuda externa superior a los 10 mil millones de dólares, la existencia de bombas fiscales, escándalos de corrupción, saqueo de las arcas públicas y malos resultados de las empresas públicas constituyen algunos de los desafíos para el nuevo ejecutivo, con capacidad de gestión desde el venidero 27 de enero de 2022.

Mora señaló como retos del nuevo gobierno: la disminución de la tasa de desempleo, la creación de un plan masivo de puestos laborales, la implementación de políticas crediticias a favor de los pequeños y medianos empresarios, y el reemplazo de las importaciones mediante el fomento de la industria nacional.

«La recuperación de todas las empresas nacionales deberá ser la columna vertebral, unido a la desprivatización. Con un estado fuerte podemos dejar atrás la colonización económica y el sometimiento a los capitales financieros, pues las transnacionales controlan casi 90 por ciento de nuestro patrimonio», apuntó.

Si bien persisten posiciones conservadoras, manifestó Ríos, existe un consenso general en la población respecto a la necesidad de que acabe el actual ejecutivo nacionalista y a no dar continuidad con el candidato oficialista Nasry Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa.

En esa voluntad organizaciones de izquierda, centroizquierda, socialdemócratas y centroderecha, entre ellas, la Alianza Liberal Opositora manifestaron su adhesión al proyecto de país de Libre, inscrito tiempo después del golpe de estado de 2009, como el séptimo partido político del país centroamericano.

*Agencia Latinoamericana de Información Prensa Latina

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