Perú y Bolivia: un mar de fraternidad – Por Aída García Naranjo Morales

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Aída García Naranjo Morales(*)

La obsesión por la vacancia trasulce en la campaña montada por la oposición de extrema derecha para acusar al presidente Castillo de pretender la entrega de territorio para la salida de Bolivia al Pacífico.

A raíz de la reciente algarada de la derecha contra expresiones manipuladas del presidente Pedro Castillo, que convirtieron una declaración sobre la imposibilidad de cesiones a Bolivia sin consultar al pueblo, en intención de entrega antipatriótica de territorio marítimo al país hermano, vale la pena hacer una reseña histórica sobre el tema del anhelo boliviano de una salida al mar para Bolivia.

El 23 de marzo próximo se cumplen 143 años de la invasión de tropas chilenas a las costas bolivianas, que detonó la Guerra del Pacífico, y el consecuente encierro geográfico del país andino-amazónico.

Desde la fundación de Bolivia, en 1825, su territorio se extendía hasta el océano Pacífico, teniendo como frontera norte a Perú y como frontera sur a Chile, país que inició una guerra contra Bolivia y Perú en la que Bolivia fue privada de su acceso al mar.

El Gobierno del presidente chileno Aníbal Pinto declaró oficialmente en 1879 la guerra. En 1890 la llamada Batalla de Tacna o “del Alto de la Alianza”, marcó la derrota definitiva de Bolivia en la contienda, mientras las acciones bélicas continuaron en territorio peruano hasta 1883.

En 1904, Bolivia y Chile firman un Tratado de Paz y Amistad que fija nuevos límites entre ambos países tras la guerra, con lo cual se consagra la conquista chilena de 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio boliviano, extensión 25% mayor que Italia y el 80 por ciento de España.

Desde entonces, ambos países negociaron, sin resultados, alguna manera de aliviar el encierro boliviano. Antes del tratado, Chile prometió ceder Arica a Bolivia pero introdujo en el Protocolo de 1929 complementario tratado de límites con el Perú, el llamado “candado”, es decir la prohibición de ceder los territorios de Tacna o Arica a terceros sin acuerdo con la otra parte.

La asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en La Paz en 1979, aprobó por primera vez una declaración que señala que “…es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa por la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al océano Pacífico” y recomienda que los estados involucrados “inicien negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana” al mar.

Posteriormente, después de más intentos fracasados de encontrar una solución al viejo diferendo, los gobiernos de los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Michelle Bachelet (Chile) establecen una agenda de 13 puntos que incluye el tema del mar y comienzan un periodo de acercamiento entre ambos países. En el 2011 se realiza en La Paz la primera reunión de cancilleres de Bolivia y Chile en 60 años, para tratar la demanda marítima boliviana, pero no llega a resultados.

Todas las conversaciones sobre el tema, terminaron con la ratificación chilena de negarse a redefinir sus fronteras para dar a Bolivia una salida al mar.(Mapa. El Orden Mundla (EOM), ante lo cual el gobierno de Evo Morales llevó el problema a la Corte Internacional de La Haya, la cual determinó que Chile no tiene ninguna obligación de negociar con Bolivia un acceso soberano a la costa del Pacífico. La determinación causó desilusión en los bolivianos. (Cronología de cómo Bolivia fue despojada de su salida al mar | Noticias | teleSUR (telesurtv.net Mayo 2021).

Bolivia, el mar y el golpismo

El tema quedaba así cerrado, pero, insólitamente, se reavivó al ser tomado por las bancadas promotoras de la vacancia del presidente Pedro Castillo, con la irresponsable complicidad de un grupo de diplomáticos jubilados, como una herramienta más para defenestrarlo, como lo denunció el primer ministro, Aníbal Torres, en una cronología sobre el golpismo, tras la cita de los conjurados en el hotel Casa Andina del 14 de febrero, auspiciada insólitamente por la fundación alemana Friederich Naumann.

La trama fue armada forzando la unión de piezas dispersas: Evo Morales ha dicho que los bolivianos jamás renunciarán a una salida soberana al mar y, como la salida por Chile fue clausurada por el fallo de La Haya, ahora promueve la Runasur para, en ese marco, ejecutar un plan expansionista para tener una salida por el Perú, con la complicidad del “comunista Castillo”.

La maniobra incluyó un video del dirigente magisterial Castillo, antes de ser presidente, coreando “¡Mar para Bolivia!” con los participantes en un encuentro internacional del gremio en La Paz -que expresaban la solidaridad de los pueblos latinoamericanos con el anhelo boliviano- y fue coronada con la infausta entrevista del entrevistador Del Rincón a Castillo, donde este trastabilló y el primero lo cortó cuando el presidente decía que no estaba hablando de dar territorio a Bolivia.

