Cuba: La inflación en el mercado formal aumentó casi un 40%

738

Cuba: La inflación en el mercado formal aumentó casi un 40%

La inflación en el mercado formal cubano aumentó casi un 40 % en 2022, cifras que se traducen en un menor poder adquisitivo de la población y repercuten especialmente sobre los sectores más vulnerables. En el primer trimestre del año en la isla caribeña, los altos precios con los que tiene que lidiar cada día el pueblo cubano son unos de los problemas de cubanas y cubanos de todos los sectores económicos.

Una suma de conflictos de alta complejidad e impacto se unieron en 2022 para impedir el crecimiento de la economía cubana en los rangos planificados. A la inflación, una pobre producción de alimentos y la cadena de apagones sostenidos se sumaron la insolvencia en divisas, la deuda externa y la pérdida de fuerza de trabajo por la emigración.

El PIB creció apenas un 2%, debido, entre otros, a factores geopolíticos y económicos globales y razones internas de impacto en la economía cubana. El turismo, con poco más de 1,6 millones de visitantes, también registró un despegue inferior a lo planificado.

Hay que tener en cuenta también las causas de la inflación y anuncios de un programa de estabilización macroeconómica para 2023, además de las medidas gubernamentales para dinamizar el comercio, la inversión extranjera y la actividad empresarial privada.

La economía cubana transita por el nuevo año sin desembarazarse aún de los conflictos mayores que arrastró en  2022. La inflación continúa como el tormento principal probablemente, pero no es el único. La inestabilidad aguda de precios genera una incomodidad permanente tanto para las políticas gubernamentales como para la vida laboral y doméstica de cualquier consumidor. El escenario no ha cambiado.

La reacción económica que la población esperaba luego de dejar atrás los momentos más dramáticos de la pandemia de covid se diluyó en un año de pobres resultados en sectores esenciales.

El turismo experimentó una magra arrancada, con el consecuente impacto sobre su misión como locomotora del resto de la economía, mientras la producción agropecuaria continuó sumida en un estancamiento que enrareció aún más la oferta del comercio minorista y disparó la escalada de precios.

A la fuerte caída de los suministros comerciales y las inevitables colas, se sumó una cadena de largos apagones por sucesivos accidentes en termoeléctricas. Los cortes en la generación y distribución de electricidad se reiteraron durante todo el año por el desgaste tecnológico del sistema electroenergético nacional. En más de un sentido, el panorama recordó el duro Período Especial de los años 90.

Convencidas de que el escenario monetario y cambiario impidió en 2022 el esperado despegue de producciones y servicios, las autoridades económicas anunciaron, antes de cerrar el año, un plan antiinflacionario que pueden constituir el sello distintivo de 2023.

No es la única jugada que ha emprendido el gobierno, en un modelo económico donde se expanden las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) privadas, se abren nuevos espacios a la inversión extranjera directa y se flexibilizan gradualmente las oportunidades para las empresas estatales.

PIB demasiado corto

La economía cubana cerró 2022 con un resultado más pobre que lo soñado en el Plan Nacional de la Economía. Por segunda vez consecutiva, la realidad se revela más amarga que las previsiones oficiales. El producto interno bruto (PIB) creció alrededor de un 2% el año pasado, tras mantenerse aferrado el gobierno a un 4% como propósito casi todo el año, a pesar de que el plan pintaba casi inalcanzable ya al cierre del primer semestre.

El país no ha logrado articular a plenitud fuerzas para vencer la semiparalización económica que le desangró durante los dos años de pandemia (2020 y 2021). La reacción comienza a visibilizarse con más lentitud que lo deseado por la persistencia de causas que trascienden al coronavirus SarsCov2.

El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, argumentó en diciembre ante el Parlamento que el elemento principal que ha impedido un avance más veloz y dinámico de la economía es la imposibilidad de alcanzar los ingresos previstos por exportaciones. Las privaciones en moneda dura tienen efecto en cadena sobre sectores como la agricultura.

Otras actividades primarias y secundarias que siguieron en 2022 lejos de los valores prepandemia son la pesca, la manufactura, el comercio y el turismo, informó Gil. Las telecomunicaciones también amasaron ingresos en divisas inferiores a los programados –300 millones de dólares menos por recarga de servicios desde el exterior–, pero trajeron la buena noticia del enlace a otro cable submarino de fibra óptica para ampliar las conexiones de Cuba a Internet por banda ancha.

Tras la firma en 2022 del acuerdo entre la empresa ETECSA y la compañía francesa Orange S.A., el cable submarino Arimao quedó tendido en enero del actual año entre la isla de Martinica y la costa sur cubana por la provincia de Cienfuegos. Las pruebas continúan en estos momentos.

Washington le mantiene vedado a Cuba el acceso a la espesa madeja de cables submarinos que existe en el Caribe, la mayoría propiedad de empresas estadounidenses.

Resumen Latinoamericano

Más notas sobre el tema