Venezuela: Trinidad y Tobago prepara provocación militar coordinada con la CIA
La República Bolivariana de Venezuela elevó este domingo una grave denuncia ante la comunidad internacional sobre una operación militar que calificó como amenaza directa a la estabilidad regional. Según el comunicado oficial, Trinidad y Tobago realiza ejercicios militares coordinados con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense y financiados por el Comando Sur de Estados Unidos, con el objetivo de provocar un enfrentamiento armado contra territorio venezolano.
El gobierno venezolano informó que capturó a un grupo mercenario con información directa de la agencia de inteligencia estadounidense. Este habría determinado que está en curso un ataque de falsa bandera desde aguas limítrofes con Trinidad y Tobago, o desde territorio trinitense o venezolano, diseñado para generar un enfrentamiento militar completo contra la nación sudamericano.
#COMUNICADO | El Gobierno de #Venezuela 🇻🇪 denuncia provocación militar de Trinidad y Tobago 🇹🇹, en coordinación con la #CIA, para instalar una guerra en el Caribe e informa que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana #FANB se mantiene alerta y movilizada en defensa de la soberanía… pic.twitter.com/cgtgn0M70i
— teleSUR TV (@teleSURtv) October 26, 2025
La operación militar programada entre el 26 y 30 de octubre constituye, según Caracas, una provocación hostil que amenaza la paz en toda la región caribeña. Las autoridades venezolanas trazaron paralelos históricos con las provocaciones del Acorazado Maine y el Golfo de Tonkin, que sirvieron como pretextos para las guerras de España en 1898 y Vietnam en 1964, respectivamente.
Subordinar soberanía trinitense al Comando Sur
El comunicado oficial señaló directamente a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, acusándola de renunciar a la soberanía nacional para convertir el territorio caribeño en una base militar subordinada a intereses hegemónicos estadounidenses. Caracas afirmó que esta política busca transformar Trinidad y Tobago en un portaviones para operaciones militares contra Venezuela, Colombia y toda Suramérica.
«Al plegarse a la agenda militarista de Washington, Persad-Bissessar pretende agredir a Venezuela, país que siempre mantuvo una política de cooperación energética, respeto mutuo e integración caribeña», señaló el documento gubernamental.
Violación de tratados internacionales
Venezuela denunció que esta operación militar quebranta los lazos históricos de hermandad entre ambas naciones y viola múltiples instrumentos jurídicos internacionales. El gobierno mencionó específicamente la Carta de las Naciones Unidas, la proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz aprobada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y los principios de la Comunidad del Caribe (CARICOM), que protegen a todos los pueblos caribeños.
«No se trata de ejercicios defensivos: es una operación colonial de agresión militar que busca convertir al Caribe en espacio para la violencia letal y el dominio imperial estadounidense», enfatizó el comunicado.
El documento venezolano acusó además a las autoridades trinitenses de ejecutar pescadores inocentes en el mar Caribe mediante acciones extrajudiciales, revelando lo que calificó como el carácter represivo y criminal del actual gobierno. Estas ejecuciones ocurrirían bajo el llamado «que los maten a todos», mientras Trinidad y Tobago celebraría que ciudadanos trinitenses sean ejecutados sumariamente mientras abre las puertas a tropas extranjeras asesinas.
Venezuela rechazó categóricamente las amenazas de cualquier gobierno que considere vasallo de Estados Unidos. El comunicado oficial declaró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana permanecerá en alerta y movilizada en perfecta unión popular-militar-policial ante esta gravísima provocación.
La ambivalencia de Trinidad y Tobago es riesgo para los acuerdos con Venezuela
Por Leyne León
El analista internacional Francisco González sostuvo que la actual conducta del Gobierno de Trinidad y Tobago obedece a una estrategia imperialista que persigue la potencial extensión de una agresión militar en el mar Caribe. Explicó que este alineamiento representa una amenaza directa para Venezuela, nación con la que la isla mantiene acuerdos energéticos vitales de los cuales dependen en gran medida.
En una entrevista telefónica con Venezolana de Televisión (VTV), González señaló que la primera ministra trinitense está demostrando un comportamiento «ambivalente». Por un lado, mantiene acuerdos con Venezuela en materia de gas —similares a los que sostiene con Estados Unidos—, tal como ha reiterado la vicepresidenta Delcy Rodríguez, pero simultáneamente está secundando las «lógicas guerreristas del continente».
Además, a pesar de que Trinidad y Tobago participa en foros de integración regional como CARICOM y CELAC y suscribió la declaración que establece a América Latina como zona de paz, el analista destacó que la primera ministra Kamla Persad-Bissessar ha adoptado un discurso polarizante, anti-inmigrante y pro-Trump. González aseguró que esta simpatía por el extremismo de derecha, similar al de otras figuras políticas en la región, contradice su aparente neutralidad diplomática.
El analista internacional reiteró que, si bien la nación insular mantiene relaciones diplomáticas y «buenas relaciones» con Venezuela, actualmente «está jugando a la lógica del trumpismo latinoamericano y de la posibilidad de una extensión agresiva militar en el Mar Caribe».
González mencionó que el Gobierno de Donald Trump y su equipo más radical, que incluye figuras como el senador Marco Rubio, buscan instrumentalizar a Trinidad y Tobago como una plataforma para futuras agresiones contra Venezuela, sin un interés genuino en el progreso económico de la isla.
En este contexto, el analista aseguró que la reacción del presidente de Colombia, Gustavo Petro, al levantar un «muro de contención», se convierte en una respuesta necesaria a la agenda belicista que el trumpismo está impulsando en el continente.
