Argentina | El Gobierno reprime brutalmente marcha por los jubilados, detiene a más de cien personas y un fotorreportero lucha por su vida

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El gobierno de Milei reprimió a jubilados, hinchas y a todo el que se movía

Por Laura Vales

Nunca una marcha de jubilados había generado la expectativa de ésta. Que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, estaba decidida a reprimirla se notó desde temprano, cuando a las tres y media de la tarde –una hora y media antes del comienzo oficial de la protesta–, ordenó a la Policía Federal avanzar sobre los manifestantes que se iban reuniendo frente al Congreso. Hinchas y jubilados, empujados por la infantería, que los hizo subir a la vereda, forcejearon. Un pibe de camiseta quedó cara a cara con un cabeza de tortuga; le prometió:

-Hoy vamos a hacer historia.

-¡Vayan a Bahia Blanca a ayudar, caraduras! – puteó también una mujer ante la provocación innecesaria.

El día ya estaba decidido. Una hora más tarde, con la plaza a medio llenar –a medias, porque tampoco habían llegado todavía todos los convocados–, la represión arrancó de la misma manera: sin ninguna justificación. Como un violento e inequívoco gesto de disciplinamiento.

A los gases y al avance de los camiones hidrantes le siguieron choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Durante más de dos horas, desde el Congreso a la 9 de Julio, hubo manifestantes que tiraron piedras y armaron en la calle barricadas con volquetes de la basura. Incluso atacaron un patrullero que los policías dejaron oportunamente abiertos y le prendieron fuego al vehículo, en ese tipo de episodio que nunca queda claro si se debe a la mano de infiltrados o no. También hubo otros coches incendiados. Desde un hidrante, la policía de la Ciudad persiguió a manifestantes al grito de “corran, zurdos!”; según quedó registrado en un video -cuya veracidad también hay que poner entre paréntesis en tiempos de inteligencia artificial.

De otras consecuencias no hay dudas. Pablo Grillo, fotógrafo de FM La Tribu, recibió el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno a la cabeza y sufrió una fractura de cráneo con perdida de masa encefálica. Lo operaron y está luchando por su vida. A Beatriz Blanco, una jubilada de 87 años, un policía le dió un bestial palazo en la cabeza que la hizo caer desplomada en medio de la calle; la ambulancia se la llevó ensangrentada. El recuento de heridos hasta ahora es de seis manifestantes.  Diecisiete policías, según informó el ministerio de Seguridad, necesitaron atención médica; uno de ellos estaría en situación crítica, con una  herida en el cuello.

Las detenciones fueron masivas: según Bullrich fueron cerca de 150 las personas privadas de su libertad (entre ellos estuvo el titular de ATE Capital, Daniel Catalano). Al cierre de esta nota, la represión había frenado, pero la manifestación del Congreso continuaba, convertida en un cacerolazo en los barrios porteños y ciudades del interior (ver aparte).

Los reclamos
Fue una marcha masiva, porque la convocatoria de los hinchas de fútbol a acompañar a los jubilados –para impedir que siguieran siendo gaseados cada miércoles– sumó a gremios –las dos CTA y gremios de la CGT–, a movimientos sociales, a partidos opositores, tanto de izquierda como al peronismo.

¿Qué se reclamó con la concentración?

* Un aumento en las jubilaciones (hoy la mínima es de 279 mil pesos más un bono de 70 mil).

* Recuperar los medicamentos gratis, ya que el gobierno de Milei restringió la canasta del PAMI y el precio de los remedios se triplicó.

* Que se reabra la moratoria previsional, dada de baja por La Libertad Avanza, porque 9 de cada 10 mujeres y 8 de cada 10 varones cercanos a la edad de retirarse no podrán jubilarse sin ella.

 

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La protesta enlazó la identidad popular del fútbol con un reclamo de índole claramente político. En la plaza, Walter, vestido con la camiseta de River, 55 años, explicó por qué se había movilizado: «Cuando mi papá se jubiló lo ví feliz. Ahí me di cuenta de la importancia de tener ese ingreso, de saber que por lo menos vas contar con lo básico para vivir, para poder comer”, dijo.

Maxi, de 30 años, xeneize, también habló de sus abuelos y su papá, jubilados. “Cobran la mínima, no les alcanza para nada y me parece muy injusta la situación”. Todavía no habían empezado los gases.  “Si este gobierno no los escucha hoy, no los escucha nunca más”, opinó.

