La IV Cumbre CELAC-UE celebrada en Colombia concluye con declaración conjunta de 52 puntos para la paz, la democracia y la cooperación birregional

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Cumbre CELAC–UE concluye en Santa Marta con una declaración conjunta por la paz y la cooperación

La IV Cumbre CELAC–Unión Europea concluyó con una declaración conjunta suscrita por 50 de los 51 países participantes, un hecho que el presidente Gustavo Petro calificó como un “gran éxito del diálogo y la cooperación multilateral”.
El encuentro fue copresidido por el presidente pro tempore de la CELAC, Gustavo Petro; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; y la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas.

Cooperación frente a los desafíos globales

Durante su intervención, el presidente Petro destacó que “ningún país, por sí solo, puede resolver los problemas de la humanidad” y subrayó que, en medio de los conflictos mundiales, el consenso alcanzado demuestra que “todavía podemos hablar de democracia y de acuerdos comunes”.

La declaración final, de 52 puntos, reafirma el compromiso de ambas regiones con la democracia, los derechos humanos, el multilateralismo, el respeto al derecho internacional y la búsqueda de la paz. El documento también resalta el apoyo al proceso de paz en Colombia y el rechazo al uso de la fuerza en cualquier parte del mundo.

António Costa: “Una alianza basada en valores y lazos históricos”

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, resaltó la necesidad de fortalecer la cooperación birregional sobre la base de valores comunes como la justicia social, la democracia y el respeto al derecho internacional.

Costa recordó que 60 países de dos continentes lograron acuerdos a través del diálogo y anunció que la cooperación birregional ya moviliza 31.000 millones de euros en más de 100 proyectos.

Entre los nuevos programas destacan:

  • Conectividad digital vía satélite para llevar internet a zonas rurales.

  • 22 proyectos de energía segura y sostenible.

  • Una red de supercomputadores que conectará a Europa con América Latina y el Caribe.

Asimismo, se adoptaron dos declaraciones adicionales: una sobre la lucha contra la delincuencia organizada y otra sobre la economía del cuidado.

Kaja Kallas: acción conjunta ante el cambio climático y los conflictos

La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, destacó que el cambio climático “hace que los desastres naturales sean más destructivos” y anunció que los países caribeños tendrán acceso ampliado a los sistemas satelitales Copérnico, para monitorear tormentas y salvar vidas.

Kallas recordó que la Unión Europea y la CELAC representan un tercio de los países del mundo y que “esa voz conjunta tiene peso global”. También advirtió sobre los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania: “Si no se detiene a Putin, él no se detendrá por sí solo. Lo que ocurre allá también afecta a los pueblos del sur”, afirmó.

Principales compromisos de la Declaración de Santa Marta

La declaración final firmada en la capital del Magdalena establece acuerdos concretos en áreas clave:

  • Reforma del sistema internacional: respaldo a la transformación del Consejo de Seguridad de la ONU y a un multilateralismo más inclusivo y representativo.

  • Transición energética y acción climática: impulso a la cooperación para reducir emisiones, proteger ecosistemas y promover energías limpias mediante el programa Global Gateway.

  • Seguridad y lucha contra el crimen organizado: creación de una alianza birregional contra el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas.

  • Transformación digital: compromiso con una inteligencia artificial ética y la expansión de la Alianza Digital UE–ALC.

  • Inclusión social y economía del cuidado: fortalecimiento de políticas de igualdad, sistemas de cuidado y condiciones laborales justas.

  • Educación e investigación: ampliación de los programas Erasmus+ y Horizonte Europa.

  • Migración y cultura: cooperación para una migración segura y ordenada, y promoción del diálogo intercultural.

Colombia, sede de un consenso histórico

La cumbre celebrada en Santa Marta marca un hito en las relaciones entre América Latina, el Caribe y Europa. Con el compromiso de mantener un diálogo político de alto nivel cada dos años, el bloque anunció que la próxima Cumbre CELAC–UE se celebrará en 2027 en Bruselas.

En el cierre, el presidente Petro expresó su satisfacción por haber sido anfitrión de un evento que reafirma el papel de América Latina como actor clave en la construcción de un nuevo orden mundial basado en la cooperación, la justicia y la sostenibilidad.

