La COP27 y la necesidad de financiamiento climático urgente – Por Agustina Medina y Alfio Finola

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La COP27 y la necesidad de financiamiento climático urgente

 

Por Agustina Medina y Alfio Finola*

 

Desde el 6 de noviembre de este año se llevó a cabo en Sharm el-Sheij, Egipto, la  27ª Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático (COP 27). Esta cumbre contó con la presencia de los y las principales líderes políticos (participaron delegaciones de casi 200 países) y económicos del mundo, así como con referentes y activistas en la temática ambiental.

En la conferencia se plantearon cómo llegar a los objetivos de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y lineamientos de  acción climática hacia 2050 en la que se contempla el financiamiento. En esta Conferencia las y los líderes del mundo  se encuentran frente a la responsabilidad de profundizar sus compromisos de acción e inversión en políticas climáticas para dar respuestas a esta problemática que atraviesa la humanidad. Problemática derivada de la presión sobre el ambiente en el que incluimos no solo lo ecológico sino las relaciones sociales. Cabe destacar que de acuerdo al último informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) publicado en 2021 si para el 2050 superamos la temperatura media mundial en un rango de entre 1,5ºC y 2ºC,  con respecto al período preindustrial, las consecuencias del cambio climático serán irreversibles.

El tema excluyente: el financiamiento.

El conjunto de objetivos impulsados en la COP27 da muestra de la dirección de la agenda ambiental y política global. En este sentido, el contexto de inicio es el incumplimiento de los compromisos en términos de financiamiento adoptados en la COP21 (2015), conocida como la cumbre en que se estableció el acuerdo de París. Éste fue un eje transversal a todas las discusiones y negociaciones, dado que en el Acuerdo de París se acordó que los países “desarrollados” debían asignar US$100.000 millones por año (a partir 2020) a los países “en desarrollo” para que puedan mitigar los efectos el cambio climático, fortalecer la resiliencia y mejorar su capacidad de adaptación a los impactos de este cambio.

Otra arista que atravesó la cumbre, dentro de este mismo eje de financiamiento, fueron las negociaciones y discusiones entre los presentes por el pedido de fondos destinados específicamente para pérdidas y daños a causa de los efectos del cambio climático, al que por primera vez en este tipo de cumbre se da espacio para el planteo.

Como resultados de las dos semanas de duración de la COP27, se puede mencionar que los principales ejes de trabajo tienen que ver con propuestas y objetivos dirigidos a la reducción de las emisiones de GEI, establecidos en el Acuerdo de París, y a aumentar la financiación para los países con mayor grado de vulnerabilidad ante el cambio climático, sumado a la creación de fondos y mecanismos específicos para atender pérdidas y daños. En cuanto al financiamiento para mitigación, las negociaciones vienen siendo bloqueadas y postergadas en cumbres anteriores y esta cumbre no fue la excepción.

En lo que respecta al plano Regional

En la cumbre, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuya presidencia pro témpore es de la Argentina, presentó un documento de posicionamiento conjunto. El punto en común fue el canje de deuda por financiamiento climático. Se pidió impulsar “instrumentos de financiamiento climático innovadores” como “bonos soberanos, fondos de garantía y canjes de deuda por acción climática”. Según este documento, la región latinoamericana, que recibe hoy US$22 mil millones, necesitaría entre US$154 mil millones y US$198 mil millones anuales hasta 2030 para mitigación y adaptación.

Otro punto de relevancia en términos ambientales (por la capacidad de fijación de GEI) a nivel  regional y mundial es la selva amazónica: en la cumbre, los presidentes Gustavo Petro (Colombia) y Nicolás Maduro (Venezuela) anunciaron que tienen la intención de establecer una ambiciosa alianza por la protección del Amazonas. “Estamos decididos a revitalizar la selva amazónica”, dijo Petro en el acto. Por su parte, Maduro afirmó que “Si alguna responsabilidad tenemos los sudamericanos es detener la destrucción del Amazonas e iniciar un proceso de recuperación coordinada, eficiente, consciente”. Ambos destacaron el rol clave que tendrá Lula da Silva, presidente electo de Brasil, en impulsar y concretar este plan. Da Silva, por su parte también mostró compromiso con la protección del Amazonas al anunciar la creación de un ministerio de Pueblo Originarios y proponer organizar la conferencia del clima de la ONU de 2025 (COP30) en el estado de Amazonas, además, dijo que en Brasil van a  “acabar con el proceso de degradación que están viviendo nuestros bosques tropicales”.

