Recuperar la iniciativa ciudadana, el desafío en Perú – Por Mariela Jara

Imagen: Mariela Jara / IPS
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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Mariela Jara*

Recuperar la ilusión de la ciudadanía para que se movilice por un Perú con democracia, respeto a los derechos humanos y sin corrupción se avista como uno de los principales desafíos para este país sudamericano golpeado el 2023 por una profunda y combinada crisis política, social y económica.

“La tarea es bien complicada, son muchos años de debilitamiento de las organizaciones sociales, pero nos toca persistir en la organización y la articulación”, indicó a IPS el artista visual y activista Mauricio Delgado, integrante de la Red Nacional de Trabajadores del Arte y la Cultura de Lima.

Este es un colectivo surgido en diciembre del 2022 para luchar contra la impunidad de las muertes perpetradas por el gobierno de la presidenta interina Dina Boluarte, quien sucedió en el cargo a su compañero de fórmula, el líder de magisterio y de filiación izquierdista Pedro Castillo, destituido con solo 18 meses en el poder  por un oscuro y fallido intento de golpe de Estado.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó que se violaron derechos humanos en la represión gubernamental a la población de diferentes ciudades que demandaba la renuncia de Boluarte y convocatoria a nuevas elecciones generales. Más de 50 civiles murieron sin que hasta la fecha se hayan establecido sanciones y tampoco reparación a las víctimas y deudos.

Este martes 9 de enero se conmemora un año de la matanza en el departamento de Puno donde 19 personas perdieron la vida por disparos de bala de las fuerzas del orden.

“En este 2024 creo que la democracia se va a seguir achicando, no solo por la represión y violencia del gobierno contra las protestas, sino por su estrategia de restringir derechos y copar instituciones para afirmarse en el poder en alianza con los grupos de poder y llegar a las elecciones del 2026 a través de alguna candidatura para legitimar su proyecto autoritario”, reflexionó Delgado.

La población está muy enfadada con una institucionalidad incapaz de resolver problemas como la inseguridad ciudadana, la corrupción, el alza del costo de vida y la impunidad frente a hechos violatorios de derechos humanos, como evidencian las encuestas de opinión pública.

Pero el malestar no se refleja del todo en las calles de este país andino de 33 millones de habitantes.En diciembre 91 % de los encuestados rechazaba al Congreso Legislativo -cuestionado por romper el equilibrio de poderes y numerosas denuncias de corrupción- y 84% a la presidenta Boluarte, según el no gubernamental Instituto de Estudios Peruanos.

Para Delgado es necesario diversificar las formas de expresar el descontento con el gobierno a fin de motivar a las personas.

“La gente desaprueba al gobierno y al Congreso, pero no sale a las calles porque se mata a quienes protestan, porque teme perder su empleo o porque prioriza generar ingresos ante la crisis económica. El trabajo desde la cultura y las artes puede construir esa ilusión que es fundamental para movilizar a la ciudadanía; los cambios dependen solo de nosotros, es una tarea de largo aliento”, remarcó el artista.

Juntar para el pan de cada día

La situación económica fue uno de los principales dolores de cabeza de la población durante el año pasado. Las proyecciones oficiales del crecimiento del PBI peruano se desplomaron y el 2023 cerró con la mayor caída de los últimos 25 años al registrar un menos 0.5% debido a los efectos del fenómeno El Niño y de la crisis político social.

Este hecho afectó los niveles de empleo, generación de recursos y calidad de vida de la población.

“Yo tengo tres empleos para mantener a mi hija”, contó a IPS la joven Estela Aguilar, una madre separada y quien asume el cuidado de su pequeña de siete años con el apoyo de su tía con quien vive en el populoso municipio de San Juan de Lurigancho, el más poblado de Lima, con más de un millón de habitantes.

El restaurante en el que trabajaba como mesera cerró en el mes de setiembre y ahora se gana el sustento con diferentes actividades eventuales. Es cobradora por horas en una unidad de transporte público, realiza corte de cabello en su casa y vende a pedido ropa interior que compra al por mayor. Con amabilidad pide que no se le tome fotos.

Si bien expresa su respeto por las personas que se movilizan en las calles para pedir mejoras al gobierno o para demandar la renuncia de las actuales autoridades, ella no ha participado en las manifestaciones.

“Mi vida se va en juntar para el pan de cada día. Lo que yo quisiera es un trabajo de horario fijo y poder estudiar una carrera que me permita apoyar mejor a mi hija”, señaló.

El índice de pobreza en el Perú fue de 27,5 % en 2022 y se proyecta en 33 % para el 2023, afectando a más de la tercera parte de la población. En su mensaje de fin de año la presidenta Boluarte renovó su ofrecimiento de reactivar la economía para el 2024, el mismo que hizo cuando inició su mandato y que no pudo cumplir.

Liderazgos institucionales

En el complejo panorama peruano, una crisis que identifican diversos analistas es el de los liderazgos ante una ciudadanía decepcionada de su representación política. Alfonso López Chau, rector de la Universidad Nacional de Ingeniería e identificado con la izquierda progresista, hizo un llamado a forjar liderazgos institucionales.

“Líderes corruptos generan seguidores corruptos. Es necesario que surjan personajes de derecha, del centro, de la izquierda con principios, con doctrina, que quieran llegar a la presidencia de la República. Una alternancia de poder revitaliza la nación y eso no está ocurriendo”, indicó a IPS.

Explicó que la principal afectada es la juventud a quien se está condenando a sistemas donde no hay ejemplos a seguir, donde no se producen liderazgos de calidad o, si surgen, son atrapados por la arquitectura social que los derrota.

“Espero que en el 2024 haya una presencia masiva de la juventud junto a líderes con experiencia, eso dará confianza al pueblo”, indicó.

López Chau es parte de la Coalición Ciudadana, una iniciativa que conforman organizaciones sindicales, civiles, empresariales, y que presentó su “Manifiesto por la democracia”, fruto de un proceso de diálogo en que participaron políticos hombres y mujeres de diferentes vertientes ideológicas.

El documento plantea medidas de corto y largo plazo en el marco de la Constitución Política del Perú; propone recuperar la esperanza para imaginar al Perú como un país con paz, esperanza, justicia, igualdad de oportunidades y libre de corrupción.

También propone elaborar un macro plan de gobierno compuesto por consensos mínimos con reformas en educación, salud, seguridad, empleo formal y cuidado del ambiente.

La historiadora Carmen McEvoy, quien también forma parte de la coalición, afirmó en diálogo con IPS su convencimiento de que Perú, pese a las incertidumbres de su presente, no solo tiene esperanza sino un futuro.

“Hay mucha preocupación por la coyuntura, pero a este grupo lo une el deseo de trascender, de mirar la historia, el presente y proyectarse hacia el futuro”, valoró.

A su juicio, “el tiempo de la individualidad y de los caudillos está en declive, está terminando, los colectivos tienen que unirse, conversar y encontrarnos para una nueva política peruana: es tiempo de resignificar el vocabulario de la independencia: libertad, igualdad, felicidad”.

Este año Perú conmemora con el triunfo de las batallas de Junín y Ayacucho en 1824 el bicentenario de la consolidación de su proceso de independencia de los colonizadores españoles.

* Corresponsal de Inter Press Service. Ha trabajado en medios peruanos de prensa escrita y radial, y ha sido parte de experiencias de comunicación gestionada por mujeres para la sociedad en general. Ha sido directora de Milenia Radio, y diseña campañas de comunicación y colabora con el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.

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