Milei, un modelo con más pobres, menos salarios y más inflación  – Por Diego Lorca

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Por Diego Lorca

Varios informes, nacionales e internacionales,  con datos macroeconómicos  pronostican un escenario negativo para las y los argentinos que viven de su salario. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó su informe técnico mensual y el Fondo Monetario Internacional presentó el documento Perspectivas Económicas Globales (WEO).

Además, el JP Morgan -el banco más grande de Estados Unidos y una de las mayores empresas financieras del mundo- envió a principios de mes una misión de directivos para reunirse con funcionarios del gobierno, consultores, empresas y también entidades financieras: su pronóstico también es negativo para este 2024.

“Los Messi” de las finanzas neoliberales de Argentina, no se cansan de repetir que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario que eliminarían fácilmente cortando la emisión del Banco Central. Pero, entonces, ¿qué es lo sucede en el país, ya que la inflación sigue en niveles altísimos pese a que el gobierno “ha frenado” la emisión monetaria?

¿Por qué el ministro de Economía Luis Caputo le pide a los empresarios que bajen los precios, si los mismos se regulan solos? ¿Tiene miedo el gobierno que las negociaciones salariales paritarias altas incrementen la inflación y por eso las interviene?

Argentina y Puerto Rico, los únicos que perderán en 2024

El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Pierre Olivier Gourinchas, presentó el 16 de abril el Informe Perspectivas Económicas Globales (WEO) y pronosticó para este 2024 que la economía argentina caerá en 2,8% del Producto Bruto Interrno (PBI) y la desocupación crecerá hasta el 8%. Además, la inflación que prevé el organismo internacional será de 150% de punta a punta.

Por su parte, JP Morgan pronostica para Argentina una recesión de 3,6% del PBI y una inflación de 200% para el 2024. Ambos pronostican también un crecimiento económico para 2025 de alrededor del 5%. El punto central para las y los trabajadores, es que el crecimiento sin distribución progresiva del ingreso termina en mayor concentración de riqueza en pocas manos, en síntesis, más pobreza y mayor desigualdad social.

Gourinchas afirma que “Las autoridades (de Argentina) han podido registrar un superávit fiscal por primera vez en más de una década”, pero olvida aclarar que el “superávit fiscal” lo está pagando principalmente el recorte a las jubilaciones y un tremendo proceso de endeudamiento, por lo que no es sostenible ni siquiera a mediano plazo.

Para el FMI, el panorama global es un poco más alentador ya que “se proyecta que el crecimiento mundial será de 3,2% en 2023 y que continúe igual en 2024 y 2025″, y sólo Puerto Rico y Argentina tendrán recesión este año -,8% y 2,8% respectivamente -, siendo el Caribe con un 9,7% la región con mejor pronóstico.

Milei, un modelo con más pobres, menos salarios y más inflación

La última semana se conocieron algunos indicadores que muestran que la libertad no avanza para las y los que trabajan, pero sí para los empresarios dueños de la Argentina.

Un reciente informe de Martin Rozada, de la Universidad Di Tella, estimó que la pobreza creció a un 52%, lo que implica que desde la asunción de Javier Milei en diciembre del año pasado, se sumaron 3,2 millones de nuevos pobres debido al gran impacto de la inflación en el poder adquisitivo.

Una familia conformada por dos adultos y dos menores de edad necesitó en marzo ingresos por 773.385 pesos para no ser considerada pobre. Según el último informe del INDEC, la inflación de marzo fue de 11%. Durante el primer trimestre del año, la suba de precios acumuló un 51,6% y un 77,1% desde que asumió el gobierno.

En marzo de 2024, y como lo venimos advirtiendo (1), la industria se desplomó un 11%, mientras que el comercio y la construcción lo hicieron en un 8 y 17% respectivamente. Observamos dramáticamente como se derrumban los sectores productivos que más puestos de trabajo generan.

¿El problema es la legislación laboral? No, claramente el problema principal es el modelo económico aplicado y la defensa de los intereses de la casta empresarial que representa Javier Milei y compañía.

La desocupación ya comienza a ser uno de los principales problemas de la población junto con la inflación, y esto se debe a la ola despidos que impulsa el gobierno con sus medidas económicas: desde diciembre se han despedido en el sector privado a 36.046 trabajadores y en el sector público a 30.455.

Además, según un informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), las jubilaciones han caído muy por debajo de su mínimo histórico, su poder de compra es un 60% menor que en 2015 y un 28% menor al mínimo histórico de 1990.

Los salarios parecen ser el único precio que esta ortodoxia neoliberal pretende fijar. Mientras que tanto en el sector público como en el privado siguen cayendo en picada, el salario promedio de la economía perdió un 20% su poder de compra, es decir, Milei hizo en sus primeros dos meses lo que al expresidente noeliberal Mauricio Macri le llevó cuatro años.

Pero el ministro de Economía Luis Caputo le ha prohibido al Secretario de Trabajo homologar negociaciones paritarias que estén por encima del índice mensual de inflación. ¡Vaya paradoja! El gobierno que proclama que el Estado no debe intervenir en la economía, ahora interviene fuertemente para que los salarios no le ganen a la inflación.

Si a lo anterior le sumamos las declaraciones de Caputo advirtiendo que las empresas de medicina prepaga “le están declarando la guerra a la clase media”, y que en el sector de los alimentos «los precios no reflejan la nueva realidad económica»; lo que Caputo dice entrelíneas es que la inflación también la generan los empresarios que especulan con los precios.

De esta forma, el discurso ortodoxo de Milei y Caputo cae como piezas de dominó ante una realidad social que no da tregua a la clase trabajadora.

En el discurso, el gobierno de La Libertad Avanza es neoliberal ultraortodoxo, pero la realidad le muestra que sus falacias “teóricas” son insostenibles, y que su programa no es de recuperación económica sino de transferencia de ingresos de los asalariados al poder económico concentrado.

Nota

1- Ver https://estrategia.la/2024/02/02/de-la-tragedia-a-la-farsa-cronica-de-un-industricidio-anunciado-en-argentina/

*Director del Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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