Ricardo Canese, diputado del Parlasur y senador por el Frente Guasu: “En Paraguay no hay estado de derecho”

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Ricardo Canese, candidato a Senador por el Frente Guasu: “En Paraguay no hay Estado de derecho.”

Por Paula Giménez y Jimena Montoya*

En el marco de la entrevista colaborativa realizada por el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica (FCINA) a Ricardo Canese, parlamentario del Mercosur y candidato a Senador por el Frente Guasú, y con motivo de las elecciones generales de Paraguay que se celebrarán el próximo 30 de abril, compartimos las preguntas realizadas desde el Centro de Estudios Estratégicos (CLAE) y NODAL.

Canese repasa los principales desafíos que enfrenta tanto la fuerza de la que forma parte, así como el país y la región.

Jimena Montoya: En este escenario político electoral ¿Qué viene trabajando el Frente Guasú y que cuestiones urgentes piensan que debería atender un gobierno popular?

El tema de la soberanía es uno de los temas que está en nuestra agenda porque es una palanca de desarrollo importante. En términos políticos planteamos la necesidad de llegar a una verdadera democracia, un estado de derecho. Digámoslo claramente: hoy Paraguay no tiene democracia. Hay libertades públicas, eso es cierto, pero no tenemos propiamente un estado de derecho. Existe una autocracia, que gobierna en cierta forma más benigna que una dictadura, pero que en realidad es una plutocracia. Una mafiocracia podemos decir. El Partido Colorado ha estado gobernando durante más de 75 años. Un partido ultraconservador y anticomunista que auspició una de las dictaduras más sangrientas de Latinoamérica como fue la de Alfredo Stroessner, y que hoy está en manos de una banda de narcotraficantes y lavadores de dinero del crimen organizado. Hay dirigentes del propio Partido Colorado que lo denuncian, quien gobierna Paraguay es el crimen organizado. Esa es nuestra triste situación.

En este sentido, el objetivo del Frente Guasú es que se instaure un estado de derecho. Queremos una democracia representativa y participativa, donde la ciudadanía tenga un rol trascendente en la decisión de los temas de nuestro país, y alcancemos el respeto por los derechos humanos, que siguen siendo vulnerados gravemente con mayor énfasis entre campesinos, indígenas, sin techo.

En cuanto a lo social, es fundamental que las comunidades indígenas tengan su tierra asegurada. Que se recuperen las tierras robadas, implementando una reforma agraria para que la tierra sea de quienes la trabajan y no que sea de los ladrones de la tierra.

Tenemos que avanzar en derechos sociales, empleos dignos, respeto a los sindicatos, a los contratos colectivos de trabajo. Cartes, por ejemplo, no permite la acción sindical, de hecho, al momento de erigir un sindicato, los trabajadores son despedidos inmediatamente antes incluso de que se puedan constituir legalmente. Debemos avanzar en el derecho a cubrir necesidades básicas: la vivienda, la seguridad social que está tremendamente precaria.

En el campo económico tenemos que avanzar en un proceso de industrialización y generación de empleo digno. Paraguay tiene las condiciones de avanzar porque estamos en el Mercosur y eso es un proceso de integración muy interesante.

Paula Giménez: Dada la hegemonía histórica que tiene el Partido Colorado, a fuerza de sangre y fuego, el grado de enquistamiento en los poderes instituciones y los poderes fácticos ¿Que proyecciones hacen desde el Frente Guasú respecto de la gobernabilidad en el caso que Efraín Alegre triunfe en las elecciones?

Indudablemente no va a ser fácil, inclusive para un eventual gobierno de Efraín Alegre que sería de centro y no propiamente progresista. Pero que como Frente apoyamos porque creemos que hay que ir un poco a la izquierda, dado que ahora estamos en la extrema derecha.

En la sociedad hay un hartazgo de las políticas excluyentes de una oligarquía mafiosa que se ha apropiado del Partido Colorado, conservador en sus orígenes, pero que tiene sectores progresistas y exponentes democráticos que son los que están apoyando a la Concertación liderada por Efraín Alegre.

En su momento, el gobierno de Fernando Lugo tuvo 24 intentos de golpe, antes del golpe parlamentario que efectivamente lo derrocó. Ninguno de esos intentos vino por parte de las fuerzas militares, todos fueron maniobras de la oligarquía local y los medios de comunicación. Por supuesto, el golpe final vino de la mano de los EE. UU., y su ejecutor principal, Horacio Cartes, que hasta hoy es el poder fáctico real.

Lo paradójico es que ahora EE. UU. acusa a Cartes por corrupción, algo que sabemos hace 40 años. Cartes fue el corrupto utilizado para dar el golpe, que ya se volvió impresentable, y es un poco lo que ocurrió con Bolsonaro en Brasil.

