Minería ilegal, crimen y miseria nacional
Rudecindo Vega Carreazo
Lo que vive (muere es mejor término) Pataz es claro ejemplo de nuestra miseria nacional: sin gobierno ni autoridades, a pesar de la presencia de muchas en la zona; a merced de la explotación formal e informal de su riqueza aurífera, oprimida por el crimen instalado en la zona, nos muestra una histórica ciudad postrada en la pobreza mientras se roban o dilapidan su riqueza y la riqueza nacional. Los crímenes que vienen ocurriendo hace años han sido ocultados y no castigados; la minería ilegal no ha sido combatida, sí permitida y hasta extorsionada por las corruptas autoridades; y la minería formal que se alió con la minería informal y bandas criminales para hacer más próspero su negocio hoy es víctima de ambos.
Mientras exista guerra abierta entre mineros formales, informales y criminales, de todos contra todos, se depreda la riqueza de la provincia. Pataz es una de las provincias más ricas del Perú y, lamentablemente, según el mapa de pobreza del INEI, una de las más pobres del país; en ella se encuentra Ongón, el distrito más pobre del Perú, con 99.7% de pobreza total y 97.2% de pobreza extrema. Salvajada total, salvajismo nacional.
Hoy, el secuestro y posterior asesinato de 13 mineros “artesanales, informales o formales”, ni sabemos qué son ya, causa indignación y es condenable; sin embargo, ello viene sucediendo hace tiempo. La Empresa Minera Poderosa (formal que trabaja con informales), la segunda en producción de oro, ha informado que desde el 2020 se “han realizado 628 incursiones contra sus instalaciones, resultando 18 empleados asesinados, 14 torres eléctricas destruidas y el robo de más de 3.5 millones de oro”.
El gobierno hace un año declaró estado de emergencia en la zona y, como muestra de su inutilidad, nada ha logrado, solo comprobar que sus propios jefes policiales se coluden con los delincuentes, les cobran cupos o se han enriquecido extorsionándolos. Las palabras del alcalde de Pataz, Aldo Carlos Mariños, son desgarradoras: “Señores indolentes del gobierno central, atiendan a esta provincia, no nos sigan jodiendo la vida”. ¿Cómo es posible que no tengamos hospital? ¿Cómo es posible que no tengamos nuestras carreteras, ni un centímetro de carretera asfáltica? Nosotros le aportamos todo al país, le damos todo el oro. Solo queremos que nos devuelvan el desarrollo. No sean miserables. (Manuel Rojas. Infobae, 04 de mayo).
En realidad, hay demasiada miseria gubernamental y nacional; Pataz y otras localidades del país lo demuestran. Hoy la minería ilegal es la principal y más grande economía criminal del Perú; está presente en casi todos los departamentos del país, tirándose la riqueza nacional y destruyendo la sostenibilidad ambiental, financiando y promoviendo otras economías informales y criminales, creando masivo empleo y generando millones de dólares que ingresan lavados y sin lavar a la economía nacional. Esa minería ilegal disfrazada y confundida muchas veces con la minería artesanal e informal está pervirtiendo nuestra sobrevivencia nacional; hoy tienen autoridades electas a nivel local, regional y nacional y, en el congreso, hasta bancada propia tienen. Están empoderadas y por eso hasta leyes que las benefician son dadas a su favor.
La minería ilegal genera 7,000 millones de dólares anualmente; querer combatirla con estados de emergencia, REINFO y suspensión de operaciones por 30 días es una soberana estupidez o una consciente e interesada voluntad política de que ella exista y crezca más. Las autoridades nos han demostrado que no son estúpidas, pero sí aliadas del crimen; así, sabemos por dónde va la decisión gubernamental. No enfrentarán a la minería ilegal, la harán crecer más, para desgracia del Perú y los peruanos. Así ocurre en Pataz y casi todos los departamentos del país, territorios liberados por el crimen, minería ilegal, trata de personas, narcotráfico. La mejor muestra de lo que decimos es que el Congreso, el que realmente gobierna en el Perú, mediante la mafiosa coalición gubernamental, varias veces ha ampliado el REINFO y su presidente es abogado declarado de la minería ilegal. Estas muertes son clara responsabilidad también de esos congresistas que siguen votando por el REINFO y hoy hipócritamente quieren mostrarse preocupados y críticos.
En Pataz existen grandes empresas que acaparan concesiones mineras que luego alquilan o ceden a los informales y, hoy son espacio para bandas criminales; las concesiones legales son explotadas ilegalmente. El Estado y el gobierno se hacen de la vista gorda y la minería ilegal lava su crimen vía empresas mineras formales o, lo que es peor, la minería formal es una gran lavandería de la minería ilegal e informal. En Pataz, además de Poderosa con 55 concesiones, está la empresa Retamas del grupo MARSA con 44 concesiones y el Consorcio Minero Horizonte con 50 concesiones. Estas 3 empresas tienen en concesión, prácticamente, 2 tercios del territorio de Pataz. Cabe preguntar qué han hecho, aunque sea por responsabilidad social, para contribuir a la lucha contra la pobreza en la provincia. Hay miseria pública y hay miseria privada también.
Esa miseria y olvido nacional puede ser producto de nuestra ignorancia, desidia y falta de identidad patriótica. Pataz es parte de nuestra milenaria historia; en ella y en la otra provincia liberteña, Bolívar, se desarrolló también la cultura preinca Chachapoyas. Pataz es una provincia fundada por José de San Martín el 12 de febrero de 1821, antes de la independencia del Perú. Mantenerla en el abandono y olvido, con tanta riqueza aurífera, no es dejadez estatal o gubernamental; es, por el contrario, una perversa decisión de política pública ejecutada para permitir el aprovechamiento particular y criminal de la riqueza nacional. Es el permiso interesado (vía concesiones) para que se deprede, sin beneficiar a la zona, sus recursos naturales. Es el Estado y gobierno el que estimula y promueve este modelo de explotación criminal, donde coexisten y se usan mutuamente la minería formal, informal e ilegal. Debe ser cambiado si queremos alguna mejora.
En el proceso electoral en curso, deberíamos exigir candidatos con propuestas claras respecto de este fenómeno nacional que nos da vida y al mismo tiempo muerte y destrucción nacional. Botemos a la mafia criminal que nos gobierna y elijamos autoridades con propuestas para rescatar nuestro país, por Pataz y todos los departamentos dominados y explotados por el crimen, por el Perú y los peruanos.