¡Puerto Rico se levanta! – Por Katherine Angueira Navarro

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Katherine Angueira Navarro*

“Dimito de inmediato a mi cargo de gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico” es la única oración que Ricardo Rosselló Nevares necesita pronunciar para aplacar el malestar social que se ha generado en los últimos días. Plasmarla por escrito para, con una sola pluma, estampar su firma y tornar su renuncia final y firme. En un país en que por décadas reiteradamente se ha demostrado que funcionarios(as) violentan con desparpajo la ley y orden, su acto de reconocer que su gobernación se deslegitimó, cumpliría con los rigores democráticos. El clamor popular que de forma ordenada lo despide fulminantemente de su cargo, ha surgido desde el corazón y fibra humana del pueblo que usted traicionó.

Finalmente, se levantó un pueblo unido en una voz que nace de la indignación. Un pueblo de ley y orden ejerce su derecho a la libre asociación y expresión pública para repudiar a quienes piensan que están por encima de la ley. Quienes ejercen el poder político reclamando que hay que respetar el Estado de ley y orden, son quienes violentan los derechos y preceptos más fundamentales que prohíben el discrimen por razón de sexo, política, clase y raza consagrados en la Constitución del ELA (1952); mientras confabulaban cínicamente para beneficiarse de las arcas públicas.

La inhumanidad abusiva desnudada de quienes ocupan el Palacio de Santa Catalina fue la última gota que desenganchó las compuertas para que brotara la ira contenida. La concatenación de eventos catastróficos, con respuestas incompetentes de parte del gobierno, trastoca el malestar que todavía está a flor de piel en una respuesta que se desató al unísono. El pueblo está agobiado por los azotes de la debacle fiscal, sin que todavía se haya auditado la deuda pública astronómica, ni se haya responsabilizado a ninguno(a) de la y los exgobernantes. El pueblo repudia la austeridad para atajar gastos afectándose al sector público y privado, mientras alzan costos de servicios básicos. Estos factores se entrecruzan con el paso de dos huracanes, de los que al día de hoy a duras penas se sobrevive, sin resolver su secuela. Al potaje espeso fangoso del malestar social se añaden acusaciones federales en contra de funcionarias(os) que -en medio de esta vorágine de crisis humanitaria- presuntamente maquinaban desviar fondos de Educación y Salud para alimentar la glotonería de sus más cercanos allegados(as). Se robaron el dinero de los(as) más vulnerables cuando más les hacía falta. El desenmascarar la pandilla de elitistas soberbios, clasistas, sexistas, racistas y homofóbicos conspirando para degradar y perseguir entre otros(as), a sus detractores y adversarios(as) políticos(as), catalizó una catarsis colectiva. La mofa de los muertos del huracán María en el chat, subraya cómo cocinaban el caldo del desdén que hirvió por encima del punto de ebullición del pueblo explotándose la olla de presión de la ira.

Por la ruta del calvario para remover de la gobernación a Ricardo Rosselló Nevares desfilan personas de todas las edades e ideologías políticas. Les une un sentir profundo al descubrir el desapego e insensibilidad con que se mofaron del dolor ajeno. Canalizando su coraje racional, la creatividad del pueblo incluso se ha desbordado apropiándose de los vocablos soeces usados por el #teambarbabrothers, para desmontarlos, reconstruirlos y revertírselos como crítica mordaz en su contra.

Retando intentos fallidos deleznables de quienes pretenden invalidar la voz sólida de un reclamo para que Ricardo Rosselló Nevares renuncie, el pueblo los supera con su abanico creativo. Por cielo, tierra y mar, paracaidistas, manifestantes sobre tablas para montar olas y motoras acuáticas, como buceando llevan sus pancartas exigiendo la renuncia al “todavía” gobernador. Caminando, marchando, practicando yoga, bailando y cantando al son de ritmos tropicales y nuestras canciones de “Preciosa” y “Viejo San Juan”, se unen voces reclamando la renuncia de Ricardo Rosselló Nevares. Por las redes sociales se ha globalizado la petición de renuncia por parte de “boricuas de pura cepa” dispersos(as) a través del mundo.

Quienes infunden miedo para crear un estado de incertidumbre, parecerían no conocer que todavía en papel pergamino existe al menos una parte de nuestra Constitución con vida — el residenciamiento del gobernante (Art. III, Sec. 21) y orden sucesorio en caso de su vacante (Art. IV, Sec. 7). El pueblo repudia las acciones deleznables de un gobernador con visos de un dictador en ciernes que burlándose del dolor ajeno conspiraba con sus alzacolas para buscar su reelección con estrategias mediáticas turbias para aplacar las voces críticas. Que no quepa duda, que se acabó la docilidad. Haciéndonos eco de Victoria Sanabria: “¡Hoy la gente se pronuncia, Ricky firma la renuncia!”.

(*) Psicóloga Social-Comunitaria.

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