Efraín Alegre no es un peligro para el capitalismo y el empresariado, viene de una tradición liberal con la premisa de consolidar el Estado de derecho. Un gobierno de Alegre puede contar con el apoyo de EE. UU., de sectores del capital y con el apoyo de sectores populares que buscan una profundización de las garantías democráticas. Entonces, en principio podría tener más estabilidad que Lugo, un gobierno de centro-izquierda progresista que sufrió conspiraciones desde el primer día. Era más progresista que lo que el desarrollo de las fuerzas productivas podría permitir en ese momento. Tuvimos un gran líder como Fernando Lugo, pero no tenemos la fuerza que tiene la izquierda de Brasil. Incluso ahora Lula no puede gobernar solo y buscó el apoyo de otros sectores. Nuestro caso es más agudo en ese sentido.

El país necesita un gobierno estable, y si triunfamos el 30 de abril podremos tener un gobierno que inicie un proceso de democratización para luego avanzar en reformas sociales fundamentales.

Jimena Montoya: Cuando revisamos el panorama político de Paraguay vemos los flagelos que resultan comunes en la región al respecto de cómo son atacados los proyectos populares o progresistas cuando logran llegar al gobierno. ¿Qué se puede hacer desde los mecanismos de integración existentes o por inventar para abordar estas dimensiones?

Tenemos instrumentos que hemos constituido en la primera ola progresista como lo son UNASUR y CELAC. Claro que está el Mercosur, que es el más avanzado. Está la posibilidad que ingrese Bolivia, que vuelva Venezuela. A su vez, tiene que evolucionar hacia UNASUR. Tenemos que llegar a una integración de América del Sur, y después hacia la CELAC, que integra 33 países de América Latina y el Caribe. Todos tenemos que estar ahí.

La integración es múltiple, no solamente económica y social, también es política. Tenemos el Parlasur, el Parlandino, y podemos tener un parlamento de América del Sur. Los parlamentos dan la dimensión política y tiene que ser un proyecto de toda la sociedad y del continente. Claro que hay sectores que quieren nuestra destrucción. Tenemos que aislar esos sectores que abiertamente juegan a favor de EE. UU.

Debemos integrar a todos los sectores. Tenemos una gran oportunidad en esta nueva ola progresista, que indudablemente es más moderada, pero tenemos la posibilidad de aprender de nuestros errores del pasado. Quizás se ha perdido radicalidad, pero se puede ganar en amplitud. Y esa ganancia puede ser hasta más revolucionaria. Si sabemos integrar a todas nuestras sociedades, el proceso de América Latina va a ser imparable. A pesar de las diferencias históricas con el sector empresarial, tenemos que sentarnos en la misma mesa.

Lula en ese sentido es un ejemplo. Él proviene del sector trabajador, sindical, y su vicepresidente viene del sector empresarial. En la medida en que tengamos ese frente a favor de la integración con todas las fuerzas políticas, sociales y económicas de nuestro país, la integración va a ser más sólida. Creo que están dadas las condiciones y es el gran desafío que tenemos hoy que, por primera vez, en casi en todo el continente hay gobiernos progresistas.

Paula Giménez: Sobre la participación social ¿Cómo pensás que se construyen estos mecanismos desde las fuerzas populares? ¿Qué lugar, qué rol ejercen, qué importancia tienen y cómo se puede construir una agenda para que desde las fuerzas populares se aporte a una integración regional posible?

Tenemos que abarcar a toda la sociedad y tener un parlamento que represente a la ciudadanía. El Parlasur intenta serlo. Nosotros somos representantes de la ciudadanía ante el Mercosur. Pero ¿Qué capacidad de decisión tenemos hasta ahora? Cero. Podemos dar recomendaciones, hacer declaraciones, pero el problema son las competencias.

Un elemento fundamental de participación de las organizaciones ciudadanas, sociales, populares es un Parlamento representativo, que tenga capacidad para decidir y que interpele.

Algo preocupante es que el Protocolo del Parlasur, que viene del 2007, contempla que el Parlasur pueda tomar decisiones. Pero nunca nos remitieron ningún proyecto. Entonces, los gobiernos progresistas han minimizado el rol del Parlasur. Es necesario darle poder al congreso para que las organizaciones sociales puedan tomar decisiones. Tenemos que poder llamar a plebiscito, sino solo va a ser un ‘muro de los lamentos’ más que una caja de resonancia.

Tenemos que buscar la participación protagónica de la ciudadanía, que contenga a los empresarios, a los sectores medios, y a los trabajadores del campo y la ciudad. Hoy la ciudadanía no decide nada y eso tiene que cambiar. Hay incluso cancillerías que se oponen a que el Parlasur tome decisiones. De esos temores tenemos que levantarnos porque todo en manos del presidente de la República no es participativo.

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Montoya es Licenciada en Comunicación Social. Miembro del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico- CLAE

La entrevista colaborativa fue organizada por el Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América (FCINA), una articulación de medios, redes informativas y movimientos sociales de la región comprometidos con la democratización de la comunicación y el avance de la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe.


Entrevista colaborativa completa: Ricardo Canese, candidato a Senador por el Frente Guasú


FCINA

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