En medio de la guerra arancelaria, Petro, Lula y Boric viajan a China
Por Carla Perelló
En medio de las aguas turbulentas de la guerra comercial, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrará los diez años del Foro CELAC-China. El encuentro se realizará en Pekín este 13 de mayo y estará encabezado por los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de Chile, Gabriel Boric, junto con su anfitrión chino Xi Jinping. Además, también se llevará a cabo la IV reunión ministerial bi-regional, a la que confirmaron su presencia casi una veintena de cancilleres latinoamericanos. En un mundo en crisis, analistas internacionales destacaron ante El Destape las claves de este encuentro.
El mecanismo de diálogo, desarrollo y cooperación fue creado en el auge de los gobiernos progresistas en la región que tenían entre sus principales aspiraciones concretar un proceso de integración autonomista, una dinámica que se vio fuertemente afectada con el advenimiento de gobiernos de derecha y abandonaron el foco multilateral y de unión entre los países de América Latina y el Caribe. Sin embargo, la llegada de Lula a la presidencia brasileña significó el reimpulso de estos espacios bajo la premisa de encontrar los puntos en común más allá de las diferencias ideológicas, que, así y todo, le imprimen un marco de tensión al organismo que trabaja por consenso.
De hecho, según confirmaron fuentes de la cancillería colombiana a este medio, la agenda de los mandatarios latinoamericanos que irían a representar la postura de la CELAC hasta el cierre de esta nota estaba “embargada” debido a las negociaciones que todavía se estaban llevando adelante. Al mismo tiempo, también debaten una declaración conjunta cuya definición estará pronta en los próximos días y se presentará al cierre de la reunión de ministros y ministras.
Por otro lado, el último jueves anticiparon que, al menos, 17 cancilleres confirmaron su participación de 33 y allí buscarán la aprobación del plan presentado por la presidencia pro-tempore, que tiene a su cargo Colombia. Entre las y los ministros, este medio consultó, pero no tuvo respuesta de las autoridades para confirmar si participará el representante de la política exterior argentina, Gerardo Werthein, o el embajador en el país asiático, Marcelo Suárez Salvia.
Desde su creación, el Foro celebró tres reuniones ministeriales: en enero de 2015 en Pekín, enero de 2018 en Santiago de Chile y diciembre de 2021 en México, y realizó 32 subforos de trabajo. En tanto, el freno que le pusieron las distintas administraciones desde el 2015, ante la llegada de gobiernos de derecha, el avance de posiciones sobre la región no frenó: firmó tratados de libre comercio, consiguió el reconocimiento de diplomático de cinco países desde 2017 (bajo la política de “una sola China”, que incluye Taiwán como territorio nacional) y la revocatoria del estatus de observador permanente de la isla en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) por China. Además, esta década significó un crecimiento exponencial en comercio, inversiones, financiamiento, cooperación académica, cultural, tecnología.
En esta ocasión, según lo acordado en la Cumbre de jefes y jefas de estado realizada en Honduras el mes pasado, este encuentro se realiza en los términos de una asociación estratégica en materia de infraestructura, cambio climático e integración y con la intención de delinear nuevas perspectivas, al menos, hasta 2027.
Las oportunidades y el contexto
“La importancia de este encuentro es estrictamente política”, destacó ante este medio el director del posgrado sobre China contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús, Gustavo Girado, sobre un gigante asiático que busca un solo interlocutor regional en un territorio en el que los cambios de gobierno muchas veces significan cambios en la política exterior y, por ende, la imposibilidad de delinear un plan a largo plazo.
A su entender, América Latina y el Caribe debería aprovechar la oferta tradicional china en tecnología, financiación e infraestructura, “dada la demostrada complementariedad entre las economías china y latinoamericana”. Sin embargo, Girado suma a las ya dificultades generales para mantener un alineamiento común, el contexto actual de la política establecida por Estados Unidos, especialmente desde el 2 de abril con su guerra comercial que tiene como principal objetivo a China.
“El impacto de estas políticas en algunos países de América Latina y el Caribe (ALC) es profundo, dada la dependencia histórica de algunas economías de las remesas y las ventas a Estados Unidos. Este enfoque introspectivo de la administración estadounidense, si bien contradice abiertamente las definiciones de política exterior de su predecesor, envía un mensaje muy claro sobre ALC, impulsándola hacia los espacios políticos donde realmente puede considerarse una región, donde sus intereses son considerados y donde puede sentirse involucrada en la definición de su propio destino: el Sur Global. Este espacio político cambiante, donde China es un actor importante, es el lugar donde ALC tiene cabida. Por diversas razones, la CELAC en su conjunto puede convertirse en un interlocutor clave dentro del Sur Global”, escribió Girado su análisis publicado en China Daily.