La maniobra se complementó con la presentación por un grupo de abogados ultraderechistas, como Alejandro Tudela y Fernán Altuve, de una acusación a Castillo de “¡Traición a la patria!” contra el mandatario por sus declaraciones sobre la aspiración boliviana a una salida al mar. Ese delito está tipificado en los artículos 315 del Código Penal y 78 numeral 27 del Código de Justicia Penal Militar, pero sobre todo es uno de los pocos por los que un presidente en funciones puede ser juzgado. Parte de la acusación dice, con una buena e infaltable dosis de anticomunismo de mediados del siglo XX:

“2.6 Asimismo es pertinente recordar que los sucesivos gobiernos bolivianos han intentado interferir reiteradas veces en los asuntos políticos internos peruanos e inclusive recientemente junto con los miembros del Grupo de Puebla y la Organización Indígena Abya Yala se lanzó el proyecto Runa Sur que se entendió que podría implicar la secesión de las regiones del sur del Perú. Por ello el Congreso de la República aprobó declarar al ex presidente boliviano (Evo Morales) como persona non grata; y se frustró, en diciembre de 2021, la cita cumbre que planeaban en el Cusco .

3.7 Delito de traición a la patria

c. La actuación internacional del Presidente está sometida al artículo 78º del Código de Justicia Penal Militar que, en su numeral 27, establece que: «Comete el delito de traición a la Patria, todo peruano … cuando practica cualquiera de los actos siguientes:[. . .) Atentar deliberadamente, de cualquier manera. contra la integridad de la Nación en tiempo de paz … «.

d. El artículo 325 2 del Código Penal (en el Título XV: Delitos Contra el Estado y la Defensa Nacional) establece: «Atentado contra la integridad nacional: El que practica un acto dirigido a someter a la República, en todo o en parte, a la dominación extranjera o a hacer independiente una parte de la misma, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años»

“Nuestros tratados de Limites son pétreos…”

Ante la algarada sobre el supuesto entreguismo de Castillo, el Congreso de la República aprobó invitar al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Óscar Maúrtua, ante el Pleno, a fin de que responda por las declaraciones del presidente Pedro Castillo sobre el tema de la salida al mar a Bolivia en la entrevista con CNN, en la que dijo que no puede hacer nada al respecto sin consultar al pueblo, de lo que no se puede inferir que va a convocar un referendo para entregar territorio patrio.

El 1 de Febrero, el embajador Maúrtua presento un informe respecto al contenido, implicancias y sentido de las declaraciones del Presidente de la República. Señalo entre otros aspectos que:

Asistió a la sesión convencido de que a todos los peruanos nos une la tarea irrenunciable de atender el interés nacional en nuestras relaciones internacionales, a través de una política exterior de Estado que proyecta al Perú al mundo como un país que, sobre la base de su soberanía e integridad territorial, cultiva relaciones de amistad y cooperación que coadyuvan al desarrollo social de su pueblo, este es el caso de las relaciones Perú Bolivia.

Luego de revisar las recientes declaraciones de Castilo, señaló, sin ambigüedades que “el Señor Presidente NO HA SEÑALADO que sea su intención ‘otorgarle parte del territorio marítimo peruano al Estado Plurinacional de Bolivia’ y que nunca se refirió a cesión alguna del territorio peruano a otro país y que él será – lo citó textualmente- “el primero en defender la integridad de nuestro país”. Añadió que el mandatario ha añadido que “nuestra propuesta de concesión marítima no contempla soberanía nacional”. Finalmente, hizo una cita terminante: “Sí, me expresé mal, pido disculpas a nuestro pueblo”.

Explicó que las facilidades otorgadas a Bolivia corresponden a una política de Estado que encuentra en los Acuerdos de Ilo, firmados el 24 de enero de 1992 durante el Gobierno del Presidente Alberto Fujimori, y que el Presidente Alan García propuso incluso ampliar en 2010. En ambos casos con la intención de desarrollar un polo de crecimiento económico y turístico con inversiones en favor del sur del Perú.

El canciller ratificó “La política exterior que forma parte de una histórica política de Estado dirigida a facilitar a Bolivia el acceso de su comercio exterior al Pacífico por puertos peruanos, para generar de esa manera un beneficio mutuo, en especial para el desarrollo del sur del Perú y en particular del puerto de Ilo”.

Aclaró también que “no es una política de Estado y por ende tampoco una política del Gobierno del presidente Castillo promover cesión alguna de territorio peruano. El Gobierno no se ha planteado y ni siquiera imaginado” ello.

“Esa es una posición permanente, que forma parte de nuestra política exterior de Estado, y que tiene su origen en la historia común”, dijo, y agregó:

“La relación bilateral con Bolivia es de la mayor importancia para el Perú. Trabajamos juntos en la gestión del sistema endorreico del Lago Titicaca, para promover su descontaminación y el uso sustentable de sus recursos en favor de las poblaciones altiplánicas de ambos países. Articulamos nuestros espacios amazónicos para promover el desarrollo sostenible. Hemos construido carreteras que nos unen y que permiten que el comercio boliviano se canalice a través de puertos peruanos. Integramos nuestros mercados nacionales para asegurar economías de escala y nuestras zonas fronterizas con el fin de promover el desarrollo social de las poblaciones de ambos países que las ocupan”.

