María Elisa Quinteros, presidenta de la Convención Constituyente: «La nueva Constitución busca poner fin a las desigualdades en Chile«

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Por Marianela Mayer

La presidenta de la Convención Constituyente de Chile, María Elisa Quinteros, afirmó este miércoles que la nueva Constitución pretende ser una respuesta a la desigualdad existente en el país y a las demandas surgidas del estallido social de 2019.

En diálogo con Télam, Quinteros, una odontóloga de 40 años, se refirió a las dificultades que atraviesa el actual proceso constituyente, como las críticas, la desconexión con la gente o el trabajo contrarreloj para terminar el texto a tiempo, que en caso de ser aprobado reemplazará a la antigua Carta Magna pinochetista, además de abordar la relación con el futuro Gobierno de Gabriel Boric -que calificó de «esperanzadora»- y el saliente de Sebastián Piñera.

– ¿A qué aspira esta nueva Constitución?¿Cuáles son los principales desafíos?

María Elisa Quinteros: Una de las principales aspiraciones es dar respuesta a las demandas que la sociedad levantó en octubre de 2019. Este proceso nace como solución a una crisis política que se estaba viviendo y la salida fue institucional. Si bien la necesidad de una nueva Constitución estuvo muchos años presente en algunos colectivos, cuando estalla la revuelta social pasa a ser masivo el sentimiento de desigualdad que existe en el país. Es una realidad, en el informe anual de la OCDE Chile siempre está entre las mayores desigualdades del mundo. Este proceso nace como respuesta a eso y es lo que perseguimos. Dentro de todo lo que se conversa, está la perspectiva de género, hay una mirada también ecológica muy interesante y de participación. Somos un país donde, producto de la historia, la tasa de participación en organizaciones sociales no es muy alta. Producto de la dictadura, el tejido social se rompió y eso lentamente se va reanudando. Luego, los desafíos que tenemos son más de comunicación, internos y de diálogo, pero ya vimos en las votaciones que hemos alcanzado grandes acuerdos pese al quorum supramayoritario que se nos impuso y eso me ha dado mucha tranquilidad.

¿Cómo avanza la redacción de la nueva Carta Magna?¿Estará lista para julio, como previsto?

Estamos contra el tiempo. El tiempo también fue parte de la salida institucional que se dio en su momento, pero claramente es muy poco. Es solo un año y tuvimos que hacer la reglamentación y también quisimos incluir a la mayor cantidad de participación popular. Nos gustaría hacer las cosas a todo ritmo, estamos trabajando a toda máquina, con jornadas muy extensas e incluso sesiones los sábados. Son los tiempos que tenemos, entonces no veo otra opción porque el 4 de julio se disuelve de facto la convención y no podemos no llegar con la tarea cumplida. Tenemos que hacer todo para calzarnos el cronograma, ajustar lo que tengamos que ajustar, porque la posibilidad de extensión la vemos lejana y no es una decisión que dependa de la Convención, sino que recae en el Congreso y ahí son otras las lógicas que aplican.

¿Cuáles están siendo los puntos más conflictivos?

No sé si conflictivos, porque todavía no terminamos ni la primera vuelta de informes. Uno de los que fue más polémico fue el de medio ambiente, pero no lo veo como una problemática, sino que veo que es parte del diálogo que necesitaba esa comisión con el pleno para ajustar su procedimiento. Es una comisión muy especial porque hay mayor cantidad de ecologistas, tiene una mirada distinta, y no hay representación de todos los grupos. Entonces, no es una muestra representativa del pleno y este primer informe claramente es un llamado para que sigamos trabajando los consensos.

¿Cómo vive las actuales críticas al proceso constituyente, con políticos manifestando su rechazo a un texto aún no definido?

Es un poco extraño porque debiésemos tener una propuesta terminada o muy avanzada para uno decir con propiedad si esto lo aprobaría o rechazaría. Estamos recién viendo la primera parte, tal vez los títulos y algo de la introducción, si se compara con un libro. Entonces, es difícil si no tenemos todo el cuerpo normativo. Por supuesto, todas las críticas son bienvenidas, que sean con espíritu de diálogo constructivo y ojalá propositivo también. Todos podemos tener nuestras diferencias y expresar nuestras opiniones. Sin embargo, la idea es que sean una contribución a este proceso, que es de todos los chilenos.

¿Por qué cree que gran parte de la ciudadanía sigue aún desconectada de este proceso?¿Cómo hacer para que comprendan su relevancia, de cara al plebiscito?

Somos muy autocríticos, tenemos una deuda comunicacional. Los primeros seis meses del proceso no teníamos una Secretaría de Comunicación y todo el esfuerzo estaba en crearla orgánica para poder trabajar en esta segunda parte. Emergió recién la última semana de diciembre, se fue construyendo de a poco y sin una asignación de presupuesto desde el inicio, lo que también hizo difícil comunicar. Tenemos entonces una deuda comunicacional desde que asumimos en enero y hemos estado mejorándola.

Tenemos un convenio con Anatel, que es la asociación nacional de todos los canales, que va a empezar la próxima semana. Nos ha faltado más presencia en los medios, pero también significa dejar de hacer cosas acá y los tiempos son escasos. Creo que hoy tenemos que comunicar más y mejor y la estrategia la estamos implementando. En un par de semanas, creo que va a cambiar este escenario porque vamos a inyectar recursos para comunicar y que la gente sienta este proceso más cercano porque este proceso nace de la gente. Yo lo veo así: el proceso se institucionalizó, se alejó en este edificio que es muy lejano a las personas y ahora la idea es que lo devolvamos a la gente.

¿Cuál es la relación con el futuro Gobierno?¿Hay diferencias en el diálogo y el respaldo al proceso con respecto al de Piñera?

Boric siempre ha sido muy pro proceso constituyente desde el inicio. Estuvo en el acuerdo por la paz que le dio origen y fue también uno de los impulsores de la salida institucional. Públicamente, dijo que apoya este proceso y respeta la autonomía de la Convención -que para nosotros es lo más importante- y que todos los canales de apoyo en términos económicos y administrativos van a ser muy fluidos. Eso lo agradecemos porque como estamos tan enfocados en la construcción de normas, preocuparse de lo financiero y técnico desgasta. Agradecemos el constante compromiso que ha mostrado con este proceso. Incluso ya tuvimos una reunión con el futuro ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson, quien mostró el mismo interés y tenemos esperanzas de mantener una comunicación muy fluida. Respecto al gobierno actual, el año pasado fue muy duro. Nuestros predecesores tuvieron bastante dificultades con el Ejecutivo para el cumplimiento de esto. La primera semana fue un caos estar acá, venía a la noche para ayudar con el tema del protocolo que no estaba listo y a esa hora las autoridades tenían aún cuatro o cinco reuniones para tratar de sacar adelante el proceso. Sin embargo, cuando nosotros asumimos la relación ya estaba muy fluida y no tuvimos inconvenientes.

Télam

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