En consonancia, el sociólogo y especialista en estudios chinos de la Universidad Nacional de la Plata, Sebastián Schultz, además de destacar el rol clave que puede jugar la CELAC en la arena internacional y en el dialogo con China, sostuvo que resulta “crucial” fortalecer espacios e integración, sobre todo en un contexto de crisis que definió como de “transición hegemónica”.
“Estamos transitando la era de los regionalismos, los cuales se han constituido como los umbrales mínimos de poder en un mundo tendencialmente multipolar”, apuntó, para marcar la relevancia del accionar conjunto de los países.
Presidente Lula desembarca na China para fórum da Celac e encontro com Xi Jinping. 🇧🇷🤝🇨🇳 pic.twitter.com/tkQ2zH2a38
— Kate Brasil (@KateBrasil_) May 10, 2025
Desde su visión, los aspectos a los que habrá que prestar atención de cara a este encuentro tendrá que ver con las “presencias y ausencias” como un “indicador político importante” como señal del compromiso de los gobiernos, así como los alineamientos internacionales. Para el caso, ya se vio que en la reciente Cumbre de la CELAC, Argentina ni Paraguay participaron con sus máximas representaciones, sino que enviaron a una comitiva diplomática, que acabaron por hacer un escándalo cuando no consiguieron frenar la declaración conjunta final.
Aún así, habrá que observar los movimientos de la administración ultraderechista de Javier Milei que, con un claro alineamiento a los intereses de Estados Unidos, bajó el tono de confrontación con la superpotencia y permitió la llegada de una misión comercial en estos días que analizará inversiones.
Shultz además resaltó un punto fundamental: los acuerdos que puedan llegar a surgir. Para el caso, mencionó áreas estratégicas como la transición energética, el desarrollo y regulación de la inteligencia artificial, y las iniciativas en infraestructura regional. “Estas son dimensiones centrales no solo para el desarrollo económico y tecnológico de la región, sino también para su inserción soberana en los grandes debates del siglo XXI”, apuntó.
Petro, Lula y Boric
Más allá de la agenda que deban cumplir en representación de la CELAC, el encuentro también contará con reuniones y negociaciones a nivel bilateral. Para el caso, Colombia que ostenta una extensa historia de cercanía con Estados Unidos, vive momentos de distanciamiento debido a las posiciones antagónicas de Donald Trump y Petro, que se vieron cada vez más enfrentados por la política de expulsión de migrantes de Estados Unidos y las políticas comerciales unilaterales.
Desde ese lugar, Petro confirmó su interés en sumarse a la iniciativa de La Franja y la Ruta, la iniciativa china para estimular el flujo del comercio y las inversiones. “América Latina debe abrirse a todo el mundo. Dialogará con China y la Unión Europea”, dijo al dar a conocer que durante su viaje firmará una carta de intención con el fin de sumarse a la estrategia china con el fin de buscar “equiparar la balanza comercial”, aunque indicó también que “debe hacerse realidad durante el próximo Gobierno”.
En el caso de Brasil, China es su principal socio comercial y Lula es un fuerte aliado de su homólogo Xi Jinping desde sus anteriores administraciones, llegará hasta allí acompañado por ministros y legisladores. La amplia agenda que lleva incluye la sugerencia de fortalecer el multilateralismo y conseguir el apoyo para que la o el próximo secretario general de las Naciones Unidas sea de América Latina y el Caribe, como quedó manifiesto en la última declaración de la CELAC. Este punto, entre otros, será debatido el 12 de mayo en una reunión que se realizará en Pekín, informaron desde la cancillería brasileña en conferencia de prensa.
Por su parte, Boric sostuvo que viajará para posicionar a “Chile como un actor relevante en la promoción del multilateralismo” frente al proteccionismo de Trump. China también es el principal socio comercial de Chile y es uno de los cinco países de la región que tiene un tratado de libre comercio con el gigante asiático (también tienen Perú, Ecuador, Costa Rica y Nicaragua), que fue firmado en 2006 y profundizado en 2019 con un protocolo adicional que moderniza el acuerdo y amplía su alcance a nuevas áreas como comercio electrónico y servicios.
Según dijo ante este medio el periodista Alejandro Kirk, Estados Unidos logró “sabotear” importantes proyectos de inversión china en Chile –como de fabricación de baterías de litio- bajo el argumento de “peligros estratégicos”, un accionar denunciado públicamente por la embajada china como “intromisiones”.
