Colombia | El primer paso de Petro: presentó una reforma tributaria para reducir la desigualdad

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Los 7 ejes de la tributaria de Petro, que sacrifica recaudo por viabilidad

Contrario a la costumbre de presentar las reformas tributarias muy al final del año para evitar el lobby de los grupos de presión, ayer lunes 8 de agosto, primer día hábil del gobierno Petro, y antes de que terminara la mañana, José Antonio Ocampo presentó el texto completo del proyecto de ley de reforma tributaria “para la igualdad y la justicia social”. Es una reforma que, en términos generales, responde a las recomendaciones de expertos como la Ocde, Fedesarrollo y la Cepal, y que como de entrada reduce el esfuerzo de recaudo a la mitad de lo anunciado por la campaña de Petro, gana mayor viabilidad.

La mayor carga tributaria la llevan las personas más adineradas y el sector extractivo. Aunque la reforma no establece unas destinaciones específicas de todos estos ingresos nuevos, según Ocampo, casi por definición, al gravar a las personas de más altos ingresos de una manera tan progresiva, se reducen automáticamente los índices de desigualdad. Un argumento que utilizarán en el Congreso para conseguir su aprobación.

Estos son los siete ejes claves de la reforma tributaria que debe ser aprobada en los próximos 140 días si la pretensión es que sus normas se apliquen en el período fiscal correspondiente al 2023:

1. El IVA no se toca

El proyecto no se mete con el Impuesto al Valor Agregado, IVA, salvo para eliminar el reciente invento de los días sin IVA.

Algunos centros de investigación, como Fedesarrollo, habían propuesto, por ejemplo, subir de manera gradual, en tres años, todos los bienes y servicios exentos, excluidos o gravados al 5% a una tarifa del 8 por ciento. Esa tímida modificación, que ni siquiera acercaba esos productos a la actual tarifa general del 19%, no fue tenida en cuenta en la propuesta de Ocampo.

Al tomar esta decisión, el Gobierno renuncia a tapar huecos y distorsiones importantes derivadas de un listado no del todo justificado de bienes y servicios exentos de este impuesto o con tarifa preferencial (tablets, seguros privados de salud, celulares), pero le apuesta a ganar viabilidad política.

Al ser el IVA un impuesto indirecto, pues el rico que compra una lavadora paga lo mismo que el pobre, se considera por los expertos un impuesto regresivo, o al menos no progresivo dado que el que gana más no paga más proporcionalmente. Por eso, además de ganar viabilidad política, al no tocar este tributo el gobierno refuerza el mensaje de que esta es una reforma que propende por una mayor igualdad.

Sin embargo, para analistas como Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, lo de no incluir el IVA “es el miedo a la discusión y a la revuelta social. Este Gobierno tenía la oportunidad con la legitimidad que tiene de hacerlo, con una gradualidad importante. Es infortunado que no se hubiera incluido”.

2. Las personas más ricas llevan la mayor carga y cambia la definición de ‘ingreso’

‘Los ricos también lloran’ podría ser el título general del proyecto.

De los 25 billones que aspira a recaudar el gobierno en el primer año con esta reforma (50 billones al final del cuatrienio, con la implementación de algunas medidas antievasión), poco más de 8 billones provienen de reformas al impuesto de renta de personas naturales. Es decir, el 32% estará a cargo de personas de carne y hueso y no de empresas. Aunque no cualquier tipo de personas.

En términos puramente económicos, la clase media en Colombia está compuesta por quienes tienen un ingreso al mes de entre $690.524 y $3.718.204. Esta reforma afectará sólo a quienes tengan ingresos de más de diez millones de pesos al mes. Así que, de entrada, es una reforma orientada con bastante énfasis hacia la clase alta, incluso muy alta.

La forma de hacerlo es una combinación de varias herramientas, entre las que se destacan sobre todo dos: por un lado, establece una tarifa progresiva que va aumentando a medida que van aumentando los ingresos, hasta llegar a una del 25,7 por ciento para los ingresos muy altos, los que ganan de 140 millones de pesos al mes para arriba.

Según Ocampo, unas 34 mil personas están en ese rango y pagan una renta de 16,4 por ciento sobre sus ingresos. Si se aprueba la nueva reforma, pasarían de pagar casi 23 millones de pesos por ese nivel de ingresos, a pagar poco más de 35 millones de pesos.

Pero, para una persona que gane, por ejemplo, 11 millones de pesos al mes, la tarifa pasa de 4,6 por ciento a 6.4%, y el aumento mensual en el impuesto de renta sería de $200 mil, pues pasaría de pagar 500 mil pesos a 700 mil pesos. Los que tengan un sueldo de $10 millones o menos seguirían sin pagar nada.

Y, por otro lado, la reforma modifica la forma de definir lo que constituye un ingreso. Es la modificación central de la reforma y la que más impacto va a generar.