Rodrigo, de 22, llevaba la camiseta de Independiente. Contó que estudia profesorado de historia y trabaja en una metalúrgica. “Mis abuelos vinieron de Santiago del Estero con diez años, y a los doce empezaron a trabajar. No está bien que hoy no tengan una jubilación digna”.

El balance del gobierno

Bullrich defendió su operativo antiprotestas. Puede pensarse que sus consecuencias fueron demasiado graves: podemos recordar también que estos operativos tienen el objetivo de mantener abierto el tránsito. ¿Cuál es sentido de hacerlos?

La ministra se adelantó a cualquier crítica de este tipo y salió asegurar que con el operativo había evitado un mal mayor: dijo que los manifestantes («energúmenos”) fueron “preparados para matar” y que querían “tomar el Congreso”. Como prueba, aseguró que les secuestraron armas de fuego, armas blancas y “papeles donde tenían anotado” su presunto plan. Sin embargo, los propios manifestantes registraron con sus teléfonos que la policía plantó un arma de fuego en la plaza (ver aparte.

“Esta gente venía a por todo, a tomar el Congreso. En general, las marchas como esta comenzaban con 40 o 50 jubilados, después se sumó la izquierda y ahora se sumaron todos estos grupos… Es una mezcla de narcopolítica con otras personas”, dijo Bullrich

La ministra desplegó en la plaza a cinco fuerzas: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, Policía de la Ciudad y Servicio Penitenciario. “Nosotros no nos distrajimos ni un minuto del operativo. Estaban todas las fuerzas federales para ayudarnos en las detenciones, incluida la Policía de la Ciudad y el Servicio Penitenciario. Teníamos una cantidad de efectivos muy importante, pero trajeron un gran nivel de barrabravas, lúmpenes, de cualquier cosa. Seguramente muchos de ellos tenían antecedentes penales”, añadió.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, sumó elementos a ese relato y escribió: «La izquierda argentina, un cúmulo de violencia, criminalidad, deshonestidad e infantilismo intelectual». Más tarde, publicó fotos de piedras en la entrada de la Casa de Gobierno con un texto que consignaba: «Atentaron contra la Casa Rosada utilizando las piedras que recordaban a los fallecidos por la pandemia».

El presidente Milei mostró en X una foto de una pintada en una pared cerca de la Plaza de Mayo que decía: «Hay que matar al Presidente», y escribió: «Los demoKráticos…». El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, destacó que con el gobierno libertario “los conflictos que hubo fueron ordenados y la calle fue recuperada”.

Meter miedo
¿Qué se puede esperar para los días que vienen? Todo indica que una fase de más autoritarismo y mayor violencia contra quien se oponga al gobierno de Milei o intente expresar un reclamo sin resignarse a lo testimonial. El mensaje de la jornada es ese: tengan miedo. Protestar puede costar más que unas horas de detención o una corrida.

La respuesta represiva, inaugurada por Bullrich en diciembre de 2023, diez días después de la asunción de Javier Milei en la Casa Rosada, se venía centrado en desorganizar a los sectores populares más pobres, como los movimientos sociales, y a las protestas de cariz más político, como las manifestaciones contra la Ley Bases, siempre con cierto cuidado de a quién darle con el garrote. Cuanto más pobre y marrón, mejor. Se amplió a los jóvenes con la Ley Bases; llegó a los jubilados y parece que va a lograr naturalizar pegarle a los viejos.

La marcha de ayer empezó a poner en el radar, además,  a otros sectores, tras estigmatizarlos como barrabravas. Por más que la ministra asegure que los manifestantes fueron «lúmpenes, energúmenos o mafiosos», lo que se vio en la plaza fue otra cosa: gente laburante, con su camiseta pero con argumentos, no barrabravas movidos por el gusto de romper–. También avanzó con dar palos pese a que la movilización había juntado un buen número. Si se busca anotar una cal y otra de arena, puede señalarse otro dato a mirar: la presencia de varones no militantes ni muy politizados que se sintieron convocados a la protesta, algo que no era, hasta ahora, para nada frecuente.

