Honduras | Rodolfo Pastor, politólogo y diplomático: “Por primera vez la oposición ha consolidado una alianza con capacidad de hacer frente a la dictadura y a la falta de condiciones democráticas”

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Entrevista a Rodolfo Pastor, politólogo y diplomático hondureño

Por Diego Arellano, de la redacción de NODAL

Con una realidad económica grave, indicadores sociales preocupantes y una crisis migratoria récord en su historia, Honduras afrontará una nueva jornada electoral para definir el sucesor o sucesora del actual presidente Juan Orlando Hernández. Las elecciones están rodeadas por un tinte de violencia política e institucional, graves denuncias de corrupción enquistada en el Estado y un manto de sospechas de fraude generalizado que recaen sobre el gobierno. En diálogo con NODAL el politólogo y diplomático Rodolfo Pastor analiza la realidad hondureña en este contexto electoral.

¿Cuáles son las expectativas respecto de las elecciones presidenciales sabiendo que las anteriores estuvieron cuestionadas por las denuncias de fraude?

A partir del golpe de estado de 2009 hay un deterioro marcado de las instituciones democráticas en Honduras y un incremento significativo de la violencia y de la inseguridad. Es una violencia particularmente perpetrada en contra de miembros de la oposición, desde los partidos políticos hasta los activistas en materia de Derechos Humanos, medio ambiente, maestros, obreros, miembros de la comunidad de la diversidad sexual, etc.

Este contexto de crisis sistémica obviamente pone en problemas a cualquier proceso electoral y por lo tanto los que se llevaron a cabo desde entonces, desde el primero en noviembre de 2009, que se realizó bajo el mando del régimen de facto militar que había llegado al poder con el golpe, pasando por el de 2013, que por primera vez participaba una oposición derivada del golpe de Estado, hasta el de 2017 donde se produjo la reelección del mandatario Juan Orlando Hernández. Esto fue en contra de la Constitución que no permite una reelección y estuvo plagado de fraude que se denunció a través de varias instituciones. Lo denunciaron las misiones de observación electoral que participaron por parte de la Organización de Estados Americanos, como así también la Unión Europea. Todos han documentado y señalado en sus informes las irregularidades sistémicas y sistemáticas que se realizaron. En el caso de 2017, en particular, como resultado de esas irregularidades en el proceso, la OEA sugirió que la elección se tenía que repetir, lo cual al final no sucedió ya que Estados Unidos señaló que ellos reconocían los resultados de esas elecciones. Las expectativas, en este contexto crítico, están llenas de escepticismo pero también con la conciencia de que para estas alturas, el rechazo al régimen, por su corrupción, por sus vínculos con el crimen organizado, que han implicado desde las Cortes en Estados Unidos al propio con JOH y a sus parientes, es generalizado. Por primera vez la oposición ha consolidado una alianza con capacidad de hacer frente a la dictadura y a la falta de condiciones democráticas y al fraude que se ve venir.

¿Cuánto incidieron en la campaña los temas de corrupción, violencia política y la grave situación socio-económica del país?  

Después de 12 años de vivir bajo un un régimen autoritario represivo que ha perseguido a los miembros de la oposición y que ha buscado criminalizar a los movimientos sociales en defensa del medio ambiente y de los recursos naturales, los Derechos Humanos y los derechos políticos, obviamente el tema de la violencia como tal, la violencia política en particular, es generalizada y  es parte del contexto crítico en el que esta campaña se llevó a cabo. Como resultado de este último proceso electoral se han dado varias decenas de asesinatos de políticos y parientes de políticos, la mayor parte de la oposición y la violencia es evidentemente un ingrediente esencial de la crisis actual.

La corrupción juega un papel fundamental en esta campaña, ya que ese régimen de 12 años de antigüedad se ha consolidado en el poder en contubernio con algunos de los empresarios más grandes del país y ha establecido mecanismos de clientelismo y corrupción institucionalizada a través de las diferentes rentas y de los contratos del Estado con empresas que proveen servicios al mismo. La corrupción ha sido señalada por parte de un sinnúmero de organizaciones de la sociedad civil y también de instituciones internacionales que han observado la realidad hondureña desde hace algunos años. A partir de 2015 incluso tenemos la creación de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras operada desde la Organización de Estados Americanos, que -cuando se acerca demasiado a Juan Orlando Hernández y a su familia- es interrumpida y desarticulada. En estos últimos meses es el Consejo Nacional Anticorrupción que desde la sociedad civil trata de documentar y denunciar el impacto de la corrupción y las redes de corrupción que operan desde el Estado en Honduras. Entonces, efectivamente, es un tema también esencial.