Por otro lado, el canciller de México Marcelo Ebrard anunció que su país pasará su reducción de emisiones de GEI de aquí a 2030 de 22% a 35%, mejorando los compromisos previamente asumidos. Para ello harán inversiones por US$ 48 mil millones con apoyo de Estados Unidos..

En cuanto a la participación de la delegación argentina, sin contar con el presidente Alberto Fernández, Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, presentó en la COP27 el recientemente anunciado Plan Nacional de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático, ante funcionarios y activistas ambientales de todo el  mundo, plan que contiene 250 medidas y 4 enfoques transversales: Género y Diversidades;  Gestión integral del riesgo; Salud y Transición laboral justa.

La esperanza. La apuesta en las juventudes y trabajadores

Las juventudes fueron también protagonistas en el marco de esta cumbre climática, tanto formando parte de la COP27 como impulsando sus agendas por fuera de la misma. Les activistas se movilizaron, entre otras cosas, por el financiamiento climático que los países del norte, principales responsables de las emisiones de GEI de los últimos años, comprometieron al sur global, en línea con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, ya que no todas las regiones ni actores son igualmente responsables de la emisión de GEI.

El dato característico del aporte de las juventudes es que impulsaron junto a otros actores la agenda más integral sobre el ambiente. Específicamente en los temas vinculados a la necesidad de recursos destinados a compensar las pérdidas y daños producidos por la crisis en sus múltiples formas de expresión: climática, social y ecológica.

En cuanto a las juventudes argentinas, representantes de organizaciones ambientalistas juveniles que participaron en la COP27 tales como Consciente Colectivo, Jóvenes por el Clima y Eco House, enunciaron solicitudes relacionadas a políticas de adaptación para hacer frente, entre otra cosas a efectos como los de los  incendios del Delta del Paraná. En este sentido, en la cumbre  pusieron en contexto los reclamos que llevan sobre la #LeydeHumedalesYa. Este hecho se da en la misma semana en la que se realizó en Argentina un plenario de tres comisiones de la Cámara de Diputados (que tuvo dos dictámenes a tratar en el parlamento). Es necesario continuar impulsando y promoviendo desde las juventudes del ambientalismo popular el dictamen que obtuvo el consenso de las organizaciones ambientales y viene construyéndose desde 2013, pero que en el plenario citado fue el que terminó siendo el dictamen de minoría.

Desafíos

Desde este ambientalismo buscamos que los responsables presentes e  históricos de haber llegado a este dramático punto ambiental y social, respondan con medidas concretas ayudando al financiamiento de la transición justa para los países del Sur Global.

Creemos necesario que estas juventudes sigan siendo parte de espacios como las conferencias climáticas, poniendo en discusión su programa y propuestas, y tensionando con las hegemónicas. de esta manera, cumpliendo con la importante tarea de ir tejiendo redes y fortaleciendo relaciones  con todos los sectores que impulsan las transformaciones profundas en la matriz productiva y distributiva de carácter extractivista de un sistema capitalista en el que las desigualdades entre el Norte Global y Sur Global hacen que la peor cara del calentamiento global nos la llevemos los países en desarrollo.

Este ambientalismo, que sostiene que lo ambiental es una cuestión social, trabaja las problemáticas de los sectores más vulnerables, que tienen menos herramientas para hacerle frente a las consecuencias del cambio climático, y articula con los sectores populares con la responsabilidad de plantear las posibles soluciones. En este sentido consideramos que la soberanía sobre nuestros recursos, en los que Latinoamérica es muy rica, es fundamental para poder decidir sobre el futuro de nuestros pueblos, parafraseando a Cristina Fernández de Kirchner en el Acto del día de la militancia, hay que fortalecerse para la defensa de estos recursos con los que los pueblos podremos construir buen vivir y una vida digna para todes.

* Medina es Licenciada en Biología Molecular (UNSL), Doctoranda de la Universidad de Buenos Aires con mención en Fisiología, Facultad de Farmacia y Bioquímica. Diplomada en  Bases y Herramientas para la Gestión Integral del Cambio Climático, por la UNJu y la UNQ. Diplomada en Activismo y Política Socioambiental por Eco House Global y la carrera de Ciencias Políticas de la UBA. Investigadora del Observatorio de Energía Ciencia y Tecnología (OECyT), asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). Finola es Doctor en Ciencias Sociales, Profesor y Licenciado en Geografía UNRC, Docente UNRC.

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