Paz y Lara: un análisis a su victoria
Por Tupaj García*
El pasado domingo 19 de octubre, Bolivia vivió el primer balotaje de su historia en el que el binomio del Partido Demócrata Cristiano (PDC) se impuso con un 54.6% ante el 45.4% de Alianza LIBRE.
Un análisis a los datos muestra una victoria contundente del PDC en 6 de los 9 departamentos del país, 5 de ellos pertenecientes al occidente y en 4 de estos con una puntuación igual o mayor al 60%: La Paz, Potosí, Cochabamba y Oruro. En Bolivia, la geografía es determinante y la victoria del binomio en toda la zona altiplánica y valluna no es casual. El voto que hizo ganadores a Rodrigo Paz y Edman Lara es eminentemente indígena, tanto rural como urbano, y principalmente del occidente del país. Estas redes comunales y de economía popular votaron nuevamente en bloque, sumando a las victorias ya mencionadas otras igualmente importantes como las de Pando y Chuquisaca, e incluso una derrota por margen minimo en Tarija (PDC 49.6% y LIBRE 50.4%).
En contraposición, los votos que empujaron a Jorge “Tuto” Quiroga y Juan Pablo Velasco del 26.7% al 45.5% fueron mayoritariamente de las ciudades capitales, junto a un apoyo generalizado de los departamentos de Beni y Santa Cruz. Un voto principalmente de la clase media tradicional y sectores aspiracionales, predominante en el oriente del país, el histórico bastión de la derecha boliviana. Las gráficas a continuación nos muestran en general y en detalle esta geografía del voto.


Entrando al análisis, necesitamos sumar a esa geografía el componente social. Una mayoría indígena urbano-rural se decantó por el PDC, como lo hizo por el MAS en 2020 y por Evo entre 2005 y 2014. Al frente, una minoría urbana de clase media blancoide se unificó en torno a Tuto Quiroga, como lo hizo por Mesa en 2019 y que anteriormente concurrió dispersa entre 2005 y 2014. En Bolivia, la posición étnica y de clase parece ser determinante en el voto: ¿por qué?
Desde inicios del 2000, una ola insurreccional estremeció la nación boliviana, era el despertar de un conjunto de sectores populares que se negaron a seguir siendo gobernados por sus patrones y buscaron, en calles y urnas, el autogobierno con sus iguales. Este momento fue, en términos electorales y sociales, la génesis del Proceso de Cambio. Fue la noción de autodeterminación de estos sectores, mayoritariamente indígenas, la que tumbó al régimen neoliberal en 2003 y otorgó la banda presidencial a Evo Morales en 2005. Un principio tan sencillo como complejo: votar por alguien que sea como yo (en mi color de piel, forma de ser, caminar, vestir, hablar, sentir, pensar, trabajar y vivir).
Este principio se irradió a propios y extraños, pues el 2019, la clase media tradicional buscó lo mismo en las papeletas y en las calles, con la fantasía de reinstaurar el antiguo orden colonial y republicano. El Proceso de Cambio ha reestructurado Bolivia, la cuestión es averiguar de qué forma lo está haciendo.
Estas elecciones han demostrado que la autodeterminación indígena sigue vigente. Pese a la implosión del MAS y la proscripción de Evo, los sectores populares buscaron en la papeleta a su igual, en este caso a Edman Lara, vicepresidente del PDC. Se dio una reorganización del bloque popular en dos tiempos, en primera vuelta se ordenó en dos grandes bloques y una facción: el 31% del PDC, el 19% de Evo (que hizo campaña por el nulo) y el 8% de Andrónico. En segunda, Evo expresó que “Tuto no podía ganar”, los votantes de Andrónico migraron al PDC y el resultado ya es historia.
Así, desorganizada, sin líderes absolutos y sin partido, la mayoría indígena se rearticuló para frenar a una fuerza política que inició su campaña exigiendo el fin del Estado Plurinacional, el retorno a la República y la expulsión de los “masca coca” del poder. El primer aprendizaje es reconocer que el Proceso de Cambio sigue vigente en ese tejido en red de base indígena, aunque ahora no haya votado al MAS, y en el que la palabra de Evo ya no es el punto final de cada deliberación.
Pero la política no sólo es geografía, ni composición social, sino ante todo economía. Bolivia atraviesa una crisis económica que todas las fuerzas prometieron resolver y ahora será el PDC quien deba hacerlo. Al respecto, el presidente electo propone un programa de ajuste neoliberal con algunos sistemas de compensación, es decir, la crisis la pagará la gente. A su vez, su gobernabilidad depende, como primera minoría, de su capacidad de construir coalición con el resto de la derecha porque los votos nulos no dan diputados, y quizás este es el mayor error de Evo en estas elecciones.
Para finalizar, se abre una puerta en Bolivia y comienza un nuevo capítulo. Uno donde el PDC tiene la posibilidad de reinterpretar el Proceso de Cambio y reestructurar el campo político nacional desde su máxima política “capitalismo para todos”, pero quizás le sea más fácil ignorar a esa mayoría social para tener gobernabilidad legislativa. Un nuevo capítulo donde Evo será la mayor figura de oposición, y jugará sus primeras cartas en las subnacionales, pero donde su confinamiento lo aísla de una parte fundamental del Proceso de Cambio que esperó, hasta la decepción, el retorno de su líder. Una puerta extraña para la derecha colonial que mira con desconfiada al PDC, acercándose en lo económico, pero alejándose en lo social, indecisa sobre si el hecho de mezclarse con el cholaje le dará la victoria final sobre el MAS o si ello traerá la consolidación definitiva del Estado Plurinacional y la resignación del orden republicano.
Fuentes:
– Opinión, 19 de octubre de 2025. ¿En qué departamentos ganó el DPC?; acá, el detalle. Disponible en: https://www.opinion.com.bo/articulo/pais/que-departamentos-gano-dpc-aca-detalle/20251019212625982060.html
– Foronda, Mauricio. (2025). Disponible en: https://datosbolivia.github.io/elecciones2025/?fbclid=IwY2xjawMlbVBleHRuA2FlbQIxMQABHuOkDVgcopfyA2mMIMHVaAAl5kpEaoQ7cDuzEdKlLvhb_lmg98HpUjeZ9uTq_aem_AL1IRvBoNmH__Iry-ohMwA
*Tupaj Garcia es sociólogo por la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés), Maestrante en Sociología Política en UNSAM (Universidad de San Martín).