Radio Nacional


La escalada militar de Trump en el Caribe irrumpe en la cumbre CELAC – UE en Colombia

Por Federico Rivas Molina, Juan Esteban Lewin

A unos pocos centenares de kilómetros de Santa Marta, en la costa del Caribe colombiano, hay un nuevo escenario de guerra. Estados Unidos libra allí lo que considera una batalla contra el narcotráfico que ya ha dejado 70 muertos y 18 lanchas destruidas con misiles. Donald Trump asegura que iban cargadas de drogas ilegales destinadas al mercado estadounidense. Ya advirtió que los ataques no se detendrán. El asunto irrumpió fuera de agenda en la cuarta cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) celebrada este domingo en esa ciudad costera.

El colombiano Gustavo Petro, anfitrión de la cumbre, dejó claro en el discurso de apertura que en la reunión no solo se hablaría de cooperación intercontinental, energías verdes y desarrollo digital sustentable. “Los mismos misiles que caen en Gaza, caen aquí, en el Caribe, sobre personas pobres”, ha dicho. Petro asegura que uno de los muertos en las operaciones estadounidenses fue un pescador de Santa Marta. “A la luz de los tratados internacionales, a la luz de la democracia y la libertad en el mundo, ha sido simplemente asesinado. Ha sido una ejecución extrajudicial” dijo, para pedir luego que la reunión bilateral sirva como “un faro de luz en un mundo donde avanza la barbarie”.

Si la comitiva europea esperaba sortear el tema, no pudo. Consultada a su llegada al centro de convenciones Estelar Santamar, la alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, dijo que “bajo el derecho internacional, solo se puede usar la fuerza por dos motivos: en defensa propia o siguiendo una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ya había dicho que la cumbre en Santa Marta no tendría razón de ser “si no discutimos esta cuestión de los buques de guerra estadounidenses en los mares de América Latina”. El presidente de la mayor economía de América demoró la confirmación de su asistencia hasta último momento, ocupado como estaba en recibir en Belém a los participantes de la cumbre del clima COP30. Viajó, finalmente, con la intención de agitar el tema de las presuntas narcolanchas. “La amenaza del uso de la fuerza militar volvió a hacer parte del cotidiano de América Latina y el Caribe. Viejas maniobras retóricas son recicladas para justificar operaciones ilegales”, dijo Lula en su presentación, sin nombrar a Trump por su nombre. “Somos una región de paz y queremos permanecer en paz. Las democracias no combaten el crimen violando el derecho internacional. La democracia también sucumbe cuando el crimen corrompe las instituciones”

Una fuente del Gobierno de Brasil destacó que “con su viaje a Santa Marta, Lula envió un mensaje: mostrar que hay una situación en el Caribe sudamericano y que no nos interesa ninguna solución militar en la costa del norte de Sudamérica y mucho menos en países fronterizos con Brasil, como Colombia y Venezuela”. “No reconocemos las elecciones en Venezuela y de ninguna manera apoyamos lo que sucede en Venezuela, pero mucho menos nos interesa un problema militar en nuestra frontera norte amazónica”, dice.

Lula dejó Santa Marta apenas terminó su presentación. Lo mismo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien tuvo un arribo agitado porque el aeropuerto de la ciudad no estaba preparado para recibir un avión del tamaño en que se traslada.

A media mañana, ya se había acordado el texto de la declaración final a nivel de embajadores. Faltaban solo los detalles técnicos. Había entusiasmo en la delegación europea por el tono y el contenido del texto final, en una cumbre que había empezado lastrada por las ausencias de peso. El documento contendrá un apartado referido a la guerra en Ucrania y Gaza, la tensión militar en el Caribe por la avanzada estadounidense y un capítulo dedicado a la migración, un tema bilateral especialmente sensible. Como en ocasiones anteriores, los países que estén en desacuerdo con algún punto específico podrán manifestar su disidencia por escrito.