Hoy en día, si una persona tiene un salario, paga una tarifa por ese ingreso; pero si en ese mismo mes, recibe una herencia, paga otra tarifa distinta; y, si además, recibe un dividendo, la tarifa es, de nuevo, distinta.

Esos conceptos, denominados “cédulas tributarias”, producen enormes distorsiones, pues, por ejemplo, un inversionista que recibe sobre todo dividendos — incluso si son millonarios— paga hoy apenas una tarifa del 10 por ciento, mientras que un asalariado pagaría mucho más después de cierto nivel (un asalariado de 25 millones de pesos paga una tarifa del 12%). Y las herencias pagan el 10 por ciento.

Lo que propone la reforma es coger todos los ingresos de una persona, mezclarlos en una especie de gran bolsa o licuadora, y aplicarle la tarifa que corresponda, según la tabla progresiva, sin importar el tipo de ingreso que es.

Esto en general implicará una igualación de los impuestos entre rentistas y asalariados, pero, en general, un aumento de la tarifa para todo el mundo, si gana más de 10 millones por todos esos conceptos.

Entonces, un colombiano que gane un salario de $8.5 millones y reciba un arriendo o dividendos de Ecopetrol de dos millones pagaría una renta del 6.4% sobre los $10,5 millones, que es la tarifa que corresponde a los que tienen ingresos entre 10 y 15 millones de pesos según la reforma propuesta.

3. Crea un impuesto nuevo a las exportaciones de petróleo, carbón y oro

La reforma trae un nuevo impuesto a las exportaciones de productos extraídos del subsuelo, una propuesta que no aparece en ninguna recomendación de la Ocde (el denominado club de los países ricos), ni la Cepal (el centro de la ONU para estudios económicos latinoamericanos), ni Fedesarrollo o Econometría (dos de los centros de investigación económica más reputados de Colombia).

Con ese impuesto a las exportaciones de petróleo, carbón y oro, el gobierno aspira a recaudar 7 billones de pesos, el 28% del total. Más incluso que lo que pretende conseguir con las modificaciones del impuesto de renta a las empresas, por ejemplo.

Es un impuesto teledirigido a un sector específico, solo comparable en ese sentido con el impuesto a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados, de dimensiones mucho menores.

Es un impuesto que, según la exposición de motivos, “funciona como un pago al gobierno por los derechos a exportar un bien o servicio a otro país”.

El gobierno se anticipó con énfasis a las dos posibles críticas a semejante bomba.

La primera crítica es que estas empresas ya pagan regalías por lo cual este impuesto sería obligarlas a pagar dos veces por lo mismo, a lo cual Ocampo contestó que son dos cosas muy distintas: las regalías son simplemente el pago obvio que debe hacer quien explota y se enriquece por un activo que por Constitución le pertenece a la Nación, el subsuelo, mientras que el impuesto es el tributo por el ejercicio de una actividad económica como cualquier otra. No es esta una explicación en sí misma muy sólida pues por esa vía cualquier actividad exportadora, por el solo hecho de serla, ameritaría este impuesto extraordinario.

La segunda crítica es que este impuesto desincentiva la inversión. El Gobierno, dado su enfoque ambientalista y antiextractivista, contesta, palabras más, palabras menos, que esa es justamente la idea. O, en términos de la exposición de motivos, “el impuesto generaría incentivos para que Colombia avance con mayor rapidez hacia una estructura productiva con menor contribución de la producción minera y petrolera”.

4. Mantiene la misma tarifa de renta a las empresas y elimina casi todas las exenciones

Varios de los centros de pensamiento mencionados han sugerido con insistencia la necesidad de reducir la tarifa general del impuesto de renta de las empresas, pero al tiempo eliminar varias exenciones y tratamientos privilegiados a sectores específicos.

La reforma hace lo segundo, pero no lo primero.

De modo que sectores como el hotelero o la llamada “economía naranja” que tanto se promovió en el gobierno Duque, dejarán de tener tratamientos preferenciales y se someterán a la tarifa general del 35 por ciento.

La lógica de este cambio —según dijo Ocampo- es que no tiene sentido que empresas del mismo tamaño e ingresos paguen un impuesto diferente por el sólo hecho de que están en sectores económicos diferentes.

La excepción a esta regla general es universalmente aceptada en casi todos los países de la Ocde: las empresas de salud y educación deben tener tratamientos privilegiados. Petro le agrega a esta lista obvia el tema de las empresas dedicadas a la conservación del medio ambiente.

Esta eliminación de la “desigualdad horizontal”, que nivela el campo de juego de las empresas, no vino acompañada, como se había anunciado en algún momento de la campaña y del empalme, por una reducción de la tarifa general.