Finalmente, González advirtió que Venezuela debería revisar sus acuerdos bilaterales debido al ambiguo juego político de la primera ministra de Trinidad y Tobago.
Deportan a 312 venezolanos desde Estados Unidos en nuevo vuelo del Plan Vuelta a la Patria
Por AutorIan Cabrera
Un total de 312 ciudadanos venezolanos fueron deportados desde Estados Unidos y llegaron este viernes al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, en el litoral central del país, como parte del programa “Plan Vuelta a la Patria” impulsado por el gobierno de Venezuela. Este vuelo representa el número 80 dentro del acuerdo migratorio bilateral firmado entre Caracas y Washington, que busca facilitar el retorno de migrantes venezolanos retenidos por las autoridades estadounidenses.
Más de 300 venezolanos retornan al país
Según informó el gobierno venezolano, entre los repatriados se encuentran 260 hombres, 50 mujeres y dos adolescentes, todos ellos previamente retenidos por autoridades migratorias en distintas zonas de Estados Unidos. El vuelo, procedente de territorio estadounidense, fue recibido por autoridades venezolanas encabezadas por Camilla Fabri de Saab, presidenta de la Gran Misión Vuelta a la Patria, quien destacó el compromiso del Estado en garantizar el retorno seguro y digno de sus ciudadanos.
Durante su llegada, los connacionales recibieron atención médica, asistencia social y verificación de identidad, en un proceso coordinado por diferentes cuerpos de seguridad y organismos del Estado. Entre ellos participaron el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el Cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana (CPNB), encargados de corroborar el estatus legal y sanitario de cada uno de los repatriados.
El Plan Vuelta a la Patria, implementado desde 2018, tiene como objetivo repatriar a venezolanos que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad en el extranjero. Este programa ha sido señalado por el gobierno como una medida humanitaria para atender la migración forzada causada, según argumenta Caracas, por las sanciones internacionales y la crisis económica derivada del bloqueo.
Un acuerdo migratorio con implicaciones políticas
El retorno de venezolanos desde Estados Unidos ocurre en el marco de un acuerdo migratorio bilateral anunciado en octubre de 2023, cuando ambos países retomaron conversaciones para gestionar los flujos migratorios irregulares. Dicho acuerdo se da en un contexto de tensiones diplomáticas entre Caracas y Washington, pero también de necesidades mutuas: por un lado, Venezuela busca garantizar el retorno controlado de sus nacionales, y por el otro, Estados Unidos intenta reducir la migración irregular en su frontera sur.
El gobierno estadounidense había anunciado la reanudación de vuelos de deportación a Venezuela después de varios años sin efectuarlos. Esta decisión surgió tras el aumento significativo de migrantes venezolanos detenidos al intentar cruzar la frontera con México. Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los venezolanos representaron una de las nacionalidades con mayor presencia en la frontera sur durante 2024 y 2025.
En este contexto, los vuelos de deportación —realizados con autorización del gobierno de Nicolás Maduro— forman parte de una cooperación puntual entre ambos países, que se da pese a las diferencias políticas. Para Venezuela, la iniciativa refuerza su discurso de repatriación voluntaria y humanitaria, mientras que para Estados Unidos, constituye un esfuerzo por controlar los flujos migratorios hacia su territorio.
El papel del Plan Vuelta a la Patria
El Plan Vuelta a la Patria ha sido una de las principales herramientas del gobierno venezolano para atender a su diáspora, especialmente a quienes han sufrido dificultades o abusos en el extranjero. Desde su creación, este programa ha repatriado a más de 40 mil venezolanos desde países como Chile, Perú, Ecuador, Brasil y ahora también Estados Unidos.
El programa incluye asistencia médica, reinserción laboral, acceso a programas sociales y orientación para la reintegración de los repatriados en sus comunidades. Además, el gobierno venezolano utiliza este mecanismo como parte de su narrativa política, presentándolo como un gesto de protección y soberanía nacional frente a los efectos de las sanciones y las presiones internacionales.
Camilla Fabri de Saab subrayó que “cada vuelo de repatriación representa una victoria del pueblo venezolano y del compromiso del Estado con sus ciudadanos”. Según sus declaraciones, el gobierno seguirá trabajando para ampliar los acuerdos migratorios con otros países que aún mantienen restricciones diplomáticas hacia Venezuela.
Migración y diplomacia en el centro del debate
La deportación de 312 venezolanos desde Estados Unidos refleja la complejidad del fenómeno migratorio y el intento de ambos gobiernos por encontrar soluciones pragmáticas en medio de las tensiones políticas. Mientras Washington busca controlar la migración irregular, Caracas intenta mostrar capacidad de respuesta y protección a sus ciudadanos, fortaleciendo al mismo tiempo su discurso de soberanía.
Con este nuevo vuelo, el Plan Vuelta a la Patria se consolida como un programa clave dentro de la política exterior venezolana, que combina intereses humanitarios, diplomáticos y políticos. Sin embargo, la realidad de miles de venezolanos que siguen migrando por falta de oportunidades demuestra que la crisis migratoria dista mucho de resolverse, incluso con la repatriación de cientos de connacionales.
En el trasfondo, este tipo de vuelos no solo simboliza el regreso de personas a su país de origen, sino también la necesidad de un diálogo sostenido entre ambas naciones para abordar las causas profundas de la migración y garantizar un futuro más estable y digno para los venezolanos.