El mandatario, que asistirá con una amplia comitiva ministerial y empresarial, que incluye a representantes de la a Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA) y Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), tiene como desafío en el cierre de su mandato el impulso de la industrialización y de la diversificación en un país que tiene prohibición constitucional de intervenir en la actividad económica. Esta situación extendida desde el fin de la dictadura militar, afirmó Kirk, vuelve al Estado “incapaz de dirigir el desarrollo del país”.
Lula da Silva dijo que la alianza de Brasil con China no tiene marcha atrás
Por Eleonora Gosman
Hay dos maneras de pensar un país: una de ellas, es proyectarlo como potencia regional; la otra es basar el plan en la actividad extractiva, que irá a engordar las arcas foráneas; y en un sector agroexportador que deberá arreglarse para financiar su revolución tecnológica. El presidente de Brasil Lula da Silva acaba de demostrar en su viaje a China, iniciado ayer, que adhiere sin vacilar a la primera corriente.
Con líderes del Congreso, ministros y una pléyade de empresarios en su comitiva, Lula celebró el interés demostrado por el establishment brasileño, que lo acompaña en la gira. “Este foro empresarial es la demostración de nuestra capacidad y la de China de construir una relación que se plasmó el año pasado cuando firmamos el tratado de Comunidad del Futuro”. En su visión, “somos socios estratégicos que pueden enfrentar a los grandes temas globales, nublados por el resurgimiento de tendencias proteccionistas”.
Bajo un notorio aplauso de la platea, el líder brasileño detalló los tratados firmados en este viaje. Abarcan: desde la investigación y desarrollo en Inteligencia Artificial para aplicaciones en agricultura, salud y seguridad pública; el desarrollo de satélites de baja órbita, para llevar internet a los más lejanos puntos del territorio; los 8 acuerdos que se firmaron en el área de salud que incluye a empresas farmacéuticas de ambos lados, e incluso prevé la producción de equipos médicos de avanzada. Pero las mayores inversiones deberán ocurrir en el sector de infraestructura, tanto para garantizar la transición energética, como para mudar el mapa de la logística del país: se trata, en este caso, del corredor ferroviario Este-Oeste que vinculará Brasil con Perú.
Lula también se dirigió a los empresarios chinos a quiénes señaló que “la relación entre Brasil y China no es algo común; se trata de la alianza entre países que tienen el compromiso de resolver el problema de la pobreza”. Especificó en ese sentido que “China retiró, en 40 años, 800 millones de personas sumidas en la pobreza extrema”. En el caso de Brasil describió que, gracias a sus dos primeros gobiernos (entre 2003 y 2010), 54 millones de ciudadanos dejaron de pasar hambre. Precisó entonces: “Esto es lo que permite que una economía se desarrolle; ocurre cuando las personas comienzas a ser parte del desarrollo económico del país”.
El presidente brasileño admitió que “mucha gente nos reclama porque Brasil exporta solo productos agrícolas y minerales de hierro. O sea, sólo commodities”. Su respuesta fue una reflexión: “Para aquellos que piensan así quiero decirles que hay requisitos para productos más sofisticados: tenemos que recordar que durante varios años Brasil dejó de invertir en educación. Sin esa condición, no vamos a conseguir ser competitivos en el mundo tecnológico, en el digital. Lo ideal es que nuestras exportaciones no sean de soja, sino exportar conocimiento. Para eso, claro, no hay milagros. Pregunten a los colegas chinos cuántos ingenieros se formaron en los últimos años”.
Em el contexto de estos convenios con China, Lula quiere abrir las universidades del gigante asiático para la formación matemática y en física de sus estudiantes, “porque ellos serán capaces de ayudar al desarrollo brasileño”. Volvió a cuestionar la política de guerra arancelaria de Donald Trump, al decir que “el presidente norteamericano intentó imponer un giro imposible al planeta Tierra, del día a la noche”.
Según su relato de la historia, fue el multilateralismo lo que permitió “la armonía entre los Estados después de la Segunda Guerra Mundial. Y fue el proteccionismo en el comercio lo que llevó a la guerra, como ya ocurrió tantas veces en la historia de la humanidad”. Concluyó, entonces, que ambos socios “quieren el multilateralismo y practicar el libre comercio: se exporta a quién uno quiere, sin ninguna necesidad de tratar de imponer medidas”. Su último mensaje fue: “Esta alianza con China no tiene retorno: de aquí en adelante va a crecer”.
Petro le propuso a Washington la celebración de una cumbre de la Celac con EEUU
Por Javier Acosta
El presidente Gustavo Petro afirmó este lunes que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) quiere hacer una cumbre con Estados Unidos, similar a la reunión que se hará con China en Pekín, y así se lo propuso a Washington.
