Colombia | Cuando el feminismo se traslada a lo digital

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Por Valeria Cortés Bernal

En Colombia, la lucha feminista en espacios virtuales no es nueva. Desde hace años las mujeres han buscado abrirse paso en industrias y entornos relacionados con las tecnologías digitales y de la información (TI), tanto para ganar independencia como para criticar entornos violentos o excluyentes.

Este enfoque de género hoy se ve reflejado en numerosas comunidades de desarrolladoras, diseñadoras web o expertas del sector TI que privilegian la formación de mujeres en campos altamente masculinizados. También se evidencia en redes y colectividades cada vez más sólidas que se unen desde varios lugares del mundo con el único propósito de crear una internet feminista.

Aunque abordaron su lucha desde campos y movimientos diferentes, estas mujeres tienen en común que buscan dignificar, reivindicar y visibilizar a otras por medio de la tecnología.

Saber de código para ser independiente

Pioneras Developers es una organización sin ánimo de lucro, creada en Medellín en 2016, para fomentar espacios de capacitación de mujeres en lenguajes de programación y habilidades en tecnología. Nació como un grupo de cinco jóvenes interesadas en aprender a programar, pero hoy es una comunidad de más de 1.200 participantes en ocho ciudades del país que se han formado de manera gratuita en lenguajes como JavaScript y Python, y frameworks como Angular, entre otros.

“Tenemos historias de mujeres con contextos muy diferentes. Algunas no pudieron estudiar ni trabajar, y a través de Pioneras pudieron adquirir conocimientos de tecnología”, cuenta Marian Villa, cofundadora de la organización.

Según Villa, formar a otras mujeres en estas herramientas -que son la base de múltiples procesos en internet- es una manera de darles instrumentos para hacerlas más autónomas y capaces de emprender sus propias iniciativas. “No queremos que se sienta como una obligación, sino que puedan aplicar estos conocimientos en sus proyectos personales. Eso tiene mucho más valor”, agrega.

 

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A finales de 2020, y luego de que PionerasDev ganó un premio de IBM por su labor educativa, Villa lanzó la iniciativa Womint con Laura Anchico y Ana Salazar. Se trata de una plataforma para conectar a mujeres que buscan una oportunidad laboral en la industria 4.0 con empresas que estén interesadas en su trabajo y que deseen cerrar la brecha de género en sus organizaciones. Aunque el proyecto todavía está gestándose, ya hay más de 250 interesadas en participar.

“En este momento, muchas mujeres están luchando por encontrar empleo. Sabemos que la tecnología les puede abrir una puerta a trabajar remotamente o de manera asincrónica, a ganar en otras divisas, a tener empoderamiento financiero y a seguir ascendiendo en la escala laboral”, dice Villa. “Tenemos la comunidad, tenemos las mujeres, ahora debemos hacer ‘match’ con las empresas y acompañarlas en el proceso”.

Redes de mujeres para dar a conocer talento

Al igual que PionerasDev, en Colombia hay numerosas comunidades vinculadas a diferentes lenguajes de programación y herramientas tecnológicas, aunque no todas están compuestas por mujeres. Por esta razón, varias líderes de estos grupos se han unido para visibilizar el talento femenino por medio de eventos, talleres y en sus propias redes de contactos. Así lo cuenta Martha Isabel Estupiñán, directora de Tribu Evolución, una organización que busca apoyar a comunidades de ciencia y tecnología, y facilitar espacios con enfoque de género en este sector.

“Las mujeres hemos dado ciertas luchas para conseguir votar, romper techos de cristal y quebrar obstáculos en la educación. Pero si la tecnología sigue evolucionando y nosotras no entramos en el juego, vamos a retroceder”, sostiene Estupiñán.

Alejandra Zerdá, por su parte, es líder de la comunidad de Mozilla Colombia y activista por el software libre. “Desde los grupos de mujeres de diferentes comunidades tratamos de ‘hackear’ a las comunidades mixtas, tratando de mostrar más el talento femenino. Empezamos a traer más chicas hasta consolidar comunidades mixtas en un 50-50”, menciona.

De hecho, Zerdá y Estupiñán, junto con otras líderes del sector, han procurado abrir espacios para visibilizar el talento femenino en eventos como el Women Community Fest, que convocó a unos 30 colectivos de desarrolladoras en el marco del Campus Party de 2019. Además, forman parte de Tribu Mujeres Tech, que agrupa a líderes de varios grupos de desarrolladoras como Women Who Code, Pyladies y PionerasDev.

“Si necesitamos talento o hay alguna vacante, utilizamos estos canales para darles la oportunidad a otras chicas”, afirma Zerdá. “Entre todas nos ayudamos a hacer el voz a voz para mostrar nuestros eventos y nuestro trabajo”.

Una “musea” para resistir en internet

Juliana Guerra es parte de un movimiento global que defiende la posibilidad de tener una internet feminista. Esta propuesta se basa en una serie de principios que buscan empoderar a más mujeres y personas que en el mundo digital, como la búsqueda de una red accesible, que esté libre de violencia de género y en la que se amplifique la lucha feminista que se da en los espacios físicos, a la vez que desafíe los procesos patriarcales detrás de la gobernanza de internet.

“Las ingenierías, el desarrollo tecnológico, las grandes empresas son espacios muy ocupados por hombres y, por lo tanto, hay dinámicas en la vida social de estos espacios y en la manera en que se diseñan estas tecnologías que son muy de la masculinidad. Esto, desde una crítica feminista, tiene que ver con micromachismos, microviolencias y valores ante los que nos resistimos”, explica Guerra, quien trabaja en la ONG Derechos Digitales y forma parte de la red Ciberseguras, que da soporte emocional y técnico a personas que han sufrido violencia de género en línea.

El pasado febrero, Guerra y más de 15 mujeres diversas de toda Latinoamérica lanzaron una iniciativa para reivindicar sus luchas e imaginar una internet en la que no existan lógicas machistas. Esta es la M.A.M.I., un archivo digital al que sus creadoras denominan “musea” y cuyas siglas pueden ser reinterpretadas de muchas maneras, como la Muestra Arqueológica del Machismo Inmemorial o la Musea Autónoma de Mujeres Intergalácticas. El proyecto se sitúa temporalmente en el año 3020 para narrar, desde el futuro, las luchas feministas que se dan en nuestro tiempo.

La “musea”, que hoy es un proyecto autogestionado, permite subir material de manera gratuita que busque documentar y contraargumentar algún tipo de violencia. Actualmente, expone unas 200 piezas de arte icónicas o contemporáneas, incluyendo memes, fotografías, ilustraciones y videos que provienen de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Estados Unidos, entre otros países.

Además de ser un paso concreto en la lucha por impulsar una internet feminista desde el arte digital, la “musea” también busca ser un espacio de memoria de la cultura popular en internet y generar discusiones alrededor de su acervo. De hecho, además de exponer obras, abre la posibilidad de vincular a mujeres interesadas en seleccionarlas y curarlas.

“La idea es que cada quien pueda darle su propio sentido a lo que signifique la M.A.M.I., reconociendo que sí es posible acabar con el patriarcado. Creemos que así como internet es producto de la ciencia ficción masculina de hace muchos años, nosotras podemos imaginar este futuro y hacerlo real”, concluye Guerra.

El Espectador


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