Con el triunfo de Rodrigo Chaves como Presidente, ¿qué sectores ganan y qué sectores pierden?

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Josué Alfaro

La victoria de Rodrigo Chaves, candidato del Partido Progreso Social Democrático, en las elecciones presidenciales de este 3 de abril es de difícil lectura, al representar a un partido absolutamente nuevo y del que se desconocen más liderazgos aparte del suyo. Sin embargo, el ahora presidente electo prometió impulsar cambios de paradigma en algunos mercados, como el arrocero y el de los medicamentos, pero no mover otros como el azucarero.

El gane del exministro de Hacienda también representa la llegada al poder de una figura confrontativa. Esa ha sido su tónica y la de partidarios suyos con otros actores de la institucionalidad democrática que le han cuestionado, incluidos el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y los medios de comunicación.

Como antecedente en la gestión pública apenas se le conocen los 180 días en que fue ministro de Hacienda del actual gobierno, pero de su campaña electoral se desprende un discurso filoso en contra de los partidos tradicionales y algunas de las las élites que han crecido en sus gobiernos.

Chaves señaló que buscará eliminar beneficios “a los más ricos”, pero no profundizó demasiado en a quiénes incluye en esa categoría.

También se comprometió a dar más espacio para la incidencia de sectores como las iglesias evangélicas, cuyo criterio prometió considerar en el momento de designar a sus líderes de gobierno en campos como educación, salud y relaciones exteriores

¿Quiénes ganan?

Como el Partido Progreso Social Democrático (PPSD) se trata de una agrupación política nueva, es difícil determinar qué sectores pueden beneficiarse con mayor fuerza de un gobierno suyo. La observación la realizó la politóloga de la Universidad de Costa Rica (UCR), Eugenia Aguirre; quien consideró que es más sencillo hacer ese balance con partidos de larga data, como Liberación Nacional (PLN).

Sin embargo, el politólogo e investigador de la UCR y el Programa Estado de la Nación (PEN), Ronald Alfaro, observó que la campaña de Chaves se ha nutrido de grupos que “han estado excluidos de posiciones de poder o que ambicionan ocupar esos espacios”.

Por ejemplo, una transformación del mercado arrocero podría abrir la puerta para que importadores de ese grano asuman alguna porción del mercado, si Chaves finalmente decide levantar medidas proteccionistas que actualmente benefician a industriales.

También es posible que el acercamiento de Chaves con las iglesias evangélicas suponga alcanzar niveles de influencia que les fueron negados en 2018, en detrimento de otros sectores como los grupos feministas o de tendencias LGTBIQ+.

“Cuando hablamos de Chaves, hablamos de sectores que quieren acabar con ciertas cosas y lograr algún reacomodo”, apuntó Alfaro. “Esto es normal, porque el espacio que unos dejan, otros lo ocupan”, subrayó.

En el caso del mercado arrocero podrían resultar beneficiados incluso financistas de la campaña del PPSD como el importador arrocero Bernal Jiménez; mientras que en el mercado de los fármacos es más difícil predecir nuevos participantes. Sin embargo, Chaves ha sido claro en su intención reformista dentro de ambos sectores.

Chaves adoptó un tono diferente con el sector azucarero, durante su campaña. En un foro organizado por la Cámara de Exportadores (Cadexco), el exministro de la actual administración dijo considerarse a sí mismo partidario del libre comercio, pero no tener intenciones de “mover” el estado de la situación de ese mercado ni sus aranceles.

¿Quiénes pierden?

En contraposición de los grupos que parecen ganar cuotas de poder con la designación de Chaves, otros parecen perderlo. Por ejemplo, los grandes industriales del arroz en Costa Rica, representados en la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), podrían considerarse como eventuales perdedores si Chaves cumple con su promesa de reducir las prácticas proteccionistas de ese mercado.

Asimismo, el politólogo Alfaro considera que grupos feministas y organizaciones relacionadas con los derechos de la mujer podrían perder terreno ganado en los últimos años.

