Perú y Colombia endurecen posiciones por la isla Santa Rosa en plena tensión diplomática
La tensión diplomática entre Perú y Colombia ha escalado en las últimas semanas por la isla de Santa Rosa, un territorio ubicado en el río Amazonas que, según las autoridades peruanas, forma parte del país desde hace décadas. El origen del problema se remonta a la década de 1970, cuando la isla emergió como parte de la isla Chinería, ya reconocida como peruana en la delimitación de 1929. Sin embargo, el gobierno colombiano sostiene que este nuevo territorio no fue contemplado en los tratados y que su soberanía debe resolverse por consenso bilateral.
La controversia se intensificó cuando el Ejecutivo peruano oficializó la creación del distrito de Isla Santa Rosa, en Loreto. Desde Bogotá, el presidente Gustavo Petro afirmó que esta decisión viola el tratado de límites de 1934 y acusó a Perú de apropiarse de tierras generadas por el curso cambiante del río. La declaración fue respaldada por sectores políticos colombianos que demandan la apertura de un proceso de revisión territorial.
La respuesta peruana no se hizo esperar. La Cancillería reiteró que no existe disputa alguna sobre la isla y que la soberanía nacional sobre ese territorio es incuestionable. El Congreso aprobó una moción multipartidaria en respaldo a la posición del Ejecutivo, mientras se reforzó la presencia militar y policial en la zona.
Paralelamente, una serie de incidentes aumentó la tensión. Un avión militar colombiano sobrevoló Santa Rosa sin autorización, lo que motivó una queja formal del gobierno peruano. Semanas después, un contingente policial colombiano intentó ingresar al territorio y fue impedido por las fuerzas del orden. En otro episodio, dos topógrafos colombianos que realizaban mediciones fueron retenidos y puestos a disposición de las autoridades. El propio Petro calificó estos actos como un “secuestro”, intensificando el cruce de acusaciones.
Incluso el conflicto ha tenido gestos simbólicos con alto contenido político. Un dirigente colombiano izó la bandera nacional en la isla, acción que fue interpretada como una provocación y que tuvo amplia difusión mediática. El hecho se produjo en pleno contexto de campañas electorales en Colombia, lo que ha llevado a analistas a considerar que el diferendo territorial también está siendo usado como herramienta de presión interna.
Más allá del choque diplomático, existe un problema de fondo que amenaza a la región: el avance de la sedimentación en el río Amazonas. Estudios científicos indican que, en las últimas tres décadas, el cauce que conecta a la ciudad colombiana de Leticia con el río principal se ha reducido de forma alarmante. De continuar esta tendencia, el puerto podría quedar prácticamente desconectado hacia 2030, con graves consecuencias económicas. Este escenario plantea un reto ambiental que exigiría cooperación entre ambos países, aunque las actuales tensiones políticas parecen postergar cualquier diálogo técnico.
El conflicto por Santa Rosa revive recuerdos del enfrentamiento armado de 1932 y de las negociaciones que llevaron a los tratados de límites. Pero también expone problemas contemporáneos: fronteras naturales en constante transformación, intereses políticos que se imponen sobre el diálogo y la ausencia de mecanismos eficaces para resolver disputas antes de que escalen. Lo que está en juego no es únicamente un pedazo de tierra, sino la capacidad de dos países vecinos para gestionar de forma conjunta un territorio vital para su gente y para el equilibrio ambiental de toda la región amazónica.
La disputa por la isla Santa Rosa no solo revela las fisuras diplomáticas entre Perú y Colombia, sino que también refleja la fragilidad de los acuerdos internacionales frente a los cambios geográficos y las presiones políticas internas. Mientras ambas naciones se aferran a sus argumentos históricos y jurídicos, la región amazónica —compartida y vulnerable— queda expuesta a la falta de cooperación. Resolver este diferendo requerirá más que gestos militares o declaraciones altisonantes: demandará voluntad política real para priorizar el bienestar de las comunidades fronterizas y la protección de un ecosistema que trasciende cualquier límite trazado en un mapa.
Dina Boluarte desde Santa Rosa de Loreto: «No cederemos ni un centímetro de nuestro territorio»
Por Jair Zevallos Morón
Desde Santa Rosa de Loreto, la mandataria Dina Boluarte expresó que no cederá «ni un centímetro de territorio». Ello, luego de la tensión diplomática surgida con Colombia a raíz de la detención de ciudadanos de dicho país y la polémica iniciada por el presidente Gustavo Petro.
Todos unidos en una sola voz: la isla Chinería es peruana.
Desde la costa, la sierra y la selva enviamos un mensaje firme: no cederemos ni un centímetro de nuestro territorio. Nuestra soberanía no está en discusión.
Sin dudas ni divisiones, mantenemos viva la identidad y la paz… pic.twitter.com/fkdRoEyynY— Presidencia del Perú 🇵🇪 (@presidenciaperu) August 16, 2025
«Aquí actuamos conforme a la Constitución y al Derecho Internacional. No cederemos ni un centímetro de nuestro territorio, ni permitiremos faltas de respeto. Nuestra soberanía no está en discusión», dijo la jefa de Estado.
«Seamos claros: la soberanía del Perú no está en discusión. El distrito de Santa Rosa de Loreto es y seguirá siendo peruano. Eso es así. Y así está escrito y firmado en las bases, en los tratados que fijan los límites entre el Perú y Colombia, que tienen carácter perpetuo e inamovible», agregó.
¡Unidos por el progreso en Santa Rosa!
🇵🇪 La presidenta Dina Boluarte Zegarra impulsa obras en transporte aéreo, fluvial y portuario en el distrito loretano. #SantaRosaEsPerú #PonlePunchePerú pic.twitter.com/WNTwj4kF2e— Presidencia del Perú 🇵🇪 (@presidenciaperu) August 16, 2025
DIna Boluarte hace mea culpa: «Por mucho tiempo nuestras poblaciones de frontera no han recibido atención»
En otro momento, Boluarte reconoció que el distrito de Santa Rosa de Loreto, así como otros lugares fronterizos, no han recibido atención, por lo que indicó que ha dispuesto medidas para reducir las brechas.
«Es verdad que por mucho tiempo, demasiado tiempo, nuestras poblaciones de frontera no han recibido la atención que merecen. Eso termina ahora. He dispuesto (…) medidas que tienen un objeto claro: reducir las brechas sociales y de infraestructura para mejorar la calidad de vida de la población», manifestó.
Ordenan siete días de detención preliminar a colombianos que realizaban presuntos trabajos de topografía en Santa Rosa de Loreto
El último jueves, el Poder Judicial ordenó siete días de detención preliminar contra los ciudadanos colombianos Carlos Sánchez y John Amia, quienes fueron intervenidos el pasado martes mientras realizaban supuestos trabajos de topografía en el puerto de Santa Rosa de Loreto.
Tras ello, el mandatario colombiano, Gustavo Petro, se pronunció para calificar de «ilegal» y «secuestro» la detención de ambos ciudadanos, a quienes se le imputa la presunta comisión del delito de atentado contra la soberanía nacional.
«La detención de los contratistas colombianos en la isla de Santa Rosa es ilegal. Es un secuestro. Colombia considera que la isla de Santa Rosa no ha sido adjudicada de acuerdo con el Protocolo de Río de Janeiro», escribió en su cuenta de X.
Como se recuerda, en dicha localidad se encontró una bandera izada que, días más tarde, se atribuyó la autoría el precandidato a la presidencia de Colombia y exalcalde de Medellín, Daniel Quintero.
Posteriormente, las autoridades nacionales retiraron dicha bandera e izaron otra con los colores distintivos del Perú.