La vuelta al mundo en 200 días: el Brasil del nuevo mandato de Lula Da Silva – Por Paula Giménez y Matías Caciabue

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La vuelta al mundo en 200 días: El Brasil del nuevo mandato de Lula Da Silva

Por Paula Giménez y Matías Caciabue*

Luiz Inácio Lula da Silva cumplió 6 meses en su tercer mandato en Brasil. Luego de superar un intento de Golpe de Estado perpetrado por el entramado cívico, militar y policial bolsonarista, que asaltaron Brasilia, el nuevo gobierno del PT y sus aliados reinició varias políticas económicas, sociales, educativas y ambientales destinadas a menguar el empobrecimiento de la población que dejaron las políticas del neoliberalismo tardío llevadas adelante por las gestiones de Michel Temer y Jair Bolsonaro.

Más allá del abordaje de la crisis económica e institucional en la que se encontraba Brasil al inicio de la nueva gestión de Lula, la agenda y el programa político del gobierno petista ha estado particularmente enfocado en reconstruir al Brasil como la locomotora del continente. Todo eso en el mundo de la Pospandemia, con una guerra europea en territorio ucraniano que es plafón de un enfrentamiento estratégico entre «occidente» y «oriente», entre Estados Unidos, China y sus redes financieras y tecnológicas, con el objetivo de «ganar el siglo XXI».

En tan solo 200 días, el gobierno brasileño ha visitado 12 países, comenzando por sus principales socios económicos y políticos en latinoamérica, pasando por EEUU y China, para continuar con giras por los países centrales de Europa. El plan de Lula para Brasil, no solo busca generar acuerdos que se traduzcan en políticas locales en beneficio del pueblo brasileño, muy golpeado por la desastrosa gestión de crack pandémico y el shock neoliberal, sino también conducir la región sudamericana e imponer una articulación de intereses del “Sur Global” en el mundo.

El G2 y la tercera posición

En cuanto al llamado G2 (China – EEUU), la principal contradicción entre los polos de poder que organizan la conflictividad mundial en estos tiempos, Lula se ha posicionado intentando construir una tercera posición, mostrándose cerca, en términos políticos, de China, el principal socio comercial del gigante latinoamericano. 

Eso no le impidió, al comenzar el año, en febrero, visitar EEUU, para reunirse con su par norteamericano, Joe Biden. Con este sostuvo conversaciones sobre las democracias y el crecimiento de las ultraderechas en el mundo, poniendo foco en hechos como la toma de recintos gubernamentales como ocurrió en estos dos países para bloquear la asunción presidencial.  También hablaron de las políticas a llevar a cabo para el cuidado del amazonas y la guerra en Ucrania, en la que Lula volvió a marcar su posición de no alineado y la propuesta de armado de una comitiva de países que puedan ser garantes de unos diálogos de paz entre las partes, como así también lo había hecho en la visita a Brasil de Olaf Scholz, primer ministro alemán. En esa visita, Lula marcó su negativa a enviar armamento y municiones brasileñas a las fuerzas armadas ucranianas. 

En abril, el líder latinoamericano visitó China. Con una agenda y una comitiva mucho más nutrida que la de su visita a EEUU, mantuvo encuentros con el mandatario chino Xi Jinping, donde manifestó grandes críticas al sistema financiero comandado por el dólar estadounidense, como así también al FMI y al andamiaje institucional de «occidente». Lula manifestó la necesidad de generar acuerdos monetarios en otras monedas como podría ser la comercialización mediante yuanes y reales. Durante el recorrido, con su abultada delegación, también visitaron Huawei, donde se firmaron proyectos de inversión en industria tecnológica para Brasil.

Otro hecho a remarcar sucedió en mayo donde el presidente brasileño fue el único presidente latinoamericano en asistir al G7 como país invitado. Durante su intervención, Lula volvió a criticar al FMI, denunció la estrepitosa deuda que el organismo carga sobre Argentina, principal socio comercial de Brasil en la región; y aprovechó su intervención para remarcar la importancia del desarrollo del “Sur Global” con los BRIC.

Unión Europea, Mercosur y Unasur

Los encuentros de Lula con los principales líderes de países europeos y sudamericanos no faltaron. En enero mantuvo sus primeros viajes como mandatario a Argentina y a Uruguay, a lo que se le suma la cumbre de presidentes sudamericanos en Brasil en el mes de mayo, y el encuentro del Mercosur en julio. A lo largo de sus visitas a Europa, mantuvo encuentros en España, Portugal, Italia, Vaticano, Francia y el Reino Unido.

En la cumbre de presidentes suramericanos, que se realizó en el mes de mayo en su país, se pudo visualizar una señal de reconstrucción de la integración regional. La presencia del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien visitó Brasil luego de varios años de veto bolsonarista, Lula dio una señal muy fuerte de reconstrucción de una estrategia de confirmación de un Bloque Regional de Poder. En el encuentro Brasil y Venezuela se dispusieron a restablecer las relaciones bilaterales interrumpidas y Lula criticó abiertamente el bloqueo y el relato hegemónico impuesto desde Norteamérica.

En el encuentro de presidentes también se manifestó la necesidad de generar unidades monetarias para la comercialización en el Continente. Por otro lado, en el reciente encuentro del Mercosur a principios de julio, no se pudo llegar a un acuerdo, por oposición de Uruguay, que firmó en desacuerdo a la comercialización como bloque ya que esto le impide a los rioplatenses la firma de acuerdos bilaterales. Por fuera de lo institucional, también se hizo cargo de organizar en su país un importante encuentro del Foro de San Pablo, traccionando en su política a las fuerzas de izquierda y nacional-populares.

Por otro lado, en sus encuentros con líderes europeos, Lula mantuvo conversaciones sobre la reactivación del fondo amazonas y remarcó la neutralidad de Brasil en el conflicto Ucrania-Rusia, responsabilizando y criticando tanto a la OTAN. Al mismo tiempo, insistió con el armado del comité de países que propongan conversaciones de paz como la participación de China en la ronda de negociación. El presidente basileño también criticó algunas condiciones que la Unión Europea quiere imponer en el acuerdo UE-Mercosur, que serían muy grave para los entramados industriales y agroalimentarios de nuestros países.

El “Sur Global”

Hace 150 años, en la clásica novela de Julio Berne, el adinerado Phileas Fogg apostaba que era posible dar la vuelta al mundo en 80 días. En los tiempos que corren, es indudable que un experimentado líder político como Lula está apostando a llevar adelante un Proyecto de Brasil como un jugador de escala global. Sin dejar de lado las necesidades y dificultades que atraviesa el pueblo brasilero, y los golpes políticos de sus rivales neoconservadores, Lula parece tomar el bastón de mariscal para restituir un lugar emergente al continente sudamericano, hoy tan azotado económica, política y socialmente, pese a su gran potencial en materia de recursos y fuerza de trabajo.

Lula ya no es solo el presidente de Brasil. Es también un líder que lleva adelante un plan en nombre de todo un continente e, incluso, del Sur Global. Sus políticas pretenden el desarrollo económico y social de los millones de hombres y mujeres hundidos en las faltas de oportunidades y en la falta de perspectivas de progreso que brinda este mundo en guerra.

Esta nueva faceta del gobierno brasileño permite visualizar un proceso de integración que brinde a la región la oportunidad de generar políticas de redistribución del ingreso y de justicia social, independencia económica y soberanía política a nivel latinoamericano. Tarea nada sencilla en un mundo donde unos pocos concentran cada vez más riqueza y poder.

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional UNDEF en Argentina. Ambos son investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) y analistas de NODAL.

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