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Represión a jubilados: un reportero gráfico fue gravemente herido, lo operaron y está crítico

El fotógrafo Pablo Grillo es uno de los heridos en la feroz represión contra la marcha de jubilados e hinchas al Congreso. La policía le disparó en la cabeza con un tubo de gas lacrimógeno. Tuvo que ser operado de urgencia en el hospital Ramos Mejía y su pronóstico es reservado y crítico, según el primer parte médico de esta noche.

El padre del fotógrafo contó que los médicos le informaron que pudieron bajar la presión intracraneal y reconstruir algo del tejido. Quedó internado en terapia intensiva.

Lejos de reconocer la violencia de la represión policial, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, apuntó contra los manifestantes y lo acusó a Grillo de ser un «militante K» del intendente de Lanús, Julián Álvarez. Además, primero sostuvo que estaba detenido y luego reconoció que estaba herido e internado.

«Se estaba cubriendo con unas vallas y maderas y cuando cae queda totalmente solo», relató su colega Juan Manuel Foglia, quien tomó una foto de la herida que tenía Grillo. «Luego lo asisten dos manifestantes y lo traen hacia donde estaba yo. Ahí pudimos ver la perforación que tenía en la frente, era descomunal»; relató, en dialogo con C5N.

A la noche, mientras el fotógrafo estaba siendo operado, el padre habló con C5N en la puerta del hospital y confirmó que la situación de su hijo es «grave» y que «hay que esperar. «Somos una familia de militantes y con orgullo lo decimos, porque me enteré de lo que está diciendo Bullrich. Él es militante pero también es fotógrafo y estaba trabajando de forma independiente. Por una borracha y por un descerebrado que habla con un perro muerto, que mandan a matar, está corriendo peligro mi hijo», describió.

La Policía detuvo a 98 manifestantes en la marcha de jubilados
Pasadas las 16, se activó el protocolo antipiquetes en la marcha de jubilados y las fuerzas de seguridad comenzaron a reprimir a los manifestantes. Fuentes oficiales confirmaron que las fuerzas detuvieron a 98 personas en la zona del Congreso y que al menos nueve manifestantes están heridos «con lesiones en el cráneo producto del impacto de una cápsula de gas lacrimógena».

De acuerdo a la Policía de la Ciudad, 86 de los detenidos fueron demorados por Policía de la Ciudad. El SAME, por otro lado, reportó que llegaron 15 heridos a los hospitales Argerich y al Ramos Mejía, uno en estado grave.

Al mismo tiempo, la CTA Autónoma pudo identificó al menos a 16 detenidos. La lista que difundió la CTA es: Stefan García Hernández, Alejandro Tobaro, Fernando (hincha de Excursionistas), Vanesa Pompón, Pablo (hincha de Ferro), Narella Pompeo, Jorge Cabrera, Mauricio Grainio, Luis de la Vega, Darío Martín, Mauricio Giménez, Pedro Forchi, Franco Campos, Iván Nicolás Bustamante, Guillermo (de González Catán) y Juan Manuel Vega.

De acuerdo a la Policía de la Ciudad, 86 de los detenidos fueron demorados por Policía de la Ciudad. El SAME, por otro lado, reportó que llegaron 15 heridos a los hospitales Argerich y al Ramos Mejía, uno en estado grave.

El primero de los detenidos fue un hombre que, tras darle un par de golpes a un camión hidrante que estaba tirándole agua a los manifestantes, fue demorado por dos policías, tal como mostró la transmisión de la marcha de A24. Luego, el canal IP mostró, primero a una señora demorada al lado del Senado, y después a otro hombre, llevando la cifra de demorados a, al menos, tres. Minutos después, TN mostró la detención de otra mujer en la Plaza de los Dos Congresos.

Mientras la represión con gases y balas de goma continuaba, las cámaras de televisión registraron otra detención, en este caso de un hombre con una camiseta de fútbol verde y blanca. Varios gendarmes se lo llevaron del lugar, sin explicar por qué lo estaban demorando, pese a las preguntas y gritos de otros manifestantes. A minutos de las 18, TN mostró la detención de otro hombre, que llevaba la cuenta a cinco demorados.

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Tras los incidentes en la marcha de Jubilados, hubo cacerolazo y movilización a Plaza de Mayo

Vecinos de distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se sumaron anoche a un cacerolazo en rechazo a la represión policial ocurrida durante la marcha de jubilados en el Congreso y, cerca de la medianoche, una multitud se concentraba en Plaza de Mayo.

