Los combustibles fósiles, excluidos de los acuerdos de la COP30.

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Los combustibles fósiles, excluidos de los acuerdos de la COP30.

Alex Prado

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), celebrada en Belém, Pará, finalizó el sábado (22) con un acuerdo que no menciona la eliminación de los combustibles fósiles. Analistas citados por agencias de noticias afirman que hubo avances en temas como la financiación para la adaptación y la inclusión social. El texto aprobado reafirma la necesidad de acelerar la acción climática de forma voluntaria y prevé triplicar la financiación para la adaptación para 2035, pero frustra las expectativas de avances más concretos.

La ausencia de un compromiso explícito sobre petróleo, gas y carbón generó reacciones en países como Colombia, Uruguay y Panamá, que interrumpieron momentáneamente la sesión plenaria final para cuestionar la forma en que se tomaron algunas decisiones. Colombia afirmó que la reunión «está lejos de ser la COP de la adaptación», mientras que Panamá criticó la falta de claridad respecto a los compromisos financieros.

Por otro lado, el bloque de países productores, que incluye a Arabia Saudita, Irán y Rusia, se esforzó por bloquear cualquier mención directa al abandono de los combustibles fósiles, repitiendo la disputa que marcó la COP28 en Dubái. Esta vez, sin embargo, el impasse prevaleció. El representante ruso incluso acusó a las delegaciones latinoamericanas de «comportarse como niños», lo que generó protestas en la sesión plenaria.

Aun sin consenso sobre el tema central de la transición energética, el paquete final mantuvo el llamado «Grupo de Trabajo Global», un documento político que organiza debates, crea nuevas estructuras de cooperación e insta a los países a alinear sus planes climáticos con el límite de 1,5 °C. El Grupo de Trabajo no menciona los combustibles fósiles, pero incluye el objetivo de triplicar la financiación para la adaptación, una de las principales demandas de los países en desarrollo.

Entre las decisiones aprobadas se encuentran el nuevo Programa de Trabajo para la Transición Justa, las directrices para el Fondo de Pérdidas y Daños, los avances en el Artículo 2.1(c), que busca reorganizar los flujos financieros globales, y la adopción de los primeros indicadores internacionales para medir la adaptación climática. Aun así, varios países consideraron que el texto no satisfacía las necesidades y reforzaron las críticas al proceso de negociación.

El presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, prometió que Brasil desarrollará dos «hojas de ruta» en los próximos meses: una para revertir la deforestación y otra para guiar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. Estas iniciativas no están incluidas en el documento final, pero fueron presentadas como un gesto político por el diplomático. «Necesitamos hojas de ruta para superar nuestra dependencia de los combustibles fósiles de forma ordenada y justa», afirmó.

Durante la sesión plenaria final, la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, reconoció que la COP no logró lo que muchos esperaban, pero argumentó que hubo avances modestos en adaptación, financiación y transición justa. «Soñábamos con resultados mucho mayores», afirmó.

Si bien aún no se ha logrado un consenso para que este llamado fundamental se incluya en las decisiones de esta COP30, estoy seguro de que el apoyo recibido de muchas Partes y de la sociedad refuerza el compromiso de la actual Presidencia de dedicarse a desarrollar dos hojas de ruta. Una para detener y revertir la deforestación. La otra para la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles de manera justa, ordenada y equitativa. Ambas estarán basadas en la ciencia y serán inclusivas.

Ya se han decidido las próximas ciudades anfitrionas de la COP: Turquía albergará la COP31 en 2026 y Etiopía albergará la COP32 en 2027.

AEPET


 

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