La carrera por dominar la industria de la IA ¿nueva burbuja tecnológica? – Por Jorge Otero

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Jorge Otero *

La Inteligencia Artificial (IA) es una industria en pleno apogeo. La carrera por despuntar en este mercado se ha vuelto frenética y en los últimos tiempos los inversores muestran un apetito financiero voraz por posicionarse en un sector muy dinámico y hambriento de financiación. En este sentido, la IA ha pegado un gran salto en los dos últimos años: solo en 2024 se invirtieron a través de fondos cotizados y de capital riesgo 124.000 millones de dólares (105.000 millones de euros) y 2025 apunta a ser aún mejor.

Las grandes empresas tecnológicas también han puesto sus ojos en la IA y están dispuestas a poner mucho dinero sobre la mesa. Un reciente informe de la gestora de inversiones GQG Partners señala que empresas como Microsoft, Amazon, Meta, Google y Oracle destinan ya entre un 50% y un 70% de su EBITDA (beneficio operativo antes de impuestos) en inversiones de capital, sobre todo en IA y en la nube.

Las cifras son mareantes. Alphabet, la actual matriz de Google tiene previsto invertir unos 85.000 millones de dólares (72.000 millones de euros) este año y casi toda esa cantidad se destinará a reforzar sus servicios de IA. Meta, la dueña de Facebook y de Instagram, también prevé gastarse no menos de 66.000 millones de dólares (56.000 millones de euros) en 2025 y ya ha anunciado inversiones multimillonarias hasta 2028. Microsoft tampoco se queda a la zaga y quiere ejecutar grandes inversiones en nuevas instalaciones para acelerar el entrenamiento de modelos de IA. En conjunto, el diario Financial Times calcula que la inversión de las Big tech superará los 300.000 millones de dólares (254.000 millones de euros) este año.

El chorro de dinero parece no tener fin: este pasado lunes Nvidia, la empresa líder de microchips y conductores, anunció una “inversión estratégica” de 100.000 millones de dólares (84.834 millones de euros) en OpenAI, una de las empresas que lucha por liderar la industria. Según se desprende de la nota de prensa conjunta emitida tras el acuerdo, la infraestructura desplegada se destinará al entreno de la IA con la vista puesta crear “una superinteligencia”.

“La infraestructura informática será la base de la economía del futuro y utilizaremos lo que estamos construyendo con Nvidia para crear nuevos avances en IA y empoderar a gran escala tanto a personas como empresas”, declaró, por su parte, el cofundador y consejero delegado de OpenAI, Sam Altman, una de las personalidades más reconocidas en el sector.

El escenario no puede ser más idílico, pero cada vez son más los analistas que advierten del riesgo de que se desencadene una burbuja en el sector. Señalan estos expertos varias semejanzas con la burbuja puntocom que empezó a formarse a finales de los años 90 del pasado siglo con el primer desarrollo de internet y que explotó a principios de los años 2000 llevándose a varios inversores por delante y también a algunas compañías. Entonces el comportamiento de grandes empresas fue similar: destinaron buena parte de sus beneficios al desarrollo de internet.

Este alto nivel de inversión en una sola cesta preocupa a los analistas. Eso mismo ocurrió en la burbuja puntocom. Hasta Sam Altman, el consejero delegado de Open AI, reconocía el pasado mes de agosto en un encuentro con periodistas que los inversores “en general están demasiado entusiasmados con la IA”. “Cuando se producen burbujas, las personas inteligentes se entusiasman en exceso”, matizó Altman.

Hay otro elemento en la fuerte inversión de Ndivia que recuerda a lo ocurrido hace 25 años. La inversión de esta empresa tiene cierto truco pues OpenAI se ha comprometido a levantar centros de datos con una potencia de al menos 10 GW que se surtirá de chips fabricados por Nvidia. Es decir, Nvidia le está dando dinero a OpenAI para que compre su producto. Eso también ocurrió en la burbuja anterior.

“Un fenómeno muy natural”

Enrique Dans, profesor en el IE Business School y experto en nuevas tecnologías y negocios, ve clarísimo que se está formando una burbuja y que terminará explotando: “Con la IA generativa estamos ante la tecnología con la difusión más rápida de la historia, y cualquier tecnología de este tipo provoca una burbuja. La IA genera un montón de expectativas entre la gente y  genera un efecto llamada. Además, la burbuja es un proceso habitual; lo que hace es introducir una depuración. Eso es lo que pasó con internet hace 25 años”.

De las palabras de Dans se puede deducir que la existencia de una burbuja no tiene por que ser algo intrínsecamente negativo porque es “un fenómeno muy natural” en el sector tecnológico. Dans recuerda que la burbuja puntocom atrajo a un montón de inversores y de empresas, pero al final solo sobrevivieron las mejor preparadas . “Amazon es un resultado de la burbuja”, señala a guisa de ejemplo. “Antes de la burbuja había un montón de compañías vendiendo intentando vender un montón de cosas sin ser rentables y el hecho de que todas esas compañías desapareciesen benefició a compañías como Amazon que sí aguantaron el tipo”, añade.

Siguiendo esa lógica, Dans pronostica que la burbuja de la IA también terminará explotando, aunque no se atreve a decir cuándo. “Aquí también se va a producir un fenómeno de limpieza. Muchas de las compañías que están hoy dedicadas a la inteligencia artificial desaparecerán y dejarán sitio para otras mejor preparadas y más rentables, porque mientras estemos en una burbuja es difícil ganar dinero“, sostiene el profesor.

Sobre el apetito por la IA mostrado por las grandes empresas tecnológicas, Dans cree que quieren “reservarse el espacio” que ya ocupan y que nadie las mueva de allí. Por eso casi todas tienen su propia herramienta de IA. Y es que ahora mismo tampoco hay nadie que destaque en el sector de la IA. La competencia es feroz, incluso entre países. Pero, al final parece que solo los más preparados sobrevivirán

*Periodista. Licenciado en Sociología, redactor de Público.es

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