Lucha por el desprecio: relaciones de debilidad (III)
Matías Feito[i]
“(…) proceso dinámico de rebajamiento: es preciso tratar algo de manera que valga cada vez menos, como una unidad monetaria durante la inflación, y este proceso debe continuarse hasta que el objeto haya llegado a un estado de completa ausencia de valor”
Elías Canetti
Primero fracturar una organización, luego militar el fragmento correspondiente hasta que cada distanciamiento vaya convirtiéndose en vacío. Así todos quedan convocados a participar del proceso dinámico de rebajamiento de otros en condiciones de descenso de las luchas políticas y sociales del campo del pueblo.
Localizamos el desprecio donde mejor funciona: en un momento contrarrevolucionario.
¿Cuáles son los atributos del momento de la contrarrevolución? Según Beba Balvé debemos prestar atención a dos aspectos: a) disgregación en el campo del pueblo, separación de las partes; y b) segregación que se manifiesta en intelectuales o dirigentes que abandonan metas de transformación social y realizan su pasaje al liberalismo.
Y ahora, ¿quién podrá despreciarnos?
En procesos de realización de poder encontraremos que unos fueron constituidos para agredir y otros desarmados. Cabe asumir la responsabilidad de un camino a esa situación de poder donde procesar efectos de derrota y comprender cómo nos transformamos en un proceso de formación de fuerza. Ahí donde confrontar es formar.
La dinámica de rebajamiento sucede en un espacio horizontal con alguien próximo, alguien que comparte una misma espacialidad o mediante una cosa en común. De lo diferente en la proximidad al desprecio del prójimo hay una inmediatez efectiva, a la mano del prójimo que se convierte en señalado y rebajado en un orden de guerra social.
Las subjetividades despóticas devienen de los usos del desprecio, no es cuestión de cambiar de nombres o personalidades sin cambiar de prácticas militantes. Así como la agresividad a descomponer mediaciones en el sistema institucional que enlazan políticas de salud, vivienda, trabajo, etc.
Revertir estas condiciones con la utilización de los mismos estados de ánimo tienden una trampa del poder. Despreciar como fuimos despreciados no hace más que prolongar el interregno oscuramente presentido de los fenómenos morbosos –ese espaciamiento entre aquello desalojado, aquellas relaciones sociales que descompone, y no pueden ser reemplazado en un sentido progresivo.
Al explorar la noción de Elías Canetti del proceso dinámico de rebajamiento en el modelo de la inflación tiene implicancias tan fuertes como revoluciones y guerras. La comparación lo jerarquiza como también especifica su forma de destrucción. Claramente no es liberación de fuerzas la dinámica que estamos describiendo, ni tampoco el aniquilamiento.
Esta dinámica de rebajamiento no es simple o fortuita, establece su direccionalidad bien definidas en las confrontaciones sociales desde “arriba”. De allí la selectividad de despreciados a los más amplios grupos sociales de la población.
La lucha por el desprecio desde nuestra situación y perspectiva significa la tarea de desarmarla en la crisis de horizontalidad que corta lugares de trabajo y de vida. ¿Quiénes gozan con los desprecios? El dispositivo déspota/eunuco que montan el agrupamiento en el gobierno del estado junto a la aristocracia financiera que lo desencadenó en su goce calculable de negocios políticos y económicos.
Deferencia hegemónica y cuadro vicioso: de lo sectorial al parlamento y del parlamento a lo sectorial
Podemos pensar estas dinámicas de desprecios permeando en reflexiones y percepciones de modos de lecturas al rebajar ámbitos de la realidad, así también en modos de direccionalidad en las luchas al despreciar zonas desencadenantes o atribuyendo a determinados comportamientos una mediación estable en los parámetros dominantes del campo político.
Desde el campo visual del reformismo no se contabilizan vastas destrucciones que moldean relaciones sociales (plasticidad destructiva). Bajas, heridos, detenidos en procesos de ciudadanización, formas de riqueza-pobreza, modos de humillación, etc. En muchos casos, lo destruido no es recuperado, ni defendido, brotando identidades indiferentes a revertir las causas que lo produjeron. Su derivación en crisis del reformismo como formación ideológica hace su mejor intento por asomarse a la época que destruye, pero queda detenida en los límites que las contradicciones internas del campo del pueblo marcan hoy.
Proponemos acercarnos por relaciones de debilidad dado que nos interesa delimitar la debilidad constructiva como observable en el nudo de fuerzas que hacen a la condición rota de la hegemonía. Las situaciones están dadas por vulnerabilidades adversas, líneas de fragilidad, muchas veces buscadas, otras halladas en el calor frontal. Los avances de una fuerza aprovechando estas debilidades ajenas en las confrontaciones deben evitar la confusión de interpretar “reformas” o “políticas” como victoria del campo del pueblo (o en alianzas de clases en que participa).