Solo una decena de jefes de Estado viajaron a Colombia, de un total de 60. Una de las bajas más relevantes fue la de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, pese a que el viernes estaba en Belém en el cierre de la COP30. Entre los jefes de Estado, el uruguayo Yamandú Orsi se bajó a último momento por problemas logísticos. Los gobiernos latinoamericanos de derecha y extrema derecha se esforzaron por vaciar la cumbre. Argentina, bajo la administración de Javier Milei, envió al subsecretario interino de Relaciones Exteriores; Paraguay al viceministro de Exteriores y el Gobierno del salvadoreño Nayib Bukele a la directora de Política Exterior, una funcionaria de tercer nivel de la cancillería. Ecuador ni siquiera mandó representante.

En la víspera de la cumbre, el presidente Petro ya había dicho que Estados Unidos había intentado boicotear el evento presionando sobre todo a los países del Caribe. Pero el domingo, el ambiente era otro. El presidente del Consejo de Europa y coanfitrión, António Costa, anticipó temprano que esperaba un buen resultado. “Aprobar una declaración conjunta es la prueba de que el diálogo multilateral es muy importante. A pesar de tener aquí 60 países, con orientaciones ideológicas muy distintas, logramos tener una posición conjunta sobre las cuestiones más críticas del momento”, dijo. Santa Marta fue una apuesta exitosa al multilateralismo.

El País


Canciller de Venezuela denuncia militarización del Caribe en cumbre CELAC-UE

Durante la segunda jornada de la cumbre que reúne a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la Unión Europea en Santa Marta, Colombia —ciudad donde El Libertador pronunció su última proclama el 10 de diciembre de 1830—, el Canciller venezolano emitió una contundente denuncia de Venezuela a propósito de los intentos de militarizar la región por parte de EE.UU.

Yván Gil dio lectura a una misiva del presidente de su nación, Nicolás Maduro, en la que exigió el cese inmediato de las amenazas militares a nuestros países, incluidas las que ha impuesto la Unión Europea, y llamó a la unidad regional para defender la soberanía de los pueblos.

En la misiva, el mandatario alertó sobre el despliegue de formaciones navales y aéreas, que incluyen portaviones de última generación, destructores misilísticos y submarinos nucleares en la región. El documento recalca que estas maniobras han provocado muertes de civiles, calificadas por expertos de Naciones Unidas como ejecuciones extrajudiciales.

El jefe de Estado venezolano sostuvo que estos actos transgreden el derecho internacional y que, frente a un despliegue de fuerza de tal magnitud, están en juego la soberanía y la libre autodeterminación. «Venezuela lo declara con absoluta claridad: no acepta ni aceptará tutelaje alguno», subraya el texto.

En el documento, el presidente Maduro rechazó enérgicamente el resurgimiento de la Doctrina Monroe, a la que contrapuso la Doctrina Bolivariana «en defensa de la independencia, la unión y la emancipación de nuestros pueblos». Argumentó que bajo eufemismos como la seguridad o la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos busca imponer una lógica de tutelaje y presión a los pueblos soberanos de América Latina y el Caribe.

Venezuela llama a la unidad y la paz

Frente a estas amenazas, Venezuela convoca a los líderes de la CELAC a transformar la cumbre en un «acto de firmeza» para volver a proclamar la defensa de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, tal cual como se hizo en La Habana en 2014. De igual forma, esta nación exigió una investigación independiente sobre las ejecuciones que también fueron denunciadas por el mandatario Gustavo Petro, y el cese inmediato de cualquier militarización en el Caribe.

El mandatario bolivariano reiteró la condena al «criminal e inhumano bloqueo» impuesto contra Cuba y su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo, política injerencista que se ha extendido durante décadas, violando el derecho internacional con sus repercuciones, y pese a un rechazo mundial abrumador.

Venezuela fue enfática en su exigencia: deben levantarse de inmediato todas las medidas coercitivas unilaterales que pesan sobre los pueblos, incluidas las impuestas por la Unión Europea, que «bajo el disfraz de sanciones individuales, terminan lesionando los derechos fundamentales de nuestros pueblos y obstaculizando su desarrollo».

«La América Latina y el Caribe son pueblos libres que proponen relaciones de cooperación horizontales. Exigimos coherencia y respeto«, puntualizó la carta, que finaliza con una cita del Libertador Simón Bolívar para reafirmar el compromiso de la región con la paz, la independencia y la soberanía.

teleSUR

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