Las negociaciones de la COP30 se traban a pesar del empuje de Lula da Silva
Por Manuel Pérez Bella
Las negociaciones de la cumbre climática de Naciones Unidas (COP30) se trabaron este miércoles, a pesar de los intentos de la presidencia brasileña de acelerarlas y del empuje que trató de imprimirle en persona el mandatario anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva.
La presidencia de la COP30 había sorprendido a todas las delegaciones con la presentación el martes de un primer borrador de la declaración política y con el anuncio de que se sometería a votación este mismo miércoles, para resolver los temas más delicados incluso antes de la clausura de la conferencia, prevista para este viernes.
Pero Brasil no logró ni siquiera cumplir con el paso previo a la votación, que habría sido presentar un segundo borrador, con una versión definitiva del documento, lo que se esperaba que hubiera sucedido en la mañana del miércoles.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica de España, Sara Aagesen, al hablar con los periodistas, incluso adelantó el horario concreto en el que estaba prevista la presentación del documento: las 11:00 hora de (14:00 GMT).
Pero diez horas después de ese plazo, el segundo borrador seguía escondido en un cajón, sin explicación clara por parte de la presidencia de Brasil más allá del reconocimiento de que «los puntos más complejos» son las medidas de adaptación al cambio climático, la financiación y la propuesta de una hoja de ruta para el fin de los combustibles fósiles.
El presidente de la COP30, el diplomático André Corrêa do Lago, que este miércoles no respondió preguntas de la prensa y solo ofreció una breve declaración al lado de Lula, también aseguró que «fue un día muy bueno» de negociaciones.
La presión de Lula en la COP30
El presidente brasileño trató de contribuir a las conversaciones regresando este miércoles a Belém en un viaje de menos de 24 horas, en el que mantuvo reuniones con los negociadores de China, Indonesia, India, así como con los grupos de países latinoamericanos y árabes.
Al final de la jornada, exhortó a los líderes del mundo a «tener actitud» para llegar a acuerdos e, invitándoles a ser flexibles, dijo que cada país es libre para decidir cómo cortar sus emisiones «en su tiempo» y «sin imponer nada a nadie».
«Si los combustibles emiten mucho, tenemos que empezar a pensar cómo vivir sin ellos», apostilló en defensa de su propuesta para impulsar una hoja de ruta sobre el fin de los combustibles fósiles, quizá el punto más delicado de las conversaciones.
En un intento de ayudar a suavizar posturas, la Unión Europea presentó en la noche del miércoles una lista de cinco sugerencias para incorporar al borrador.
El comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, dijo a los periodistas que esta nueva propuesta «podría ayudar a la presidencia brasileña a ampliar la alianza detrás de ella».
Según datos ofrecidos el martes por la Alianza Más Allá del Petróleo y del Gas (BOGA, por sus siglas en inglés), más de 80 países ya se han sumado a ella, pero el documento enfrenta resistencias principalmente por parte de los grandes productores de petróleo de Oriente Medio.
El logro estrella en la COP
Al margen de las negociaciones, Brasil logró este miércoles sumar un nuevo anuncio de inversiones en el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), que es una de sus propuestas estrellas en la COP.
Se trata del anuncio de un aporte de 1.000 millones de euros por parte de Alemania, con lo que el fondo, lanzado oficialmente en la cumbre de jefes de Estado previa a la COP, ya supera los 6.500 millones de dólares en compromisos de inversión.
La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, afirmó que esto demuestra que el fondo está «muy bien estructurado» y «empieza a dar sus respuestas».
La conferencia de la ONU proseguirá las negociaciones hasta el viernes y, si no se logra llegar a un acuerdo, podrían extenderse varias jornadas más, como ocurrió en las últimas COP.
En la COP30 se destacan la innovación y las soluciones climáticas creadas por mujeres
Por Mayara Souto
La cuestión de género fue el tema central del debate de la COP30 del miércoles 19 de noviembre. La sesión «Mujeres: Voces que Guían el Futuro» formó parte del programa de la Agenda de Acción y tuvo como objetivo mostrar la contribución de las mujeres a la acción climática.
En esta ocasión, se proyectó un vídeo resultado del proyecto «Voces de los Biomas», realizado conjuntamente por las enviadas especiales de la COP30: Janja Lula da Silva, para las Mujeres; Denise Dora, para los Derechos Humanos y la Transición Justa; y Jurema Werneck, para la Igualdad Racial. A lo largo del año, visitaron los cinco biomas brasileños para conocer las soluciones sostenibles desarrolladas por las mujeres.
