Caravana global por Palestina y protestas en todo el mundo para frenar el genocidio – Por Diego Lorca

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Caravana global por Palestina y protestas en todo el mundo para frenar el genocidio

*Por Diego Lorca

El 31 de agosto partió desde Barcelona, España, una caravana marítima rumbo a Gaza encabezada por Greta Thunberg, la actriz Susan Sarandon, junto a activistas y actores de 44 países. La flotilla, cargada de ayuda humanitaria, busca desafiar el bloqueo israelí que ya supera las dos décadas y se convirtió en la misión civil más grande de este tipo. Su partida ocurre en un escenario de devastación, más de 63.000 civiles asesinados, 345.000 personas en fase de inanición total y un 91% de la población palestina en inseguridad alimentaria grave. El objetivo inmediato es llevar alimentos, medicinas y agua; el simbólico, quebrar el cerco de silencio internacional que sostiene el genocidio en curso.

El gobierno de Israel ha utilizado la falta de alimentos y agua como herramienta de dominación y exterminio, el cierre de 25 panaderías del Programa Mundial de Alimentos, el apagón de plantas desalinizadoras y la destrucción del 86% de la tierra cultivable prueban que la política de guerra no se libra solo con bombas, sino también con la desnutrición de un pueblo.

La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un esquema alternativo de distribución de asistencia, impulsada por Israel y respaldada por Estados Unidos, quienes aprobaron 30 millones de dólares para este mecanismo, se convirtió en un símbolo de esta tragedia, las filas para recibir ayuda se transformaron en trampas mortales, con casi 1.900 asesinados y más de 13.000 heridos en los alrededores de puntos de distribución. La ayuda, en vez de aliviar, se convirtió en un instrumento más de control y exterminio denunciado por la ONU y por numerosas ONGs y organizaciones políticas de todo el mundo; la OCHA Médicos Sin Fronteras, UNRWA, OMS, FAO y UNICEF, entre otros.

El sionismo es una ideología de despojo y legitimación del genocidio

La situación en Gaza, lejos de ser un conflicto bilateral, expone las complejidades de un sistema de opresión prolongada que ha polarizado al mundo, evidenciando la red de aliados internacionales que apoyan económica y políticamente a Israel. Desde la constitución de la Organización Sionista Mundial en 1897, la conformación del Estado de Israel en 1948 (en reconfiguracion del mundo de postguerra mundial), donde con la Nakba más de 700.000 palestinos fueron expulsados, y la Guerra de los Seis Días en 1967, la estrategia de ocupación y colonización es clara. Esta no solo afecta a Gaza, sino que amenaza con desestabilizar a países vecinos de la región.

El sionismo, en su versión estatal israelí, no solo normaliza la ocupación, la presenta como una necesidad para la existencia misma de Israel. De allí derivan los bombardeos sistemáticos, la destrucción de hospitales y escuelas, y las reubicaciones forzosas. Se trata de un proyecto que combina colonialismo, limpieza étnica y supremacismo, y que hoy encuentra en el genocidio contra Gaza su expresión más brutal.

Para llevar a cabo esto cuenta con la ayuda internacional, especialmente de Estados Unidos, que continúa siendo el sostén central de esta política. Bajo la administración de Donald Trump, se enviaron miles de millones de dólares en armas y se vetaron resoluciones de alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU. Europa, por su parte, se muestra dividida, mientras España y Noruega impulsan sanciones y reconocimientos al Estado palestino, Alemania insiste en su respaldo militar a Israel y Francia propone una fuerza de paz que no altera las condiciones de fondo. Mientras otros países como China, Brasil y Sudáfrica llaman al arresto de Netanyahu por los numerosos crímenes en Gaza.

Pueblos en resistencia

Sin embargo, el contraste entre los gobiernos y las sociedades es cada vez más visible. Desde el comienzo del conflicto en general, pero desde el mes mayo de 2025 en particular, el mundo ha presenciado la mayor ola de movilizaciones pro palestinas de la historia reciente, donde la diversidad de actores confluyó en un reclamo común contra el genocidio en Palestina por parte de Israel, poniendo como principal responsable al primer ministro Benjamín Nethanyahu.

●      Sídney: 90.000 personas bloquearon el Harbour Bridge.

●      Países Bajos: la ciudad de La Haya fue epicentro de dos grandes movilizaciones. El 21 de mayo, unas 100.000 personas marcharon y en junio, decenas de miles volvieron a concentrarse.

