Chile | Gabriel Boric inicia gira por Japón y China donde se reunirá con Xi Jinping 

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Gira de Boric: Las dudas y advertencias del viaje a China en medio de la guerra comercial y tensiones locales

El Presidente Gabriel Boric encabezará una gira por Asia a partir de este viernes y el jueves de la próxima semana. El itinerario contempla visitar la Expo Osaka, reunirse con el primer ministro japonés en Tokio, y además, visitar China, donde sostendrá una reunión bilateral con Xi Jinping.

Se trata de un viaje que se desarrollará en un contexto delicado y que según se conoce, tendrá un particular cuidado, especialmente en torno a la situación de China, país que se ha visto duramente afectado por la guerra arancelaria de Donald Trump.

Y es que el Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha buscado mantener neutralidad en torno al conflicto comercial de Estados Unidos y China; tarea a ratos compleja, cuando el gigante asiático es el principal socio comercial de Chile. Esto, sumado a que han surgido ciertas tensiones en materia de tecnología e inversión con ese país.

En marzo se conoció que el Gobierno puso en revisión el proyecto de observatorio astronómico con capitales Chinos TOM (Transient Objects Monitoring Project) que se emplazaría en el Cerro Ventarrones, en la Región de Antofagasta, y en alianza con la U. Católica del Norte; una iniciativa que había sido firmada en enero de 2023. Según trascendió, habría sido el gobierno de Estados Unidos que ya en 2024, dabia cuenta de su preocupación ante las capacidades que podría tener el telescopio Chino.

En abril, la embajada de China en Chile salió a arremeter contra Estados Unidos, y mediante una declaración pública, acusó de injerencias estadounidenses «en la cooperación astronómica entre China y Chile», y en la «elección de Chile de sus socios de cooperación». Esto obligó a que el Gobierno, a través de la vocera (s), Aisén Etcheverry, saliera a intentar poner paños fríos y apuntara a aspectos de la «institucionalidad» que se deben cumplir y que se «está trabajando con las partes para poder resolverlo».

A fines de ese mes, el ataque incendiario a la Central Rucalhue, en el Biobío, volvió a poner en el centro del debate las relaciones entre China y Chile, puesto que la central es propiedad de Rucalhue Energía SpA, filial del conglomerado Chino International Water & Electric Corp CWE. Tras el hecho, el embajador de China en Chile, Niu Quingbao, salió a exigir «castigo severo» a los responsable, además de «la garantía efectiva de la seguridad del personal y los proyectos chinos (…) y la provisión de un entorno seguro y favorable para las empresas chinas». En tanto, desde el mundo empresarial, acusaron que este tipo de ataques «socava la confianza de los inversionistas».

Casi como un presagio, el miércoles de esta semana se conoció que dos empresas chinas -BYD y Tsingshan- desistieron de los proyectos de la industria del litio que tenían en el norte del país. De acuerdo al Diario Financiero (DF), entre las razones para desistir, habría estado el giro en las condiciones del mercado del litio, así como la caída del precio. También se habrían considerado las trabas burocráticas. Desde el Gobierno señalaron que esto se debió a «razones comerciales vinculadas al mercado del litio a nivel global», aunque reconocieron que los proyectos de las compañías chinas estaban dentro de las más importantes.

Pero sobre esto último ayer hubo un giro: pese a que el propio Gobierno confirmó la información, la embajada de China en Chile emitió un comunicado donde detallaron que «tras verificar con las dos empresas, resulta que ambas nunca han manifestado haber terminado sus inversiones en Chile y mantienen la disposición de continuar el diálogo con las autoridades chilenas correspondientes», junto con destacar la «base sólida y cooperativa» que tienen las economías chinas y chilenas.

Así las cosas, en este doble contexto -tanto de relaciones comerciales locales, como de la trama iniciada por Trump y su guerra arancelaria- es que varias voces han salido a alertar por la cautela que amerita esta gira presidencial. La idea, es que los movimientos del Mandatario no agiten las aguas en ningún sentido que pueda resultar desfavorable.

«Muy, muy cuidadoso»

El martes, exembajador de Chile en China Fernando Schmidt, dijo a La Segunda que Boric debe ir «con mucho cuidado», y enfatizó, «hay que ser muy, muy cuidadoso», estando en Beijing, porque Washington seguramente estará pendiente de la visita y los gestos que eventualmente ahí se podrían dar.

