El derecho de la Madre Tierra – Por Leonardo Párraga

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Hoy en día se encuentra muy en boga hablar de la protección de la naturaleza y la conciencia a nivel global, empresarial, social y local para lograrlo. En América Latina, uno de los temas relacionados con el cuidado de la naturaleza es el narcotráfico.

Precisamente frente al narcotráfico, se estima que Colombia ha perdido 600.000 hectáreas de bosque por siembra de coca, teniendo anualmente una pérdida de 40.500 hectáreas de flora por narcotráfico, o el equivalente a 111 hectáreas de vegetación nativa diarias[1]. En el libro ‘Políticas antidroga en Colombia: éxitos, fracasos y extravíos’, Daniel Mejía menciona cómo el componente del Plan Colombia –surgido en el 2000- encaminado a reducir la producción y el tráfico de drogas, tuvo en promedio una inversión de 472 millones de dólares por año, entre 2000 y 2008. Sin embargo, aunque se logró pasar de un promedio de 161.700 hectáreas con cultivos de coca antes del 2000, a 82.000 hacia el 2006, 6 años después de implementado el Plan Colombia, la producción potencial de cocaína se mantenía casi igual, yendo de 687.490 kilogramos antes del 2000 a 625.760 kilogramos hacia 2006.

Bolivia, que también se ha visto enfrentado al flagelo del narcotráfico, tiene una historia ligeramente diferente a la colombiana en cuanto a la conservación de sus bosques. En conferencia de prensa a la que tuve el placer de asistir durante los Días Europeos del Desarrollo (EDD), Evo Morales expresó su visión de protección de la naturaleza, traducida en una política de forestación y reforestación, y cómo ésta tuvo consecuencias para transformar a Bolivia en uno de los países con mayor número de árboles per cápita, sumando 5.465 por habitante, una cifra bastante alta al compararse con Colombia (1.051), España, (245) y Francia (182)[2].

Evo contó cómo Bolivia le ha planteado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consagrar el derecho de la Madre Tierra, en el sentido de que la Madre Tierra cuenta por derecho propio con unos derechos que no le deberían ser vulnerados ni quebrantados. Al respecto, él agrega: “Estamos convencidos de que el ser humano no puede vivir sin la Madre Tierra, mas la Madre Tierra podría vivir incluso mejor sin el ser humano. A mí no me convencen los Acuerdos de París, pero es un avance. Hemos cedido, nosotros somos mucho más radicales, pero hemos acordado lo más posible para poder cuidar a las futuras generaciones.”

Precisamente frente a su propósito de conseguir el Derecho de la Madre Tierra, en el que es necesario una unión y apoyo unánime de diversos sectores, el presidente Morales se vio sorprendido por la decisión de Trump de salir del Acuerdo de París, sin embargo, resalta: “No es todo el pueblo estadounidense el que dejó de acatar el Acuerdo de París. He escuchado a ciudadanos, alcaldes, gobernadores y empresarios decir que ellos seguirán con la implementación del acuerdo. Trump pareciera que quiere ser el dueño del mundo. Yo no entiendo eso. No estamos en tiempos de imperios, estamos en tiempos de pueblos.”

También se refirió a otros temas que conciernen a toda la región de América Latina, uno de ellos fue el narcotráfico. Respecto a la situación en Colombia, comentó lo siguiente: “Ustedes en Colombia, con tantas bases militares estadounidenses, con tantos agentes de la DEA (administración estadounidense para el control de drogas) y con tanta inversión al año, miren cómo está el narcotráfico. Yo estoy convencido que el narcotráfico es el mejor instrumento de poder de Estados Unidos, el cual le da el control geopolítico de nuestros países. Yo hablé con los compañeros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y coincidimos que nos somos instrumentos de imperio, que el narcotráfico es una excusa para asentar el poderío militar en nuestros países.”

Volviendo a retomar el hilo sobre el daño que el narcotráfico causa al medio ambiente y cómo se pueden tomar medidas desde las políticas públicas para la protección de la Madre Tierra, el presidente Morales fue enfático respecto al desarrollo armónico que ha llevado Bolivia a través de la nacionalización de los recursos naturales[3], y del que podrían aprender países como Colombia: “En nuestra experiencia la clave para lograr este respeto por la naturaleza es la unidad. La unidad de los pueblos es la liberación de los pueblos. Con la división gana siempre el imperio. Lo más difícil es unir al pueblo. En Bolivia nos hemos organizado aborígenes, campesinos y miembros sindicales para combatir a los patrones. Y poco a poco hemos involucrado otros sectores: obreros, maestros, transportistas. La liberación es factor de unidad de todos. Antes estábamos divididos y decían que Bolivia era una media luna. Qué media luna, ahora es luna llena. Hemos unido ciudad y campo. La unidad de los distintos sectores sociales nos ha llevado a alcanzar este objetivo. Ahora bien, siempre es difícil conducirse en unidad por las distintas visiones de país, pero debemos abogar por ello.”

Es el ejercicio de unión entre diferentes grupos que menciona Evo el que ha llevado a generar cambios de largo plazo en las distintas sociedades. En Colombia vimos como después del 2 de octubre de 2016, cuando ganó el NO en el plebiscito por una cantidad mínima, comenzó una gran movilización ciudadana, principalmente liderada por jóvenes que llevó a través de marchas, campamentos en las principales plazas del país y acciones simbólicas a conseguir en menos de dos meses un nuevo acuerdo de paz, que es el que rige nuestra agenda política hoy en día. Puede que si ese mismo tipo de unión ocurriera para proteger nuestro medio ambiente como dice Evo, lográramos tener muchas más comunidades empoderadas que evitaran la afectación de sus tesoros naturales mediante una organización efectiva. En Colombia ya hemos visto el caso de los pueblos de Cajamarca[4] y Cumaral[5] que se han opuesto a la explotación de los recursos naturales que puede tener consecuencias negativas en sus ecosistemas. Estos son tan solo algunos ejemplos de lo que se puede llegar a lograr, sin embargo, ¿cuánto más no lograríamos como país si protegemos nuestro mayor tesoro, la gran biodiversidad?

Leonardo Párraga
Director Ejecutivo/ Executive Director
Fundación BogotArt

Notas

[1] http://www.elespectador.com/noticias/judicial/colombia-perdio-600000-hectareas-de-bosque-siembra-de-c-articulo-547035

[2] https://www.washingtonpost.com/graphics/world/tree-density/

[3] http://www.avn.info.ve/contenido/nacionalizaci%C3%B3n-recursos-naturales-afianza-desarrollo-econ%C3%B3mico-bolivia

[4] http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39407877

[4] http://www.eltiempo.com/economia/sectores/consultas-populares-en-colombia-que-tienen-en-vilo-la-explotacion-minera-y-petrolera-95600

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