Fedesarrollo había propuesto, por ejemplo, una reducción del 35 por ciento al 30%, y así lo decía el programa del Pacto Histórico.

Pero los asesores de Ocampo, después de echar números, concluyeron que no era posible recaudar 25 billones de pesos sólo a punta de impuestos a las personas naturales. De ahí que, desde el punto de vista empresarial, salvo para el sector minero/petrolero, la reforma sea una continuación del status quo, o, en algunos casos, una terminación de una anormalidad favorable, pero insostenible en el tiempo.

Marcela Eslava, decana de economía de la Universidad de los Andes, le dijo a La Silla que este es un punto débil de la reforma: “me parece muy inconveniente que ese recaudo sea a costa de seguir incrementando la tributación de las empresas que ya es muy elevada en Colombia”. Por eso, para la decana Eslava, “la eliminación de muchas de las exenciones es positiva si y solo si se compensa con una reducción de la tasa general”.

5. Suben los impuestos a las gaseosas, golosinas y comida chatarra

Como lo había anunciado Petro desde campaña, la reforma propone un mayor impuesto para las bebidas azucaradas y para los alimentos ultraprocesados como los paquetes de papas fritas.

El ministro Ocampo explicó que esta medida, más que un propósito fiscal (sólo aspira a recaudar el 10 por ciento del total, si se le incluye además una extensión del impuesto al carbono y a los plásticos de un solo uso), tiene un propósito sociológico: desincentivar el consumo de este tipo de productos, que según el consenso científico, afectan de manera particularmente notoria la salud humana y generan costos públicos al sistema de salud.

6. Se acaba la distorsión de los combustibles en zonas fronterizas

El proyecto aborda el complejo tema de los combustibles en zonas de frontera. Hoy en día, la gasolina y el Acpm de las regiones fronterizas tienen un tratamiento tributario favorable. Esto surgió de la ley de fronteras, como uno de los mecanismos para incentivar la inversión y el comercio en esas zonas.

Sin embargo, según el gobierno, esto sólo ha servido para generar contrabando entre esas regiones y el resto del país. La reforma acaba de un tajo con esa diferenciación.

7. No cierran del todo el hueco de Carrasquilla del ICA

Contrario a lo que se había pronosticado, una de las grandes exenciones propuestas por el exministro de Hacienda de Duque, Alberto Carrasquilla, y que muchos candidatos en campaña habían prometido reversar, se sostiene en esta reforma, aunque alterada.

En la reforma del 2019, se aprobó que lo que se pagara por impuesto de industria y comercio a los municipios sería descontable del impuesto de renta a la Nación. Eso abrió un hueco que todos querían cerrar.

Ocampo propone que ese pago del ICA sea más bien un gasto deducible del impuesto de renta. Esto quiere decir que al pagar el ICA, se puede reducir un poco lo que la empresa paga en renta, sin descontarlo totalmente. Parecería que en este punto, Ocampo mantuvo el espíritu que inspiró al ministro Carrasquilla, atenuando un poco sus efectos.

La Silla Vacía


Gustavo Petro dirige el primer ‘Consejo de Ministros’ de su gobierno

Tal como lo adelantó el nuevo ministro del Interior, Alfonso Prada, para este lunes el presidente Gustavo Petro convocó un ‘Consejo de Ministros’ que estaba previsto para iniciar a las 6 de la tarde; sin embargo, el encuentro se produjo dos horas después.

Tras la instalación del nuevo Gobierno ya se han producido hechos relevantes, entre ellos, la presentación de la reforma tributaria y el Código Electoral, que nuevamente es puesto en consideración. En suma a estas propuestas, el presidente se reunió con los altos funcionarios del gobierno para evaluar y discutir otros temas que competen a las diferentes carteras.

Al primer ‘Consejo de Ministros’ que preside el presidente Petro asistieron 17 de los ministros que han designados. También estuvo presente la vicepresidenta Francia Márquez.

De esta forma se traza desde la Casa de Nariño, las acciones y decisiones que serán tomadas durante los 100 primeros días del nuevo gobierno.

Aunque, con el informe de empalme y con cada una de las designaciones se ha conocido sobre iniciativas que serán emprendidas, como la reactivación de los diálogos con el Eln, la puesta en marcha de la reforma tributaria, la suspensión de extracción de hidrocarburos a través de ‘fracking’, entre otros.

Según fuentes consultadas del Gobierno, en este encuentro del gabinete se realizó un balance general por cada una de las carteras ministeriales. Asimismo, los ministros expusieron las propuestas que traen para sus sectores.

El ministro del Interior, Alfonso Prada, le reveló a EL TIEMPO, que en el consejo presentaría un paquete de proyectos que reúne iniciativas que considera que son urgentes para su evaluación. Afirmó que hay que revisar la reforma política que se espera que sea presentada en el Congreso, la creación de los ministerios de la Igualdad y Seguridad y el propio código electoral.

