Bolivia: construcción, destrucción de narrativas y sujetos políticos – Por Daniel Campero Nava

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Daniel Campero Nava *

En la comunicación política es muy importante la creación de narrativas y de sujetos políticos (entiéndase hombre o mujer) que sean “agradables” bajo las acciones que desarrollan y son socializadas, que aunque son mínimas sean atractivas para la población y permitan espacios de cohesión con intereses comunes de determinados grupos sociales.

En la actualidad, ver campañas orientadas a temas que años anteriores eran minimizados, como el medioambiental, o el de refugios de animales, ganan mucha aceptación en la población de clase media (que actualmente es la mayoría a nivel nacional y que se ratificará con los datos del Censo). Es por esto que la construcción de narrativas y sujetos son cruciales para poder conseguir aceptación en una población que cada día va sumergiéndose en contenidos no oficiales (en redes sociales), en contraste a los medios tradicionales que solo permiten ver lo que el dueño del medio desea abordar, orientado por preguntas que muchas veces terminan disminuyendo esas acciones de bien social y ocupando la mayor parte de los espacios en abordar las problemáticas en determinados sectores.

Es así que, una vez más, teniendo presente que estos espacios de construcción de narrativas son cruciales, se muestra que día que pasa los “asesores” y “fanáticos” del compañero Evo Morales terminan de hundirlo en los espacios que poseen para la construcción de dichas narrativas.

Recordando de forma vergonzosa a Carlos Romero, exministro durante el gobierno de Evo, quien hasta la fecha no esclarece los eventos del golpe de Estado y anda sacando trapos al sol y esquivando culpas con García Linera; en determinado momento, cuando fue candidato a senador, otorgó “circo” al electorado cruceño para el cual, en un medio de comunicación, terminó bailando de forma jocosa. Esto no cambió, ya que, en la actualidad, en una entrevista en un programa de radio termina comparando a Evo Morales con Jesucristo, asignándole un carácter “mesiánico”, ratificando nuevamente el “culto a la personalidad” que tanto daño le ha causado al expresidente, desgastando su imagen desde el año 2016, y todavía sin aprender de los errores, con nula autocritica.

Por tanto, desde una visión muy objetiva para quienes hacen comunicación política, ver este tipo de contenidos que lamentablemente siguen asociándose al Movimiento Al Socialismo (MAS) (no interesa que seas del gobierno actual o del ala evista) perjudican no solo a Evo, sino que llega de rebote a toda la militancia, ya que desde una lógica simple y no política la población podría afirmar: “si así es uno de los referentes del MAS, defensor de su dirigente Evo, como serán los demás, como será esa militancia”.

Las nuevas generaciones de izquierda deben asumir la posta de lucha y la comunicación política con la finalidad de evitar la caída del bloque popular, puesto que al tener personajes como Carlos Romero (que quedó atrasado en mecanismos comunicacionales y de creación de narrativas) se continúa desgastando la imagen del MAS, y por ende la imagen de un compañero histórico que actualmente anda desorientado porque tiene asesores como Romero que le hacen creer que es “el Mesías” o alguien con poderes “sobrenaturales”.

El error de no incorporar a la juventud en la creación de narrativas, usando nuevas tecnologías, trajo consigo la derrota del año 2016. Recordemos cuando Juan Ramón Quintana, Amanda Dávila y Marianela Paco, entre otras personas, en 2016 solicitaron, a última hora y de manera tardía, imitar las gestiones de algunos comunicadores innovadores en la implementación de pagos de contenido y publicidad en Facebook para tratar de contrarrestar algo que ya estaba “cantado” a casi dos semanas de los comicios del referéndum.

Después del golpe de Estado de 2019 un equipo comunicacional a puro corazón llevó adelante una campaña sin muchos recursos y logró una victoria sin tener a Evo Morales en la papeleta, construyendo una narrativa y sujetos políticos que por suerte evitaron que personajes como Carlos Romero salgan en medios a “colaborar” a la campaña (entiéndase el sarcasmo); aspecto que, de haberse dado, únicamente hubiera perjudicado a Lucho Arce y David Choquehuanca. Sabemos bien los resultados y que se tomaron las decisiones correctas, al menos comunicacionalmente, en esa campaña.

*Diplomático boliviano.

La Época

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