Tendencias educativas en América Latina, del ciclo progresista a la actualidad: matriculación, terminalidad, privatización y Ed Tech
Por Mariano Yedro y Noelia Naranjo*
En los inicios del siglo XXI Latinoamérica vivió un ciclo de gobiernos progresistas que desplegaron políticas educativas en los diversos niveles del sistema y que se plasmaron en algunas mejoras. Sin embargo, en la última década, y al calor de gobiernos con proyectos de signo contrario a los anteriores, ese escenario está cambiando. A continuación señalaremos algunos datos y visualizaremos ciertas tendencias del escenario educativo del continente en las últimas décadas.
Según el informe El derecho a la educación de CLADE, de fines del 2020, -dirigido por Fernanda Saforcada y Alan Baichman- (I) en el período que va del 2000 al 2015 el PBI del continente se triplicó, pasó de 2 billones de dólares a 6 billones de dólares. En ese mismo período la pobreza bajó del 45 % al 30 % aproximadamente. Desde ese año comenzó un lento declive o amesetamiento, hoy es alrededor de 6.5 billones de dólares. En este marco hay que destacar que en ese lapso (2000-2015) en el nivel preescolar la educación para la población que va de 0 a 3 años siguió siendo más un privilegio que un derecho. A pesar del avance que se produjo en los derechos de las infancias ese período siguió -y sigue- siendo una deuda. El último año de nivel preescolar muestra países con avances significativos, los más cerca de la totalidad, 99%, los menos cerca del 80 %. La Argentina pasó del año 2000 al 2018 de 73% a 97 %. De El Salvador los datos son del 2016 y hablan de un 92 %. La evolución de Brasil es del 66 al 95 %. Para Venezuela el último dato es 2010 y es del 93 %.
En lo que refiere al nivel primario la tasa neta de matrícula en la región es del 93.1%. En el caso de Argentina su tasa siempre fue alta. Del 2000 al 2018 pasó del 95 % al 98 % aproximadamente. En el caso de El Salvador del 2010 al 2016 la tasa fue del 95 %. La evolución de Brasil pasó del 77 al 95 %. La de Venezuela para el 2010 rondaba el 98 % por su parte,el nivel secundario es el que ha ganado más protagonismo en las políticas educativas regionales de los últimos 20 años, (junto con la primera infancia). La tasa neta de matrícula en la región era del 77% en 2017. Argentina pasó del 81 % al 89 % en el período que va del 2000 al 2018. El Salvador estaba en 65 % en el 2016, una tasa muy baja. Es importante el crecimiento de Brasil que pasó del 55 al 85 %. Venezuela rondaba el 85 % para el 2010.
Un informe de la misma CLADE de junio del 2024 –El derecho a la educación en América Latina y el Caribe (II)- y que aborda el período que va del 2020 al 2024 aproximadamente, señala que las tendencias mencionadas se mantienen, a grandes rasgos. En el caso del nivel secundario la tasa de terminalidad ronda aproximadamente el 60 %. Respecto a esto es fundamental el nivel socio económico de las familias. El informe señala que en «el quintil de ingresos más alto, el 84,6% de la población logra culminar la educación secundaria, esta proporción cae a 44,1% en el quintil de ingresos más bajos» y que «Se ha observado una fuerte desaceleración en la mejora de la finalización de estos niveles educativos en comparación con el periodo de 2000 a 2015». Por ende para el período posterior a 2017-1018 aproximadamente podríamos hablar de una tendencia regional en la tasa de matriculación pero no en la de terminalidad, que afecta sobre todo a sectores populares, por la condición socioeconómica.
En el nivel superior para el período que va del 2000 al 2015 la tasa bruta de matriculación, pasó del 15 al 50 %. No obstante la diferencia entre países es considerable. En el caso de la Argentina pasó del 50 al 100 %. El Salvador pasó del 21 al 28 %. Brasil ronda el 50 %.
Para este nivel el informe del 2024 citado arriba señala que «La tasa bruta en la región aumentó del 48,20% en 2015 al 56,45% en 2022». El informe también señala que «este acceso beneficia principalmente a los sectores medios y altos de la población (…) y alerta sobre la tendencia hacia la precarización de las instituciones públicas y el aumento de la oferta privada de educación superior». El informe entonces alerta sobre el desfinanciamiento de la educación pública y el crecimiento de las instituciones privadas en este nivel que es donde más ha avanzado.
Como conclusión de lo anterior vemos que, en el paso que va del ciclo de los gobiernos progresistas (2000-2015 aproximadamente) a gobiernos conservadores, lo que aparece son:
- Problemáticas que en aquél entonces aparecían como desafíos en el marco de transformaciones generales pero que hoy se mantienen, principalmente el que corresponde a la educación preescolar, particularmente la de 0 a 3 años.
