Chile | Atención Primaria de Salud: Avances, Problemáticas, Desafíos y Proyecciones – Por Cecilia Salazar y Alexis Mathieu

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Atención Primaria de Salud: Avances, Problemáticas, Desafíos y Proyecciones

Por Cecilia Salazar y Alexis Mathieu

El pasado 6 de septiembre fue el día internacional de la atención primaria de salud, motivo por el cual quisimos entregar algunas reflexiones en torno a sus principales avances, problemáticas, desafíos y proyecciones, particularmente en la Región de la Araucanía. A nivel país, existen 29 Servicios de Salud, que les corresponde la articulación, gestión y desarrollo de la red asistencial a su cargo. Así, esta red posee un primer nivel, de Atención Primaria de Salud (APS).

Más precisamente, se trata del primer nivel de contacto de las personas, las familias y las comunidades, por esta razón posee un modelo de salud familiar y comunitaria, implicando que los equipos de atención trabajen de manera interdisciplinaria, contemplando no solo aspectos biomédicos, sino también psicosociales o bioculturales, logrando una atención integral a los y las pacientes.

La APS es la puerta de entrada al ejercicio del derecho a la salud, en tanto derecho humano esencial y universal, centrada en la promoción y prevención, pero también considerando el tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos de patologías generales, a la vez que debe derivar a los y las pacientes a los niveles secundarios y terciarios de atención; resultando fundamental para la justicia social, la equidad, la solidaridad y la participación de los y las usuarias de salud.

Durante este Gobierno, podemos observar un gran avance con la aplicación del “copago cero”, consagrando la gratuidad para todos los tramos de FONASA, beneficiando -a un año de la medida- a más de un millón de personas. Más hondamente, se ha implementado en siete comunas un plan piloto de universalización de la APS -que incluye a Perquenco-, es decir, extiende la gratuidad a lo(a)s usuario(a)s de ISAPRES, FF.AA. y Orden y Seguridad Pública.

Sin embargo, se deben también atender otras problemáticas urgentes, por ejemplo: la fragmentación del sistema, debido a la preponderancia de la administración municipal; la escasez de personal de salud, especialmente en zonas rurales; la falta de acceso a servicios de salud especializados; el fortalecimiento de la promoción de la salud y la prevención de enfermedades; y, la consolidación de los mecanismos de participación de los y las usuarias.

Igualmente, debemos poner atención a los desafíos proyectados para el año 2030 establecidos en la Estrategia Nacional de Salud (2022), a saber: la alta inequidad territorial en la distribución de recursos humanos; los deficientes procesos de selección, reclutamiento, ascenso, promoción y desarrollo de personas; el inadecuado diseño e implementación de perfiles de cargo; las deficientes políticas y normativas para promover e implementar protección de la salud, seguridad funcionaria, buen trato y clima laboral; entre otros.

Por otra parte, y más preocupante aún, nuestro territorio aún posee grandes brechas para implementar un sistema de salud con perspectiva intercultural, al observar una red y gestión que no ha integrado de manera adecuada, la atención y la medicina tradicional Mapuche, acompañada del reconocimiento de sus propias autoridades y agentes de salud, cuya experiencia práctica ha sido escasa; sumado a la existencia de mayores tasas respecto a varias enfermedades en comparación con la población general -inclusive propias-, numerosos factores ambientales, la discriminación, la violencia estatal y la violación a los derechos humanos.

En este sentido, deben tenerse en cuenta las diferentes identidades territoriales desarrolladas históricamente, las cuales entran en contradicción con la actual estructura orgánica que poseen los Servicios de Salud. Y por otra, la incomprensión de estas realidades y la falta del restablecimiento de las confianzas entre el Estado y las comunidades mapuche ha implicado un terreno inhóspito para los y las trabajadores de salud.

En función de estas problemáticas y desafíos, debe existir un mayor financiamiento e inversión en la atención primaria, proyectando su cobertura universal e integrando de forma efectiva un enfoque intercultural que no implique asimilación. Atendiendo que, la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) ha demostrado que la APS mejora la equidad y el acceso en relación con los servicios de salud; el desempeño de la atención médica; la rendición de cuentas de los sistemas sanitarios; y, los resultados de salud, al evitar el uso de servicios de urgencia u hospitalizaciones, entre otras.

Asimismo, en un escenario post-COVID, la O.M.S. además señala que la atención primaria es fundamental para lograr que los sistemas de salud sean más resistentes en situaciones de crisis, más dinámicos en la detección de los primeros signos de epidemias y estén más preparados para actuar de forma temprana en respuesta a los aumentos de la demanda de servicios.

Por último, al enfrentar la fragmentación del sistema -toda vez que la cobertura de los establecimientos municipales, a nivel regional, alcanza las 806.244 personas inscritas al año 2021 (Fuente: SINIM)-, no sólo es necesario mejorar la coordinación entre los Municipios y Servicios Locales de Salud, sino que deben existir un mayor número y ampliación de convenios intercomunales para superar las inequidades territoriales, mejorar el acceso a servicios especializados y condiciones laborales, reconocer la participación social e implementar una salud intercultural que nos permita consagrar la equidad y solidaridad de nuestro sistema de salud.

El Desconcierto

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