En cuanto a la situación socioeconómica del país hay una descomposición progresiva que está también vinculada con problemas del cambio climático, una serie de sequías y huracanes que han provocado problemas importantes en el tema de la seguridad alimentaria, pero además un deterioro de la economía en general. Además, faltan inversiones, se ha acumulado una deuda extraordinaria que supera el 50% del producto interno bruto e índices de pobreza también extraordinarios que llegan según las últimas mediciones a más del 70% de la población.

¿Estuvo en agenda de los candidatos la grave crisis migratoria que atraviesa el país?  

Para la oposición ha sido uno un eje fundamental denunciar la crisis socioeconómica de inestabilidad, de violencia, de inseguridad, como la raíz del éxodo migratorio, de la migración de miles y miles de hondureños que han alcanzado récords en los últimos años y particularmente a lo largo de este último año. Evidentemente está relacionada con la descomposición social y económica que tenemos en el país. Se ha hecho esa denuncia y se ha hecho esa conexión evidente, entre la crisis, lo que provoca esa crisis y las consecuencias de esa crisis. Entonces es una crisis provocada por el mal gobierno, por los abusos, la incompetencia y su corrupción. La migración es el resultado del síntoma más evidente de esa crisis y de esa descomposición. El régimen a su vez ha querido sugerir que es la oposición la que está involucrada de alguna manera en organizar y financiar estás migraciones para tratar de desprestigiar al gobierno, lo cual resulta no solamente absurdo, sino también cínico de parte de los principales responsables de esta tragedia, que obliga a los hondureños y las hondureñas a migrar por falta de oportunidades, por falta de empleo, por falta de condiciones mínimas de seguridad que les permitan sobrevivir, que les permitan tener recursos básicos para alimentarse, para vivir.

¿Cuáles son las diferencias entre las principales candidaturas?

Hay en definitiva quince participantes a la candidatura presidencial en la boleta electoral. Sin embargo los que realmente tienen algún tipo de posibilidad y que tienen un proyecto real al respecto son tres. Esto debido a que el partido oficial, el régimen en sí, promueve y financia la creación de partidos pequeños conocidos como “partidos de maletín” o “partidos bisagra”, que le permiten tener un dominio, un control de las mesas receptoras de los votos durante los procesos electorales, y a partir de ahí manipular los resultados. Entonces la vasta mayoría de los partidos han sido creados por el mismo régimen para tener estos controles.  Además para arroparse de una supuesta legitimidad que le implica el que participen tantas otras fuerzas políticas.

El número de partidos políticos que participan en esta elección se reduce a la alianza que se dio entre el partido Libertad y Refundación que es la principal fuerza política de oposición en conjunto con el partido Salvador de Honduras de Salvador Nasralla, El Pino que es el Partido de Innovación y Unidad y otro movimiento independiente del candidato  Milton Benítez, famoso por su programa periodístico “El Perro Amarillo”.  Estos se sumaron a la candidatura de Xiomara Castro y del Partido Libre.

Finalmente tienes una tercera fuerza de oposición, que es el Partido Liberal que fue uno de los dos grandes partidos del sistema bipartidista del siglo pasado. Es el partido más grande y antiguo de Honduras que -sin embargo- con el golpe de Estado de 2009, se desarticuló, se separó en dos vertientes. Por un lado, la que apoyó el golpe de Estado y por el otro la que lo rechazó y se unió al presidente José Manuel Zelaya y se conviertió en el Partido Libertad y Refundación. El ala que que apoyó el golpe se convirtió en un sector del Partido Liberal que colabora con el Partido Nacional en el poder desde el golpe y ahora lleva como candidato a Yani Rosenthal, un empresario hondureño, que viene de pagar una pena de un par de años en las cárceles de Estados Unidos por haber lavado activos en el años anteriores.

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