“Esta voluntad de integración está en la base del Convenio de Tránsito Peruano-Boliviano, firmado por el Canciller Armando Revoredo Iglesias durante el Gobierno del Presidente José Luis Bustamante y Rivero en 1948; y de los denominados Convenios de Ilo de 1992, firmados por el Canciller Augusto Blacker Miller durante el Gobierno del Presidente Alberto Fujimori. También sirven de fundamento al Tratado General de Integración firmado por el Canciller Manuel Rodríguez Cuadros durante el Gobierno del Presidente Alejandro Toledo, en 2004”

El Convenio de Tránsito Peruano-Boliviano de 1948

Según el informe de Maúrtua, en virtud del Convenio de 1948, ambos países se obligaron a otorgarse libre tránsito por sus respectivos territorios, en forma irrestricta, en todo tiempo y circunstancias, para toda clase de cargas, incluyendo productos naturales, manufacturas, mercaderías, material bélico, materias primas, y cualquier clase de artículos transportables, ya sea que provengan de los Estados parte o de terceros. El tránsito se realiza por las vías habilitadas por las partes y por las que se habiliten en el futuro (artículo 1).

Décadas más tarde, se firmarían los llamados Convenios de Ilo.

Los Convenios de Ilo de 1992

En aplicación de los convenios de Ilo, Bolivia puede designar a una empresa promotora que partícipe en la Zona Franca Industrial de Ilo, en el marco de lo dispuesto en la normativa peruana, y puede cederle la administración del área a ser acordada, por un período de 50 años renovables por períodos iguales, por acuerdo entre las partes.

El Gobierno del Perú concedió, además, bajo regímenes especiales, las más amplias facilidades para la utilización del Puerto de Ilo. Mediante Acuerdo Modificatorio por intercambio de notas del 6 de mayo de 1992, se convino ampliar el periodo por el cual la Junta de Administración de la Zona Franca Industrial de Ilo le cederá a la eventual empresa promotora boliviana la administración de dicha Zona Franca de 50 a 99 años, renovables.

El Gobierno del Perú, en el marco de lo establecido en su legislación, decidió la participación de Bolivia en una Zona Franca Turística de playa (ZFT) en el litoral de Ilo que abarca una franja de playa de cinco kilómetros, para fines de turismo, denominada “Boliviamar”.

Más integración

El informe del canciller indicó que, años más tarde, el 3 de agosto de 2004, durante el Gobierno del Presidente Alejandro Toledo, los cancilleres Manuel Rodríguez Cuadros, del Perú, y Juan Ignacio Siles del Valle, de Bolivia, suscribieron el Tratado General de Integración y Cooperación Económica y Social para la conformación de un Mercado Común entre el Perú y Bolivia.

Estos son los tratados bilaterales vigentes por los que el Perú ha acordado brindar facilidades a Bolivia para el acceso de su comercio exterior de ultramar por el Pacífico a través de puertos peruanos. El Convenio de Tránsito Perú-Boliviano de 1948, los Convenios de Ilo de 1992 y el Tratado General de Integración y Cooperación Económica y Social para la Conformación de un Mercado Común entre la República de Bolivia y la República del Perú (2004). “Ninguno de estos tratados modifica, ni podría modificar, la frontera establecida con Bolivia. Los tratados de límites son intangibles y perpetuos”, precisó el ministro.

Aumento de la carga por el puerto de Ilo

En respuesta al otorgamiento de facilidades de ENAPU a la empresa estatal portuaria boliviana ASP-B, el flujo de carga de dicho país se ha incrementado exponencialmente, de tan solo 23 toneladas en 2017, a 118 mil toneladas en 2021, con una proyección ascendente para los próximos años.

Asimismo, en el reciente Encuentro Presidencial y VI Gabinete Binacional Perú-Bolivia, celebrado en La Paz el 30 de octubre de 2021, los mandatarios de ambos países dispusieron la conformación del Equipo Binacional permanente para el desarrollo del Puerto de Ilo.

Actualmente, según Perú, se cumplen las condiciones del acuerdo suscrito por ambos países el 24 de enero de 1992. Estas, según la Cancillería, «permiten a Bolivia —con pleno respeto de la soberanía nacional del Perú— gozar de un conjunto de facilidades en dicho puerto peruano y en las zonas económicas especiales que se crearon para favorecer el desarrollo del sur de nuestro país, facilitando al mismo tiempo el comercio exterior boliviano».

Por otro lado, en el marco de la Comunidad Andina, el Acuerdo de Integración Subregional Andino (Acuerdo de Cartagena) contempla en su artículo 4 una referencia al “enclaustramiento geográfico de Bolivia”, y manifiesta la voluntad por lograr “el desarrollo equilibrado y armónico de los Países Miembros” (artículo 1), sin que ello implique en absoluto modificación alguna de las fronteras estatales.

Pese a todas esas explicaciones, la estrategia golpista de vacancia presidencial se mantendrá, por lo que consideramos que Evo, Runa Sur y Boliviamar solo son un pretexto; siendo el objetivo vacar al presidente.

Debemos honrar la histórica posición de solidaridad que el Perú mantiene en relación a Bolivia dada su condición de mediterraneidad construir con Bolivia una relación de mutuo beneficio. En el Perú, Bolivia, cuenta con “un mar de amigos”.

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