«Hemos solicitado al Gobierno de los Estados Unidos que se haga la cumbre Celac-Estados Unidos; tiene como objetivo, por su posición geográfica, ser el corazón del mundo social, político, económico», manifestó Petro en un corto vídeo grabado tras recorrer la Gran Muralla China.
El mandatario llegó este lunes a Pekín para participar mañana en la IV Reunión Ministerial China-Celac, mecanismo del cual es presidente pro tempore desde el mes pasado, y reunirse con el homólogo chino, Xi Jinping, en una visita oficial que «busca fortalecer los lazos diplomáticos, económicos y de cooperación» con el gigante asiático.
Según Petro, en un acercamiento de la Celac a Estados Unidos, Colombia puede tener un papel central, por su posición geográfica al estar situada en la esquina noroeste de Suramérica, muy cerca del Canal del Panamá.
«Colombia juega todavía un papel muchísimo más de corazón del mundo porque su condición interoceánica con Panamá nos permite cruzar las líneas del comercio mundial más grande hacia el norte, hacia el este y hacia el oeste y nos permite tender las fibras ópticas para todo el mundo, comunicarnos con todo el mundo, comerciar con todo el mundo y construir una humanidad de todo el mundo condición para la paz y condición para el desarrollo de la ciencia», agregó.
Petro desarrollará en China una «agenda de alto nivel» que comenzará mañana en el Foro China-Celac, que pese a ser una reunión de ministros de Exteriores contará con la presencia inédita de tres jefes de Estado latinoamericanos (Colombia, Chile y Brasil), informó la Presidencia colombiana en un comunicado.
«Con este encuentro, Colombia reafirma su compromiso con el multilateralismo, la integración regional y la construcción de alianzas estratégicas que impulsen el desarrollo sostenible y la equidad global», agrega la nota del Gobierno de Colombia, país que ocupa actualmente la presidencia rotatoria de la Celac.
La Celac también celebrará una cumbre con la Unión Europea (UE), que tendrá lugar los próximos 9 y 10 de noviembre en la ciudad colombiana de Santa Marta.
China destina 10.000 millones de dólares a nuevos créditos en América Latina
China busca profundizar sus lazos estratégicos y económicos en América Latina desafiando el dominio geopolítico y económico estadounidense en la región.
El presidente Xi Jinping ofreció el martes nuevas líneas de crédito y exención de visado a América Latina en la IV Reunión Ministerial entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y el gobierno chino.
Durante un discurso inaugural en una reunión ministerial, Xi Jinping anunció que China ofrecerá líneas de crédito por casi 10.000 millones de dólares (equivalentes en yuanes) a países de América Latina, con el objetivo de apoyar su desarrollo.
«China está realizando muchos más acuerdos en yuanes como este, en particular acuerdos de intercambio de créditos que facilitan que el país prestatario realice transacciones en RMB en lugar de dólares estadounidenses», declaró Eric Orlander, cofundador del Proyecto China-Sur Global.
Esta nueva oferta es menor que la realizada en 2015, cuando China ofreció 20.000 millones de dólares en créditos, principalmente para facilitar la inversión de empresas chinas en proyectos de infraestructura en toda la región.
Xi también afirmó que China implementará una política de exención de visado para cinco países de América Latina y el Caribe, pero no precisó los nombres de las naciones.
En la reunión de la CELAC, múltiples jefes de Estado dialogan sobre el futuro de las relaciones entre el bloque latinoamericano y el gigante asiático, que se centran en la cooperación en comercio, inversión e infraestructura, aunque EE. UU. sigue siendo un socio comercial destacado en América Latina.
Esta vez, entre los temas principales están interconexión eléctrica y energías renovables e integración comercial, que se alinean con objetivos claves de China en América Latina: promover su iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) y asegurarse el acceso a valiosos recursos naturales de la región como el litio, las tierras raras, el petróleo o el cobre.
Brasil, un país cercano y a la vez distante
Brasil se ha alineado más estrechamente con China, anunciando más de 4.500 millones de dólares en futuras inversiones chinas en sectores brasileños que abarcan desde la fabricación de automóviles y las energías renovables hasta la industria farmacéutica y los semiconductores.
De los 240.000 millones de dólares en bienes que China compró a América Latina el año pasado, poco menos de la mitad provino de Brasil, la mayor economía de la región.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, resaltó que «es imprescindible que la colaboración entre CELAC y China contribuya a fortalecer la industria y la innovación en la región». Sin embargo, afirmó que América Latina debe mantenerse independiente de las potencias económicas mundiales en medio de la crisis económica mundial provocada por las guerras arancelarias de Washington.
