Veinte años de No al ALCA: la batalla por la hegemonía regional – Por Óscar Laborde

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Veinte años de No al ALCA: la batalla por la hegemonía regional

Por Óscar Laborde*

Encabezados por Néstor Kirchner, junto a Lula y Hugo Chávez, un grupo de presidentes latinoamericanos tomó en Mar del Plata una decisión histórica: decir No al ALCA, el acuerdo que Estados Unidos quería imponer a toda América Latina. Este tratado no solo proponía libre comercio, sino que imponía condiciones neocoloniales que habrían subordinado nuestros pueblos a los intereses de Washington y de los grandes grupos económicos. La derrota que Estados Unidos sufrió aquel día fue la más grande que recibió en su “patio trasero” y fue posible gracias a la movilización masiva de los movimientos populares, el movimiento sindical y los pueblos que llenaron las calles de Mar del Plata defendiendo la soberanía regional.

El rechazo al ALCA abrió paso a gobiernos progresistas y populares en Bolivia, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, El Salvador y otros países. Venezuela ingresó al MERCOSUR, se creó la UNASUR y nació la CELAC, la OEA sin Estados Unidos ni Canadá. Fue la época más virtuosa que la región haya conocido: unidad política, articulación entre los países, construcción de infraestructura común, crecimiento económico, reducción de la pobreza, aumento del salario y disminución del desempleo. La Patria Grande, hasta entonces una consigna, se convirtió en un proyecto concreto y necesario para los pueblos de América Latina y el Caribe.

Estados Unidos no tardó en planear su contraofensiva. Su estrategia combinó golpes de Estado, destituciones parlamentarias, bloqueos económicos, persecución política y la promoción de una nueva derecha en la región. Entre los casos más visibles estuvieron la destitución de Manuel Zelaya en Honduras (2009), Fernando Lugo en Paraguay (2012), Dilma Rousseff en Brasil (2016), la traición a Lenín Moreno en Ecuador (2017) y el golpe contra Evo Morales en Bolivia (2019). También se intensificó el bloqueo a Cuba y se presionó a gobiernos populares mediante sanciones y campañas mediáticas.

Pese a estas agresiones, los pueblos no se rindieron. Recuperaron gobiernos y espacios de poder: el peronismo volvió en Argentina, López Obrador asumió en México, Gustavo Petro gobierna en Colombia, Boric en Chile, Lula regresó a la presidencia en Brasil tras haber sido encarcelado injustamente, y Xiomara Castro retomó el gobierno en Honduras. Estas victorias muestran que la resistencia popular es efectiva y que la unidad de los movimientos sociales puede enfrentar incluso las estrategias más agresivas del imperio.

Hoy, América Latina vive un momento de disputa abierta: los movimientos populares enfrentan a la ultraderecha representada en figuras como Milei, Bolsonaro, Bukele y Kast. La resistencia heroica del pueblo y gobierno venezolano frente al bloqueo estadounidense demuestra que la lucha por soberanía y autonomía continúa siendo esencial. No hay duda: Estados Unidos persiste en su intento de controlar la región, pero los pueblos se organizan para decir No al imperialismo y Sí a la integración y justicia social.

El escenario internacional también es diferente al de los años 90. Entonces, Estados Unidos había derrotado a la URSS y parecía indiscutible su hegemonía global. Hoy su poder está en declive: surgen China, Rusia, India, Irán, Pakistán, Vietnam y Turquía, articulados en el Sur Global y los BRICS. No se trata de un bloque homogéneo, sino de una coordinación flexible entre países que respetan sus diferencias. Este contexto multipolar ofrece oportunidades para América Latina, pero también desafíos: el imperio estadounidense se repliega sobre la región y presiona por recursos, influencia y subordinación, tratando de frenar su propio declive a costa de nuestros pueblos.

A 20 años de aquella victoria el mejor homenaje que debemos hacer es comprender los desafíos de la hora, apreciar en cuanto ha cambiado el mundo, cuál es la tendencia dominante y enfrentar a un imperio cada vez más brutal, más prepotente que lo único que le interesa son nuestros recursos naturales y que nos sumemos incondicionalmente a sus alocadas estrategias.

Construir la felicidad de nuestro pueblo, la grandeza de nuestras naciones y transitar un destino común con nuestros hermanos de la Patria Grande para insertarnos en el mundo que viene será nuestra lucha y nuestro tributo a los que hace 20 años le decían en la Cumbre de Presidentes y en las calles NO AL ALCA.

 

*Oscar Laborde, Director de IDEAL

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