¿Posibilidad de fraude?
Por Fabiola Gutiérrez*
El mundo entero observará con atención la elección judicial mexicana de este 1 de junio. Al interior la situación no será distinta.
En la elección presidencial de 2024, la cual se caracterizó por ser una de las elecciones más grandes e importantes en los últimos años por tratarse de una elección concurrente, hubo una cantidad de 34 mil 462 solicitudes de registro de observadoras y observadores electorales ante el INE. Una cifra que resulta minúscula si la comparamos con las personas individuales y miembros de organizaciones que enviaron solicitud este año para fungir como observadoras y observadores el próximo primero de junio, con un total de 312, 591. Este fenómeno indica que habrá un alto nivel de vigilancia sobre las elecciones judiciales. Sin embargo, desde los medios de comunicación convencionales se habla de un nulo interés e involucramiento por parte de la ciudadanía en el proceso.
Si bien no podemos predecir con certeza lo que pasará este domingo, si podemos hablar con seguridad sobre las reglas del juego. Como todas las elecciones desde 1991, primero con el IFE y posteriormente con el INE, las reglas electorales le competen a dicha institución. A pesar de que el INE se ha considerado como un enemigo de la izquierda por avalar fraudes y demás; mientras que por parte de la ahora denominada oposición, ha sido un instituto al que no hay que quitarle ni una coma, e incluso han formado movimientos como “la marea rosa” a su favor. A tan solo unos días de las elecciones judiciales, el clima ha cambiado.
Hay una jiribilla en los antes dirigentes de la Marea Rosa, ahora el INE es una farsa. Entonces, lo que parecía ser una lucha por la democracia, en realidad era una lucha ideológica. Pero, continuemos con las reglas del juego. El INE así como, los Institutos Electorales locales buscaron los mecanismos para llevar acabo estas elecciones: diseño de boletas, distribución de los distritos judiciales, número de casillas etc. Otra parte de las reglas de estas elecciones, se habían establecido ya en la constitución como: el tema de las campañas, la selección de candidatas y candidatos. Empero, se han difundido notas descontextualizando las reglas electorales. Y es que desde un inicio la elección judicial ha estado rodeada de desinformación, lo que ha desincentivado y generado preocupación en los votantes. Por ejemplo, entre las razones que se difunden para no votar se encuentra el que “no habrá representantes de partido”; sin embargo, no se explica que es porque las y los candidatos no representan, a ningún partido político, aunque esto no borra el que algunos pueden llegar a tener afinidad partidaria.
Las reglas son claras y lógicas, de manera que se pueda realizar una elección tan compleja como la que viviremos el domingo. Resulta interesante que de acuerdo con datos del INE la participación ciudadana durante las últimas décadas en las elecciones ha oscilado entre el 40% y el 50% del padrón electoral. Esta cantidad disminuye cuando se trata de elecciones intermedias. Por otra parte, la estimación que el INE realizó para las elecciones judiciales es del 8% al 15% de participación. Quizá sea más o quizá menos, aún así no se puede dejar de lado, la campaña promovida desde televisoras como TV Azteca, desde los partidos políticos y demás espacios que no sólo difundieron información falsa o descontextualizada, sino que además, formaron parte de una campaña de “No Votar” este 1 de junio.
De modo que, hay una campaña que habla de una gran apatía de la gente cuando se han registrado una enorme cantidad de observadoras y observadores electorales; una campaña que va más allá de lo democrático y se fundamenta en lo político, en desprestigiar las elecciones de este primero de junio. Esto no minimiza el que sea un proceso nuevo, y que se desconozca en la mayoría de los casos las funciones del poder judicial y sus integrantes.
Por último, puede que no estés a favor de la votación de personas juzgadoras o que te hubiera gustado una reforma distinta; sin embargo, todo es político, y las casillas son un espacio público que no debemos dejar de ocupar, al contrario, debemos de instrumentalizarlo como un lugar de resistencia.
*Fabiola Gutiérrez es Estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM; creadora digital de contenido político y social; columnista; colaboradora en el medio contrapunto; integrante del Consejo Joven del Injuve y analista política. Redes sociales: X: @Fabiola_gh21