- La deuda en el nivel secundario: si en aquél entonces se amplió la tasa de matriculación secundaria hoy ésta no se ha expandido, se mantiene, a la vez que se ha debilitado la terminalidad, particularmente la de los sectores más vulnerables.
- Finalmente en el nivel superior ha habido un amesetamiento del acceso, a la vez que se ha incrementado la privatización de este nivel, donde el acceso termina siendo un privilegio.
- Se viene produciendo el desfinanciamiento del sistema educativo. Los pactos internacionales señalan que los Estados deben destinar, como mínimo, un 4 % del PBI a la educación. En el año 2023 El Salvador no alcanzó ese mínimo. Argentina por su parte ha disminuido del 6 % que señala, como mínimo, la LEN. El informe de CLADE del 2024 señala que “Desde el 2017, la CLADE realiza un monitoreo sistemático de la inversión pública en la educación pública, buscando abarcar crecientemente nuevas dimensiones. Los datos más recientes del Sistema de Monitoreo del Financiamiento del Derecho Humano a la Educación en América Latina y el Caribe, indican que para 2022, de 14 países con datos disponibles, solo dos habían superado el acuerdo regional de destinar el 6% de su PIB a la educación: Cuba (que alcanzó el 10,41%) y Costa Rica, con el 6,75%. Otros seis países asignaron cerca del 4% y el resto se situaron por debajo de este umbral”.
Otra de las tendencias educativas que se visualiza es el fenómeno de las Ed tech o las plataformización de la educación. En marzo del 2022 Julián Mónaco y Diego Herrera, especialistas en el ámbito de la digitalización, escribían en el diario Le monde Diplomatique la noticia La educación en la época de las plataformas, donde señalaban que se estaba produciendo «en el mapa educativo global el avance –hasta hace poco más bien silencioso– de las llamadas plataformas digitales» (Mónaco y Herrera, 2022: I). Los gigantes tecnológicos de Silicón Valley, el complejo GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft), habían logrado, particularmente durante los años de la pandemia, consolidar sus servicios tecnológicos-informáticos como «una suerte de arquitectura invisible para los procesos de enseñanza y aprendizaje» (Mónaco y Herrera, 2022: I). Pero ¿cuál sería el problema del uso de estos dispositivos en el campo educativo? «Los intereses de las Big Tech» (Mónaco y Herrera, 2022: I), sus intereses lucrativos, ya que a través del extractivismo de datos «pueden delinear un perfil muy preciso de los destinatarios a partir de los datos que les sustraen sin avisarles» (Mónaco y Herrera, 2022: II) a la par que buscan desplegar un modelo de educación, de corte emprendedorista, «La lógica del ranking, la autoadministración del aprendizaje» (Mónaco y Herrera, 2022: II). En El Salvador, bajo la presidencia de Bukele, en septiembre de 2023 el parlamento aprobó la Ley General para la Modernización Digital del Estado, un acuerdo por el cual la empresa Google digitalizará datos del Estado, entre ellos los del sector educativo. El pacto implica que todas las escuelas del país pasarán a usar como plataforma oficial Google for Education y Google Classroom. En la Argentina la plataforma digital Ticmas, de capitales nacionales pero ligada a Google, también aparece como puntal digital de servicios educativos. Estas tendencias abren diversas discusiones: sobre el extractivismo de datos; sobre modelo educativo que allí se pregona, el del emprendedorismo; sobre el rol del docente en una educación basada en el aprendizaje y no en el proceso dialéctico de maestro-estudiante; sobre el rol de las instituciones en tanto entornos educativos socio técnicos, entre otras.
Éstas son algunas de las tendencias educativas que observamos en las últimas décadas a escala regional. En ese marco ¿pueden los países desarrollarse incumpliendo las metas mínimas educativas alcanzadas en acuerdos internacionales? ¿Qué destino se les asigna a millones de niñxs y adolescentes sin un sistema educativo que los incluya y eduque para un desarrollo que no es sólo personal sino también social?
(I) Nos referimos al informe Derecho a la educación en América Latina y el Caribe. De la garantía del derecho al cumplimiento del ODS4 en el siglo XXI: políticas, sentidos y disputas. Octubre 2022.(II) El documento es un Informe Regional titulado “El derecho a la educación en América Latina y el Caribe: el presente es el pasado del futuro. Un panorama del inicio de los años 2020 desde la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación”.*Mariano Yedro es Profesor y Licenciado en Historia (UNRC) y Magister en Comunicacion y Cultura contemporánea (UNC). Docente en la UNRC. Noelia Naranjo es Licenciada en Ciencia Política y Administración Pública (UNCUYO) Especialista en Docencia Universitaria (UNLP). Docente en UNCuyo. Ambos miembros del Centro de Estudios y Formación en Política Educativa (CEFOPED), asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)