México | Fin del Título 42: disminuye el fluyo migratorio en la frontera con EEUU pero no cesan los pedidos de asilo

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El fin del Título 42 aminoró la oleada, pero no la detuvo

El Paso. En ciertos puntos a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, multitudes de indocumentados, que agarraban bolsas con sus pertenencias o tomaban a niños de la mano, esperaban ayer para solicitar asilo luego de que entraron en vigor nuevas normas del Título 8 para regular la migración. Y seguía llegando más gente.

El Título 42, que estuvo en vigor durante tres años, llegó a su fin el jueves pasado, y fue remplazado el primer minuto del viernes por el Título 8, una ley impuesta por el presidente Joe Biden, según la cual quienes repetidamente intenten ingresar de forma irregular a Estados Unidos enfrentan sanciones, incluida una posible prohibición de cinco años y un proceso penal.

En total, la Patrulla Fronteriza detuvo alrededor de 6 mil 200 indocumentados que cruzaron la frontera el viernes, indicaron ayer dos funcionarios de Seguridad Nacional al canal NBC News. Esa cifra fue inferior a los 11 mil aprehendidos del martes y miércoles, respectivamente, así como a los 10 mil arrestados el jueves.

Aun así, muchos siguieron buscando ayer refugio a lo largo de los 3 mil kilómetros de la frontera con México, aunque funcionarios de la Patrulla Fronteriza estadunidense y operadores de refugios indicaron que el flujo de personas fue mucho más leve de lo que temían durante esta jornada.

En San Diego, California, varias personas se asomaban a través de uno de los dos muros fronterizos que dividen el territorio estadunidense del mexicano. En este punto, un grupo de hombres se acurrucaban bajo frazadas térmicas que les fueron entregadas de emergencia para sobrellevar el intenso clima.

Algunos niños se entretenían durante las largas horas de espera para que se determine su destino en Estados Unidos pateando una botella de agua vacía en un improvisado partido de futbol. Agentes fronterizos supervisaron las largas filas de migrantes y vigilaron a las multitudes que aguardaban a ser procesadas por las autoridades de migración.

Una guatemalteca que abandonó su país para escapar de su marido que la maltrataba cruzó el río con su hijo de cuatro años. Con el cambio de las normas no estaba segura de si tendría derecho al asilo.

En El Paso, Texas, una fila de personas aguardaba fuera de una puerta en el muro fronterizo. La tensión disminuyó en la ciudad tras expirar el Título 42.

En Brownsville, voluntarios llegaron a un punto en la frontera y entregaron pizzas a quienes estaban detenidos allí. Fuera de la ciudad, miembros de la Guardia Nacional de Texas permanecían junto a rollos de alambre de púas para vigilar en caso de que hubiera cruces ilegales.

En un cementerio cercano a la ciudad de Roma, unos 60 migrantes que habían cruzado el río Bravo esperaban ser procesados. Entre ellos había un numeroso grupo de chinos que se protegían bajo una lluvia torrencial.

A pesar de las esperanzas de algunos demócratas y republicanos de que la expiración de las estrictas reglas fronterizas de la era de la pandemia obligaría a un compromiso en el Congreso, las conversaciones bipartidistas han fracasado.

Debido al gran aumento de solicitudes de asilo, que se multiplicó por más de siete en la década pasada, ambos partidos han adoptado en los meses recientes posiciones radicalmente diferentes sobre cómo abordar los abusos del sistema de asilo.

La Jornada

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