«Como es el primer día creo que hay que articular y ajustar. Cada uno de nosotros llega con su paquete bastante avanzado y a partir de los que estén listos este lunes, como la reforma tributaria, y los que estén listos el martes, miércoles y todos los días, vamos a estar presentando actividad legislativa», le dijo Prada a este diario.

Desde el sector de Relaciones Exteriores comunicaron que en la mesa del ‘Consejo de Ministros’ se dialogó sobre la llamada ‘paz total’. De hecho, el canciller Álvaro Leyva ha manifestado que desde el gobierno ya se han dado los primeros pasos para el restablecimiento del proceso de paz con el Eln.

«Hoy el Gobierno en pleno empezó a trabajar para conseguir ese objetivo», destacó la Cancillería.

El nuevo Gobierno se ha referido sobre el interés para poder concentrar el recaudo y las acciones económicas en pro de los menos favorecidos. El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, aseguró que con la reforma tributaria se espera reunir cerca $25 billones de pesos.

Una parte de la primera fase del recaudo estaría dirigida para los programas sociales y de subsidio que impulsará el gobierno de Petro.

Aunque no se han conocido más detalles de este primer encuentro de ministros, se espera que en los próximos días se conozca la composición final del gabinete ministerial y los siguientes pasos que habrá en cuanto a políticas públicas.

Lo cierto es que Petro advirtió que «nosotros no podemos fallar» y recalcó que no será permitida la corrupción.

El Tiempo


Gabriel Boric, tras su encuentro con Gustavo Petro: “El corazón latinoamericano empieza a latir”

Por Sally Palomino

La primera rueda de prensa de Gustavo Petro como presidente de Colombia ha sido junto a su par chileno, Gabriel Boric. En la mañana de este lunes, los mandatarios han tenido un encuentro en Bogotá para acordar un trabajo conjunto en temas clave en la agenda de ambos países, como la migración, la dignificación de los pueblos indígenas y afro, y la “revitalización de la comunidad andina”, dijo el mandatario colombiano.

“Hemos hablado particularmente de revitalizar la comunidad andina, un tema que se construyó hace varias décadas, y que tuvo, en las épocas de la Cepal, un papel muy importante en la planificación de los procesos de industrialización de nuestros países, pero aún mantiene una institucionalidad que, en mi opinión, debe fortalercerse. Hemos invitado a Chile a que volvamos a mirar el tema de la comunidad andina, entre varios procesos de integración que ya existen, fortalecer la Celac, que también es una institución de toda América Latina y el Caribe. También hemos planteado en borrador el tema de la integración de la energía eléctrica y las energías limpias”, anunció el presidente colombiano, acompañado por su canciller, Álvaro Leyva.

Desde la Casa de Nariño, el presidente Boric ha reiterado a Chile como garante del proceso de paz con la guerrilla del ELN. “Hemos manifestado toda nuestra disposición a seguir colaborando en los términos que el Gobierno colombiano estime que son más útiles a su causa”, señaló. Aunque también ofreció su país como sede para los diálogos con la guerrilla, según anunció hace unos días la vicepresidenta Francia Márquez en una visita a Santiago, Petro hoy ha señalado que se retomarán desde el punto en que se interrumpieron hace cuatro años. “Que cambie el sitio geográfico no depende exclusivamente de nosotros sino de las condiciones de quienes quieran negociar, en este caso el ELN, cuyos negociadores ya están en Cuba”, dijo el presidente colombiano.

Boric, acompañado por la canciller chilena, Antonia Urrejola, ha mostrado su respaldo al proceso con la guerrilla y ha hablado de la unión regional, que se encamina con la llegada de Petro a la Presidencia de Colombia. “Hemos tenido una conversación grata, profunda, el corazón latinoamericano empieza a latir junto, esta complicidad tiene que ir mucho más de una retórica, tenemos que avanzar en proyectos concretos que mejores la calidad de vida de nuestros pueblos”, ha dicho el presidente Boric, que también ha hablado de la migración venezolana y haitana como un frente importante para ambos países. “El flujo migratorio que tenemos en toda América hacia el norte y hacia el sur de diferentes países, de Haití, de Venezuela es algo que tenemos que abordar en conjunto, ningún país puede dar la respuesta por sí mismo, en la medida de que hagamos respetar nuestras fronteras, vamos a dar mejores condiciones a quien se ven obligados a migrar”.

Los mandatarios también han hablado sobre la política exterior feminista, con la experiencia chilena de un Gabinete liderado por mujeres y la promesa de Petro de hacer un gobierno paritario. Boric ha destacado como una hoja de ruta para la región la ambiciosa reforma tributaria del Gobierno colombiano como una oportunidad para distribuir mejor la riqueza y luchar contra la desigualdad.

El País

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