Entre ellos, una invitación al bloque de países BRICS, del que es fundador China, pero no lo integra Estados Unidos; o temas más complejos, como el ataque a la central Rucalhue, de capitales chinos en Chile, y la revisión del proyecto para instalar un observatorio astronómico en Antofagasta, impulsado por Beijing.

Otra de las sugerencias del experto apunta a que no se emitan en China declaraciones como las emitidas por Boric en el extranjero, al hablar de «un pequeño grupo de oligarcas», en referencia a Donald Trump.

Por su parte, el canciller Alberto Van Klaveren -quien forma parte de la delegación que viaja a Japón y a China con el Presidente-, dijo el miércoles en entrevista con El Mercurio, que no es primera vez que el Mandatario visita China, y que la relación con ese país es estable, aunque reconoció que «importante, y por supuesto que hay puntos que pueden ser más o menos sensibles, al igual que el caso de nuestras relaciones con otras grandes potencias, como es Estados Unidos, o incluso, para otros efectos, pueden ser países europeos».

En esa línea, descartó que el Gobierno del Presidente Boric vea la visita «desde la perspectiva del tema arancelario, no es un tema que esté en el primer lugar en nuestra agenda con China; nosotros con China tenemos una relación comercial que es muy importante, queremos mantenerla, al igual que nuestra relación con Estados Unidos».

De todas formas, y consultado por las advertencias del exembajador Schmidt, canciller reconoció que «siempre la prudencia es una muy buena consejera en todas nuestras visitas, creo que es bueno mantener ese principio, sobre todo, cuando se trata de relaciones con países muy relevantes que tienen un papel central a nivel global».

Una «jugada clave» y «cuidado en cómo se dicen las cosas»

En conversación con Emol, expertos ponderan el contexto en que se realiza la gira del Mandatario como un «momento de enorme valor estratégico», marcado por el resurgimiento de la competencia global entre las dos grandes potencias: Estados Unidos y China, donde por cierto que la pugna internacional tiene efectos concretos en países como Chile. Por eso, afirman que la visita presidencial no es solo un gesto diplomático, sino una jugada clave en el tablero internacional.

Respecto a las advertencias que han surgido, Jorge Sanz, analista político de la UDD, subraya que «siempre las relaciones con China se manejan en términos diplomáticos, pero además tienen un término simbólico y las cosas que se dicen tienen efectos. Nosotros tenemos un problema con la central (Rucalhue) y los camiones que se quemaron en el sur, por tanto, algo de esa conversación va a salir. Y hay que tener cuidado no en lo que se dice, sino en el cómo se dicen las cosas».

Por su parte, Gonzalo Valdés, analista político de la UNAB, comenta que el Presidente Boric «enfrenta el desafío —y la oportunidad— de posicionar a Chile como un socio confiable para ambas potencias (China y Estados Unidos), sin verse arrastrado a tomar partido».

«El objetivo es claro: abrir caminos para que las inversiones estadounidenses y chinas beneficien al país sin exigir lealtades exclusivas. Pero esta tarea requerirá no solo diplomacia, sino una mezcla de astucia política, capacidades técnicas y una coordinación estrecha entre el gobierno, la oposición y el sector privado. Solo así podremos navegar esta nueva era de rivalidad global sin que sus tensiones nos pasen una costosa factura».

En tanto, Guillermo Holzmann, analista político de la PUCV, sostiene que «hay una cierta exigencia de parte de China, lo que probablemente va a ser parte de las conversaciones bilaterales. Lo más relevante, y yo creo que es lo que Xi Jinping desea, es asegurar las futuras inversiones respecto a recursos naturales en Chile, y través de asegurar un rol del Estado de Chile mucho más activo en términos de lo que efectivamente desea o quiere China».

«En consecuencia, acá hay en la práctica una puesta en escena, donde China tiene interés de que haya un jefe de Estado en China, que es una señal también para Estados Unidos, en términos de que China mantiene una influencia en América Latina y que convoca a jefe de Estado», sostuvo.

En un análisis más fino, el experto comenta que no deja de llamar la atención que «tanto Lula da Silva como el Preidente Boric, que representan el progresismo en América Latina, están en China, y eso va en contra de la línea que ha planteado Donald Trump en todos sus discursos», por eso, no descarta que exista «alguna respuesta» de Estados Unidos en torno a «esta jugada que hace China».

EMOL

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