«En cada lugar encontré a decenas de mujeres que viven en primera línea de batalla contra el cambio climático. Son agricultoras familiares, quilombolas (cimarrones), indígenas, habitantes de la ribera, investigadoras, líderes comunitarias, gestoras públicas y emprendedoras que, a pesar de convivir con pérdidas, escasez, violencia y desigualdades, siguen creando soluciones para proteger la vida, garantizar derechos y mantener vivas las condiciones que sustentan a sus comunidades», contó Janja Lula da Silva.
Jurema Werneck, médica y directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil, destacó la urgente necesidad de actuar contra el cambio climático que se percibe en los territorios. «Las mujeres de diferentes territorios están diciendo que la crisis debe entenderse como una emergencia. La respuesta debe reflejar este sentimiento de urgencia para salvar todas las vidas, todos los biomas, la existencia y las culturas que proliferan por allí. Hemos visto fuego en la tierra húmeda, hemos visto sequía en la tierra inundada, hemos visto hambre donde antes había abundancia. Pero también hemos visto la insistencia de las mujeres en rehacer sus vidas», afirmó.
Vivencia
Denise Dora, abogada especializada en derechos humanos y activista feminista originaria de Rio Grande do Sul, recordó cómo las inundaciones en ese estado demostraron la importancia de incorporar las experiencias locales al debate de la COP30.
«El año pasado viví en primera persona cómo se inundó mi estado, con un gran número de personas que perdieron sus casas, sus recuerdos, sus cartas, sus libros… En particular, acompañé a las mujeres en este proceso de reconstrucción, que fue muy duro. La experiencia de ir a los refugios y sufrir violencia sexual y discriminación en el acceso a los alimentos fue muy dura», recordó la enviada especial de Derechos Humanos y Transición Justa.
«Por lo tanto, evidentemente, escuchar cómo las mujeres de los diversos biomas brasileños estaban viviendo estas crisis y emergencias, cómo resistían y cómo buscaban soluciones para enfrentarlas era, en nuestra opinión, lo más importante que podíamos transmitir como mensaje en la COP30», añadió.
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, destacó la cultura ancestral de las mujeres de cooperar para hacer frente a las situaciones adversas. «Las mujeres saben compartir la teoría de las cosas. Las mujeres saben compartir la realización. Y a las mujeres les gusta compartir el reconocimiento. Existe una forma de pensar cartesiana que lo reduce todo al líder. Pero el mundo necesita aprender a compartir. Y eso es lo que estamos haciendo aquí: trabajar para conseguir un mundo próspero, diverso y sostenible», afirmó.
Plan de Acción en materia de Género
Durante la reunión también se debatió sobre el Plan de Acción en materia de Género que se está negociando en la COP30. El documento actualiza el Programa de Trabajo Mejorado de Lima sobre Género, aprobado en la COP20 de 2014.
La embajadora Vanessa Dolce, Alta Representante para el Género del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, detalló cómo se está desarrollando el debate sobre el Plan en la mesa de negociaciones.
«Anoche comenzamos las consultas ministeriales. La presidencia brasileña de la COP ha designado a dos países, Suecia y Chile, para debatir sobre la cuestión de género; sus ministras están liderando las conversaciones con los jefes de delegación y los grupos negociadores», afirmó.
«Tenemos la pretensión política y negociadora de que el género no se quede aislado en una sala de negociaciones. Mientras el género siga reducido y aislado en una sala de negociaciones específica, la acción climática no será eficaz», añadió la embajadora.
La embajadora de México, Patricia Espinosa, enviada especial de la COP30 para América Latina y el Caribe, recordó que se están logrando avances en materia de género en el debate internacional, aunque a un ritmo lento.
«El Fondo de Adaptación, por ejemplo, ha creado un mecanismo para apoyar proyectos muy pequeños, pero comunitarios. Y estos proyectos suelen estar liderados por mujeres. Así que creo que estamos avanzando, pero la lucha debe continuar tanto en el ámbito de las negociaciones como a nivel nacional», celebró.