La protesta se inició como un cacerolazo en distintos puntos del país, pero en la Ciudad de Buenos Aires derivó en una movilización espontánea, que recorrió varias calles y llegó hasta la sede del Gobierno.

Palermo, Almagro, Caballito, Colegiales, Villa Crespo, Chacarita, Recoleta y otros barrios porteños fueron escenario de cacerolazos, mientras que en la provincia de Buenos Aires se registraron protestas en Avellaneda, Ramos Mejía, Morón, San Martín y Vicente López, entre otros distritos.

Heridos graves en la marcha
Las manifestaciones espontáneas se produjeron luego de que se conociera que Pablo Grillo, el fotógrafo herido en la represión en el Congreso, se encuentra en grave estado tras ser impactado en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno.

Consultada al respecto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, justificó el accionar policial al afirmar que Grillo era «un militante kirchnerista» y que se encontraba preso, cuando en realidad estaba siendo operado en el Hospital Ramos Mejía. Estas declaraciones generaron aún más indignación entre los manifestantes.

Cerca de las 22 horas, una caravana de personas comenzó a avanzar por la avenida Corrientes en dirección a Plaza de Mayo, donde continuaron las protestas contra el Gobierno de Javier Milei y su política de seguridad. Según se observó en C5N, la multitud reclamó el fin de la represión y exigió la renuncia de Bullrich, en medio de una jornada de máxima tensión política y social.

IPROFESIONAL


Piñas, insultos y vasos volando entre diputados de La Libertad Avanza en el Congreso

Por: Verónica Benaim

Reinaba un clima de solidaridad tras la votación por unanimidad de un proyecto que declara la emergencia económica por 90 días en Bahía Blanca tras el temporal, pero la calma era aparente. Un nuevo escándalo se desató en la Cámara de Diputados de la Nación cuando el presidente Martín Menem decidió levantar la sesión por falta de quórum.

Tras varias horas de debate, el bloque de Unión por la Patria (UP) pidió tratar la normalización del funcionamiento de la Comisión de Juicio Político, pero las disputas internas del oficialismo volvieron a salir a flote y en el recinto se produjeron dos cruces entre legisladores de la Libertad Avanza. Uno fue entre las diputadas Lilia Lemoine y Marcela Pagano, cuando la primera le pidió a la periodista que abandonara el hemiciclo y así evitar el quórum necesario para tratar la normalización de la Comisión que la tiene como presidenta, aunque Menem siga sin reconocerla como tal.

“Le vas a dar quórum al kirchnerismo”, le decía Lemoine a Pagano. En ese momento, la diputada Rocío Bonacci, también de LLA, reaccionó arrojándole un vaso de agua a Lemoine, lo que profundizó la violencia y dejó expuesta la fractura, pareciera sin retorno, dentro del bloque oficialista.

Al incidente se sumó el enfrentamiento previo entre Oscar Zago y Lisandro Almirón, que terminaron a los empujones y a las piñas en el mismo sector. Y es que el chaqueño, alineado con Menem, se opone a la designación de Pagano, mientras que Zago, quien se distanció del oficialismo el año pasado por el mismo tema, la respalda.

Los desmanes provocaron no sólo un show de mal gusto entre los mismos libertarios sino que los diputados de UP se abalanzaron sobre la presidencia generando un enfrentamiento con el presidente de la Cámara Baja por decidir el levantamiento de la sesión por falta de quórum. Pero también, empujones y gritos entre diputados del PRO encabezados por Cristian Ritondo y Silvana Giudice con integrantes de UP como el santafesino Eduardo Toniolli.

Más temprano, el presidente del principal bloque de la oposición, Germán Martínez, había encabezado un pedido de emplazamiento para tratar un posible juicio político en dicha comisión contra el presidente, pero no avanzó, ya que la votación resultó con 104 votos afirmativos y 128 negativos.

Recordemos que el conflicto con Pagano data del año pasado cuando Zago -que era el presidente del bloque oficialista-propuso a la diputada como autoridad máxima de la Comisión de Juicio Político. Sin embargo, Menem, desconoció esa resolución debido a que quería en ese lugar a Bertie Benegas Lynch. Desde entonces, el lugar quedó en un limbo.

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