De Francisco a León XIV… América Latina en el Vaticano

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De Francisco a León XIV… América Latina en el Vaticano

El presente informe constituye un trabajo de investigación y análisis sobre la Iglesia Católica y el papado en el contexto de la nueva fase capitalista. Ante el escenario de un nuevo papado, el de León XIV, tras el fallecimiento del papa Francisco, surge una pregunta central: ¿Fue Francisco el último pontífice de la era analógica del capitalismo o el primero de la era digital? ¿Cuál será el rol del nuevo pontífice? ¿Qué iglesia se construirá y profundizará para esta Nueva Fase del Capital?

El pontificado de Francisco ha coincidido con una transformación estructural del sistema capitalista, marcada por la emergencia de una Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica (NAFT), la reconfiguración de los medios de producción y la pugna geopolítica del G2 por el control de estos recursos. Este trabajo explora cómo la Iglesia Católica navega estos cambios bajo su liderazgo.

Analizaremos el proceso histórico de una de las religiones más importantes del mundo, una de las tres religiones monoteístas, que desde sus inicios ha transitado entre luces y sombras una historia cargada de contradicciones, complejidades y conflictos. La cual autoproclamada guía espiritual de la humanidad y reconocida como tal por millones de personas en el mundo y a través de miles de años, no ha estado exenta de la  tensión constante entre lo terrenal y lo divino, entre lo prometido y lo que realmente se vive. La Iglesia ha sido refugio para los creyentes y, al mismo tiempo, espacio de exclusión y contradicción. Y justo ahí, entre lo divino y lo político; emergió Francisco.

Jorge Mario Bergoglio, fue una contradicción viva dentro del aparato eclesial, un Papa venido del sur, de los márgenes, del fin del mundo. Francisco no solo predicó consuelo, sino que desafió la doctrina católica y la convirtió en praxis. Su idea de una Iglesia «en salida» no se refería a un escape hacia el más allá, sino a una salida real hacia las periferias del sistema: los migrantes, las víctimas del capitalismo financiero, los olvidados por el capitalismo global. En un mundo en el que la vida humana se consume a través de algoritmos, él recordó que la misericordia no es solo un concepto religioso, sino un acto de subversión ante la injusticia. Su denuncia del genocidio palestino y su llamado a cuidar la Casa Comun de la voracidad corporativa, son otros signos del lio que armó el jesuita en el Vaticano.

El papado de Francisco, el primer Papa latinoamericano, se insertó en esta larga tradición no como un líder revolucionario en el sentido clásico, pero sí como un hereje práctico que interpela la propia estructura eclesiástica y puso en primer plano las voces de los excluidos, de los desechados del sistema, de los pobres de la Biblia, del pueblo.

Su papado no se limitó a la mera administración de la fe; se convirtió en un desafío ético, una invitación a pensar la misericordia no como un concepto abstracto, sino como un acto concreto de subversión contra las estructuras de poder y el capitalismo que deshumaniza.

En su despedida de Argentina en 2013, antes de partir a Roma, Francisco bendijo a los cartoneros, a los trabajadores de la economía informal y a los sectores más postergados. En sus discursos se refería a Evita con respeto y hablaba de Perón con un tono equilibrado, sin ocultar simpatías. Los vínculos con el Padre Carlos Mugica, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y otras expresiones populares de la Iglesia, son clave para entenderlo.

También se ha dicho que Francisco es el Papa “más humano de los últimos 300 años”, no sólo por sus gestos de humildad como pagar su propio hospedaje o viajar en transporte público siendo cardenal, sino por la centralidad que otorga al sufrimiento humano en sus homilías. El concepto de “misericordia” atraviesa todo su pontificado, resignificando el cristianismo como una ética del cuidado y la dignidad del otro.

¿Cuál será el alcance de su legado? Para muchos, será recordado como una llama que encendió una reflexión incómoda sobre las estructuras de poder, la justicia y la humanidad. Su propuesta no fue nunca dogmática, sino dialéctica, un llamado urgente a transformar las realidades injustas, a construir un cielo aquí, en este mundo roto, y a recordar que los más humildes, los olvidados, también tienen un lugar en la historia.

Y luego de cuatro votaciones, Robert Francis Prevost Martínez, fue elegido como el sucesor de Francisco. Este eligió como nombre León XIV, el nombre del discípulo de San Francisco de Asís, ¿será su praxis la continuidad de la praxis de Francisco? ¿Será León XIV el primer Papa Digital?

El presente informe fue realizado por los equipos de NODAL, bajo la dirección de Paula Giménez. Director de investigación: Lucas Aguilera. Coordinador: 

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