Más allá de las acusaciones de acoso sexual que pesaron sobre Chaves, el investigador sostiene que este grupo puede ser blanco de un discurso hostil del nuevo presidente electo. Él no solo rechazó firmar compromisos contra la violencia de género promovidos por el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) durante la campaña, sino que además señaló la posibilidad de revisar destinos específicos de financiamiento para esa institución, entre otras que considera no logran invertir su dinero eficientemente, como Instituto de Desarrollo Rural (Inder) o el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).

Chaves también ha anunciado su deseo de eliminar cargas parafiscales que hoy redirigen ganancias de entidades estatales a mecanismos de coordinación cooperativa, un sector históricamente cercano al liberacionismo. También ha planteado la posibilidad de impulsar impuestos a las grandes cooperativas.

El nuevo mandatario y figuras de su partido también han demostrado un discurso fácil de confrontación con entidades de la institucionalidad democrática como otros Poderes de la República, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y los medios de comunicación. Sin embargo, resta por ver cuál será su actitud una vez que asuma el Poder Ejecutivo, ya fuera de la campaña.

Chaves podría encontrar un espacio de conflicto con todas estas entidades por las investigaciones que pesan en su contra por el financiamiento del PPSD en esta campaña; así como por su intención de contrariar fallos constitucionales sobre las popularmente llamadas “pensiones de lujo”.

Sobre estas últimas, ha dicho que quiere ir más allá de los recortes máximos del 50% que actualmente se implementan por límites que ha impuesto la Sala IV, a través de criterios que él considera errados.
Incógnitas

La elección de Chaves como nuevo mandatario también plantea algunas incógnitas. Por ejemplo, el exministro ha mencionado en distintas entrevistas e intervenciones públicas su intención de eliminar exoneraciones tributarias y beneficios que pesan sobre sectores de la población que considera más acomodados. Sin embargo, no ha precisado a cuáles grupos en específico se refiere.

También ha deslizado la idea de impulsar un sistema único de pensiones, en detrimento de sistemas ventajosos como el del Magisterio Nacional o el del Poder Judicial; pero en las últimas semanas ha matizado su postura sobre ese tema.

Asimismo, se ha manifestado a favor de reducir la planilla estatal y de reestructurar instituciones; aunque ha dicho que todo dependerá de estudios técnicos que se realicen y que no se plantea despidos masivos.

Cuando fue ministro de Hacienda, llegó a plantear el cierre y la concesión del Banco Internacional de Costa Rica (BICSA) y la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), pero no ha habló al respecto durante su campaña electoral.

Sí indicó la posibilidad de revisar posibles congelamientos de plazas, planes prejubilatorios o traslados interinstitucionales, de ser necesario.

Ganadores y perdedores políticos

Con la victoria de Chaves, además, se pueden apreciar ganadores y perdedores en el plano meramente político.

Ante la ausencia de liderazgos históricos reconocidos dentro de la agrupación, el círculo fundador del PPSD y las personas que se sumaron como financistas o aliados políticos podrían acceder a mayores cuotas de poder.

Por ejemplo, el importador de bienes Bernal Jiménez y el exministro de Energía y Minas de Luis Alberto Monge, Calixto Chaves, aportaron dinero al partido de Chaves y podrían alcanzar algún nivel de preponderancia en la nueva administración.

Además, políticos que naufragaron en los últimos procesos electorales pero dieron su adhesión a Chaves en semanas recientes podrían tener un nuevo aire político, a través de puestos o algún nivel de influencia en el nuevo gobierno. Entre ese grupo de personas se encuentran personajes como la exdiputada (2014-2018) Natalia Díaz o el exministro de Seguridad Juan Diego Castro.

El máximo perdedor en la arena política, por otra parte, parecen ser el PLN. La agrupación no logró levantarse de sus fiascos políticos de 2014 y 2018, y la pérdida ante un candidato outsider de la política tradicional como Chaves es un nuevo mensaje de rechazo en contra de su estructura y sus liderazgos tradicionales.

Nunca antes Liberación Nacional había acumulado tres administraciones consecutivas sin alcanzar la Casa Presidencial, hasta ahora.

El Financiero

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