Su mensaje en la inauguración de la cumbre fue contundente: América Latina y el Caribe no debe convertirse en un «escenario de disputas hegemónicas».
«Es importante entender que (el destino de América Latina) no depende de nadie más, no depende del presidente Xi Jinping, no depende de Estados Unidos, no depende de la Unión Europea; depende única y simplemente de si queremos ser grandes o seguir siendo pequeños», afirmó Lula.
Esta cumbre se celebra tras un fin de semana de importantes negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, que culminaron en un acuerdo entre ambas partes para una pausa de 90 días y la reducción de los aranceles a una tasa base del 10 %.
China también acordó desmantelar otras medidas no arancelarias. Xi reiteró la postura de China de que las guerras comerciales y arancelarias no producen ganadores, afirmando que «la intimidación y la tiranía solo nos aíslan», sin referirse a EE. UU.
Un puente de 500.000 millones de dólares une a China y Latinoamérica
En 2024, el comercio entre China y América Latina superó los 500.000 millones de dólares, afirmó Xi, alcanzando así una meta que se planteó en 2015 en el comercio bilateral anual, así como una inversión acumulada de 250.000 millones en la región.
Según datos de las aduanas chinas, el comercio bilateral entre China y los miembros de la CELAC alcanzó los 515.000 millones de dólares en 2024, impulsado por el aumento de las compras de alimentos, madera, energía y otros productos básicos por parte de la segunda economía más grande del mundo.
Esta cifra representa un aumento con respecto a los 450.000 millones de dólares de 2023 y los tan solo 12.000 millones de dólares de 2000.
Según datos oficiales, presentados por EFE, entre enero y septiembre de 2024, el comercio bilateral alcanzó 427.400 millones de dólares, con un aumento interanual del 7,7 %.
Xi también instó a América Latina y China a cooperar más estrechamente en energías limpias, telecomunicaciones 5G, economía digital, inteligencia artificial, ciberseguridad y lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
«China apoya a las naciones de América Latina y el Caribe para que amplíen su influencia en el ámbito multilateral», afirmó Xi.
Según el líder chino, su país y los de América Latina y el Caribe son «miembros importantes del Sur Global» y deben «mantenerse unidos ante las crecientes tensiones geopolíticas, las confrontaciones entre bloques» y las «crecientes corrientes del unilateralismo y el proteccionismo».
«Trabajaremos con los países de América Latina y el Caribe para salvaguardar firmemente el sistema internacional y hablar con una sola voz en los asuntos internacionales y regionales», subrayó.
«El desarrollo y la revitalización son nuestros derechos inherentes, y la equidad y la justicia son nuestra aspiración común» frente a «las turbulencias geopolíticas y la confrontación», manifestó Xi, quien destacó el trabajo conjunto «para practicar un verdadero multilateralismo, salvaguardar la equidad y la justicia internacional y promover la reforma del sistema de gobernanza global para fomentar la multipolaridad».
El presidente colombiano, Gustavo Petro, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria de la CELAC, aseguró que la humanidad se enfrenta al dilema de «cooperar o perecer» en un «escenario global marcado por la fragmentación, las tensiones geopolíticas, las guerras el deterioro ambiental y las brechas de desigualdad».
El presidente de Chile, Gabriel Boric, sostuvo que «es el momento para dar un salto de calidad en la vinculación económica con China» y agregó: «En Chile defendemos la autonomía estratégica de nuestro país. Y decimos que la soberanía radica no solo en el respeto a las fronteras materiales, sino a la decisión libre y soberana de poder decidir con quién y cuándo comerciar, porque el comercio es el encuentro entre pueblos y nosotros queremos encontrarnos con todos los pueblos, no tener que optar por uno u otro por imposición».
Mientras que el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, lamentó este martes «una peligrosa erosión del multilateralismo en un contexto global sumamente complejo». El mandatario instó asimismo a defender «un sistema multilateral de comercio transparente, no discriminatorio, abierto inclusivo basado en normas predecibles con el fin de promover el comercio mundial y el desarrollo sostenible», en un momento de incertidumbre comercial mundial tras la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Después de la inauguración, Xi Jinping ofrecerá un almuerzo a los asistentes, seguido por una sesión plenaria a puerta cerrada que concluirá con la adopción de una declaración conjunta. Este encuentro marca un momento determinante, ya que el IV Foro Ministerial China-CELAC no solo permitirá evaluar los avances del Plan de Cooperación Conjunta 2022-2024, sino también establecer las bases de una nueva hoja de ruta que orientará las relaciones entre ambas partes hasta 2027.