La primera dama, Janja Lula da Silva, resumió: «La cuestión de género ya no puede ser un apéndice de las decisiones que se tomen en la COP. Que este sea un momento que nos impulse, que despierte esperanza, pero también responsabilidad, porque cada paso que damos en la acción climática es un paso para que las mujeres vivan con más dignidad. Cada avance en la igualdad de género nos acerca a un mundo capaz de superar la crisis climática».
En el evento también participaron Cecile Ndjebet, activista medioambiental de Camerún; Luciana Leite, cofundadora de Chalana Esperança, y Elida Nascimento Monteiro, líder de la organización quilombola Malungu y del quilombo de Itacoã (Belém).
“Sin nosotros, la Tierra va a una crisis grave”: el reclamo de los indígenas en la COP30
Por Agustina López
Los pueblos indígenas representan aproximadamente el 5% de la población mundial, pero custodian alrededor de mil millones de hectáreas de bosque tropical y conservan el 40% de los ecosistemas intactos que quedan. Son un activo natural clave para la vida en la Tierra y para la absorción de carbono.
Aunque son los primeros afectados por la crisis climática y la sequía, tienen poca representación a la hora de sentarse a las mesas de negociación e influir políticamente en las decisiones que dirimen el destino de las tierras en las que viven.
Sin embargo, una gran cantidad de representantes indígenas -alrededor de 900- lograron ser acreditados a la Conferencia de Cambio Climático de la ONU, la COP30 que se celebra en Belém, el corazón de la Amazonía brasilera. Fue parte de una iniciativa del gobierno de Lula da Silva, que también construyó para la ocasión una Aldea COP, un espacio de reunión para los aborígenes.
A los acreditados indígenas se los puede ver caminando por la zona de negociaciones (Zona Azul) con trajes tradicionales, algunos con el pecho descubierto y plumas en la cabeza, otros con collares de mostacillas, algunos más discretos solo con tatuajes sobre sus labios. Pero el objetivo final que tienen, más allá de los reclamos particulares de cada región, es ser tenidos en cuenta en el texto final de la cumbre que se publicará el último día.
Quieren poder recibir una parte sustanciosa de financiamiento climático, tener garantizada la protección en sus tierras e incidir en las decisiones como hacen otros estados o actores que negocian en las cumbres internacionales.
Este miércoles, Lula da Silva visitó el predio de la COP30 para tratar de acelerar las negociaciones en torno a la descarbonización y el financiamiento climático y aprovechó para reunirse con referentes indígenas, aunque sin declaraciones posteriores.
“Estamos siendo asesinados y desplazados por la expansión industrial. Minería, gas, petróleo. Avanzan sobre nuestro territorio sin nuestro consentimiento. Amenazan nuestra vida, nuestra cultura y nuestro derecho a vivir. Y los pueblos indígenas estamos protegiendo y defendiendo los territorios. Sin la participación indígena, la madre tierra va a una crisis grave. Esta es la única casa que tenemos y la respuesta somos nosotros”, dijo Olo Villalaz, referente indígena de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques de Panamá durante una conferencia de prensa en la COP30.
Zenaida Anabel Yasacama es de la comunidad kichwa de Ecuador y directora ejecutiva de la Alianza Cuenca Sagrada. En una charla con TN contó cómo viven el impacto de la crisis climática los pueblos amazónicos.
“Hemos venido acá para dar un mensaje y hacer una declaración de la Amazonía como espacio y zona de vida. Hay muchas emergencias. El clima ha cambiado totalmente. Hay muchas inundaciones, las actividades extractivas destruyeron los territorios, talaron árboles, hay derrumbes, incendios. Aumentó mucho el calor y la lluvia”, explicó Zenaida.
Si bien remarcó que muchos representantes indígenas pudieron participar de actividades durante la COP30, que seguirá hasta el viernes por lo menos, criticó que no son parte de la toma de decisiones. “Los estados, por debajo, negocian sus cosas. Y nosotros no estamos participando. Los recursos no llegan a nosotros, quedan en los gobiernos. Necesitamos participación directa en la toma de decisiones. Y necesitamos autonomía financiera”.
El gesto de Brasil
Pese a que el gobierno brasilero recibió duras críticas y protestas de activistas y comunidades originarias por permitir la exploración petrolera en la Amazonía, también hizo una concesión que fue leída positivamente.
La ministra de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, anunció la delimitación y protección de 10 territorios indígenas y Brasil se comprometió a proteger 63 millones de hectáreas de tierras indígenas y afrodescendientes para 2030.
