Venezuela reafirma su rumbo en las urnas y con las juventudes organizadas
*Por Solange Martínez
Por segunda vez en el año, Venezuela volvió a votar. Esta vez, el 27 de julio, para elegir autoridades municipales y para definir, mediante una Consulta Popular, más de 5.000 de proyectos impulsados por juventudes en todo el país. Ambas jornadas reflejan una apuesta por el protagonismo popular como base del modelo político bolivariano, que en 2025 cumple un cuarto de siglo.
La victoria del oficialismo expresado en el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, consolidó el dominio territorial de la fuerza política que encabeza el presidente Nicolás Maduro. Pero lo más relevante no fue solo el resultado, sino el ejercicio democrático mismo. Mientras el sector de ultraderecha opositor se replegó y llamó a la abstención, más de nueve millones y medio de personas participaron de las elecciones y consultas, respaldando con su voto una forma de organización política que no se limita a la representación tradicional.
Municipios y comunas, el poder desde abajo
El Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a más de veintiún millones de votantes para elegir alcaldes y concejales en los trescientos treinta y cinco municipios del país. También se votó representación indígena y se desarrolló la tercera edición de la Consulta Popular Nacional de la Juventud, que por primera vez se hizo en simultáneo con las elecciones municipales.
La jornada fue definida como histórica por el propio CNE. Se habilitaron más de quince mil mesas, y para el mediodía del domingo ya estaban el 100% de los centros operativos y funcionando. El Plan República desplegó más de trescientos setenta mil funcionarios para garantizar seguridad y logística. Con el 82% de las actas escrutadas, el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPP) —coalición oficialista— ganó más de doscientas ochenta y cinco alcaldías, frente a las doscientas doce obtenidas en 2021. Uno de los hechos destacados fue la recuperación de Maracaibo, capital del estado Zulia, tradicional bastión opositor, de la mano de Gian Carlo Di Martino, quien ya había ocupado el cargo entre el año 2000 y el 2008.
El mapa político se reconfigura en un marco donde la unidad del oficialismo contrasta con la dispersión de las fuerzas opositoras. Mientras el GPP presentó una candidatura única en cada municipio, la oposición compareció con más de setecientos nombres distintos. Esta fragmentación también expresa una disputa interna, marcada por el abstencionismo promovido por referentes como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quienes han optado por una estrategia de deslegitimación del sistema electoral, sin presencia en el territorio.
La Consulta Popular Nacional de la Juventud, elección simultánea, fue un capítulo destacado de esta doble jornada. Más de trescientas treinta y siete mil propuestas surgidas desde consejos comunales y comunas de todo el país se sometieron a votación. De ellas, cinco mil trescientos treinta y seis proyectos fueron elegidos. Se priorizaron áreas como deporte, salud, educación, emprendimientos productivos y tecnología.
Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio del Poder Popular para la Juventud, otorga a jóvenes desde los quince años la posibilidad de definir políticas públicas de forma directa. Los proyectos seleccionados serán financiados a través de los Bancos Comunales, con una lógica territorial y participativa.
La experiencia se apoya en un diagnóstico participativo conocido como “Mapa de los Sueños”, que recoge las necesidades reales de cada comunidad desde la mirada de su juventud. Cerca del 40% de los proyectos elegidos apuntan a mejorar las condiciones sociales. Un 30% se orienta a iniciativas económicas y productivas. La propuesta, sin precedentes en la región, marca un hito en la democracia participativa latinoamericana.
La fecha de las votaciones coincidió con la víspera del cumpleaños setenta y uno del expresidente Hugo Chávez, figura clave del proceso bolivariano. En Venezuela, su legado no es un recuerdo estático sino una práctica viva: el impulso a las comunas, la democracia protagónica, participativa y directa y la conciencia como motor de transformación colectiva.
En un momento donde el neofascismo avanza en otras partes de la región, la figura de Chávez adquiere un nuevo sentido. Fue un líder profundamente latinoamericanista, que promovió la integración regional y enfrentó con claridad las injerencias externas. También defendió la causa palestina cuando aún no había tomado la trascendencia global que hoy estamos viviendo, le dió protagonismo a las infancias, confió en la inteligencia colectiva como herramienta popular y profundizó el rol estratégico de la juventud.
El 28 de julio, a más de una década de su fallecimiento y en memoria de su nacimiento, las elecciones municipales y la consulta juvenil muestran que su proyecto no solo sobrevive, sino que sigue generando mecanismos concretos de inclusión y poder popular. No como una consigna, sino como una práctica institucionalizada.
Votar también es resistir
Frente a las medidas coercitivas unilaterales, el bloqueo financiero y las campañas de desinformación promovidas por actores como EEUU, Venezuela reafirma en las urnas su derecho a la autodeterminación. La participación del 44% de la sociedad en una elección no obligatoria, representa millones de voluntades activas y organizadas que eligen caminos propios, antiimperialistas, revolucionarios y soberanos.
Mientras algunos actores políticos eligen la pasividad, el vaciamiento o el llamado al boicot, otros —jóvenes, comunidades organizadas, fuerzas sociales— toman la palabra, diseñan políticas públicas y las ejecutan. La democracia venezolana pone de manifiesto aquello que en muchos países escasea: pueblo organizado con voluntad de poder.
*Solage Martínez es docente investigadora de la Universidad Nacional de Lanús (Instituto de Asuntos Internacionales y Estudios Políticos Manuel Ugarte). Conductora de Esquina América (radio UNLa) y de NODAL Se Prende. Analista de NODAL y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).