Los tiempos sociales del sistema hegemónico en las organizaciones del campo del pueblo se manifiestan: a) el tiempo del eterno retorno en las acciones económico-gremiales; y b) el tiempo lineal de las acciones político-gremiales dentro de los cuadros existentes y los alineamientos en relación a las formas que toma el proceso electoral. Son las órbitas ptolomeizadas de lo sectorial al parlamento y del parlamento a lo sectorial desde la dirección predominante que toman las luchas del campo del pueblo.
Estos cuadros viciosos requerirían redescubrir en los confines de intereses dominantes aquellos pasajes de descorporativización que abren las experiencias de masas (grados de unidad y alianzas entre fracciones subalternas con metas de transformación social).
Delineamos dos puntos de ataque (no sólo de vista) a los atributos del momento contrarrevolucionario arriba expuesto. Por una parte, reconstruir aquella acumulación de experiencias que produce desplazamientos de fuerzas y energías sociales a escala mundial, de allí la tarea de los intelectuales en conservar y transmitir el conocimiento indirecto de estas experiencias a la escala local. Por otro, el ritmo de esa acumulación de experiencias que puede realizarse entre avances y repliegues contra las condiciones que crean y recrean los grupos dominantes.
¿Cómo salir del momento contrarrevolucionario? Con políticas de salida que nos transformen desde los rincones o márgenes de poder, pero también registrando en nuestras acciones que hace de puntos de apoyo y fuerza auxiliar en el campo del régimen.
Transformar concentraciones: golpear juntos, marchar separados (una vez más) y después…
Si tomamos el inicio del periodo de gobierno fortificado por la unificación burguesa comandada por la aristocracia financiera (2023-2024) a un periodo electoral (2025) acentuado en renegociaciones políticas del mileismo, macrismo y agrupamientos provinciales. El punto de inflexión entre coyunturas, en los pasajes de coyunturas, dejan su juntura de proyectos y expectativas diferentes entre fracciones financieras.
Las últimas semanas de septiembre de 2025 en Argentina estuvieron atravesadas por enfrentamientos financieros (noción desarrollada por Lucio Geller y Martín Asborno) mediante “corrida” y alineamientos de fracciones de capitales en un aparente destello que abre y cierra. Su desarrollo en los hechos continuará.
¿Por qué el desprecio desencadena acciones de oposición y en otras lo reproduce en su entorno? La zona desencadenante puede desarrollarse en diversos aspectos, por reacomodamientos al interior de la clase capitalista que activa al conjunto de la burguesía, o en simultaneo o no, por inicio de la hegemonía proletaria. En esta situación política lo desencadenado sucede desde “arriba” sorprendiendo en cada enfrentamiento financiero por quién será el próximo despreciado al interior (por ej.: recientemente productores agrarios).
Las formas de lucha moldean a nuestro adversario mientras lo hacen a nosotros, moldean el mismo-diferente nosotros (seamos o no conscientes) que lo está ejerciendo y metamorfoseando. También ampliando el abordaje a instrumentos de lucha de las fracciones financieras en sus pugnas e implicancias al conjunto de la población.
La diferencia hegemónica entre dominio-dirección parece eternizar su mecanismo en la intercambiabilidad, en su desplazamiento, de una economía que contiene esta dinámica de rebajamiento. Los limites que cortan como fracción nuestras relaciones en dominados-dirigidos se compone de contradicciones internas que aparecen osificadas, fosilizadas, en la hegemonía burguesa. ¿Cómo transformar esta diferencia hegemónica?
El inicio de otra hegemonía proletaria comienza redescubriendo la oposición después de cada deconstrucción real. Pero, “¿se quiere que haya siempre gobernados y gobernantes o bien se quieren crear las condiciones en las que la necesidad de existencia de esta división desaparezca?” (Gramsci).
Las concentraciones como forma de lucha es el instrumento más utilizada en los encuentros dados por el campo del pueblo. ¿Qué significan su utilización en las condiciones actuales? La búsqueda de reunir diversas fracciones sociales afectadas por políticas de gobierno en el momento organizacional que vive el campo del pueblo. Implica construir una relación entre fragmentos de organizaciones y sensibilidades críticas en la población. ¿Qué relación está violentando? Señalando y estableciendo la defensa del proceso de rebajamiento.
Un paso más, una tarea por-venir. Transformar concentraciones en zona desencadenante de otras formas de lucha que asuman el movimiento de oposición política (correspondiendo lo fracturado y fragmentado organizativamente) y la fuerza de las protestas (dispersas). Así las debilidades constructivas en cada encuentro a lo largo y ancho de lo social tienen un lugar preeminente para nuestras acciones sólo si existe la oposición en un tiempo oportuno.
Así llegamos al desprecio más tramposo para nuestras prácticas militantes, el desprecio a las coyunturas presentes. Nuestra lucha comienza por ser contemporáneos de un tiempo oportuno, nuestras confrontaciones recomienzan una vez más.
Hasta aquí llegamos a pensar días de contradicciones y fragmentos. Tomando conciencia contra qué, contra quién, y con qué lo queremos reemplazar a eso que nos oponemos, porque en ese espaciamiento se juega nuestra cuestión estratégica tan despreciada.
29 de septiembre de 2025
[i] Investigador del Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (CICSO, www.cicso.org), Argentina.