●      España: entre el 10 y el 19 de mayo, decenas de miles de manifestantes coparon las calles de Madrid y Cataluña reclamando un embargo total de armas, la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y el reconocimiento pleno de Palestina.

●      Daca: entre 100.000 y un millón marcharon en la “March for Gaza”.

●      Ámsterdam y La Haya: 100.000 personas exigieron embargo de armas y corredores humanitarios.

●      Londres: protestas sostenidas de 350.000 personas que rechazaron los planes de desplazamiento forzoso en Gaza y denunciaron la complicidad del gobierno británico.

●      EE.UU.: las protestas se multiplicaron entre mayo y agosto. El 1 de agosto, 200 activistas de Jewish Voice for Peace se manifestaron en Nueva York frente a oficinas de senadores para exigir el fin del envío de armas a Israel. Pocos días después, el 4 de agosto, una nueva movilización frente al Trump International Hotel. Además, los campus universitarios se convirtieron en otro frente de movilización. Desde mayo hasta julio, miles de estudiantes organizaron acciones de boicot académico y reclamos por la ruptura de relaciones institucionales con Israel.

●      Israel: el 17 de agosto se registró una de las movilizaciones internas más masivas contra el genocidio. 500.000 israelíes salieron a las calles de Tel Aviv para exigir un acuerdo por la liberación de rehenes, el fin del conflicto y el rechazo a nuevas ofensivas en Gaza. Las protestas incluyeron bloqueos de rutas, huelgas parciales y manifestaciones frente a residencias oficiales

Latinoamerica: marchas masivas en Bogotá, Costa Rica, Chile, Uruguay, Argentina en contra del genocidio sionista en Palestina.

Los métodos de lucha en solidaridad con Palestina han sido diversos y transversales, articulando desde grandes manifestaciones en calles y plazas hasta acciones más focalizadas como campamentos universitarios, huelgas generales y ocupaciones de edificios públicos. A estas expresiones se suman boicots contra productos y servicios vinculados a Israel, así como performances y murales que transforman el arte en denuncia política. También han cobrado fuerza las concentraciones frente a embajadas de Israel y Estados Unidos, visibilizando el carácter global de la resistencia y la capacidad de movilización de sindicatos, colectivos estudiantiles, artísticos y sociales.

En este marco, las consignas han adquirido un rol central, sintetizando demandas y cargándolas de potencia simbólica. “Free Palestine” se consolidó como el lema global, superando los 25.500 millones de visualizaciones en redes. “From the river to the sea, Palestine will be free” se entona en marchas multitudinarias como llamado a la libertad plena. “Ceasefire Now!” exige el fin inmediato de la ofensiva militar, mientras que “It’s not war, it’s genocide” denuncia la narrativa que oculta la asimetría de violencia. A ellas se suman consignas como “Boycott Israel” y “Basta de complicidad”, que refuerzan el carácter político, económico y ético de la lucha. Estas expresiones no se limitaron al espacio físico: también tuvieron lugar en territorios virtuales, como en el videojuego Roblox, donde decenas de miles de avatares marcharon con banderas palestinas y consignas digitales de solidaridad. Allí quedó en evidencia que incluso el espacio virtual es un territorio en disputa, reflejando y proyectando los mismos conflictos, resistencias y reclamos que atraviesan la realidad.

La magnitud y el contexto global les otorgan un valor singular a las protestas masivas, no se trata solo de ayuda humanitaria, sino de un gesto político internacional que enlaza luchas climáticas, feministas, sindicales y estudiantiles en un mismo reclamo, y donde los pueblos del mundo deciden tomar la palabra.

Hoy ya no se trata únicamente de Gaza, lo que está en disputa es el derecho de cualquier pueblo a existir frente a proyectos colonialistas de exterminio. El genocidio palestino se comete a la vista de todos, pero cada puente bloqueado, cada universidad ocupada y cada barco rumbo a Gaza demuestran que la conciencia colectiva está despertando. Lucas Aguilera – Magíster en Políticas Públicas y Director de Investigación de la agencia argentina NODAL – insiste en que Palestina es la cuna de los pueblos del mundo, y por eso su resistencia trasciende fronteras: defender a Palestina significa defender el derecho de todos los pueblos a existir. Esa es la razón por la cual se ha convertido en el emblema de una resistencia global que interpela gobiernos, moviliza sociedades y marca un límite ético frente al exterminio.

*Diego Lorca, Director del OITRAF (Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro)


 

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