Las cuatro intendencias del cambio
Gobernar es gestionar, pero también es construir protagonismo popular y transformación social
Entre el 10 y el 11 de julio asumirán todas las autoridades departamentales y municipales electas en las elecciones del 11 de mayo. Entre ellas asumirán 4 intendentes frenteamplistas, 203 edilas y ediles y 186 concejales y concejalas municipales, 32 de los cuales serán alcaldes y alcaldesas.
Queda así definitivamente conformado el espacio institucional y el gobierno en sus diferentes niveles. El Frente Amplio (FA) emerge de este largo ciclo electoral, iniciado en junio de 2024, como la principal fuerza política del Uruguay.
Es la fuerza política más votada, con amplísima diferencia con respecto a la segunda; logra el gobierno nacional; la mayor bancada parlamentaria, con mayoría propia en el Senado, y a eso le suma el gobierno de cuatro de las principales intendencias departamentales del país, presencia en las 19 Juntas Departamentales y en un importante número de municipios.
Cabe recordar que, en las elecciones departamentales y municipales del 11 de mayo, el FA logró cuatro intendencias departamentales: Montevideo, Canelones, Río Negro y Lavalleja.
El FA alcanzó presencia en las 19 Juntas Departamentales y obtuvo 203 edilas y ediles.
El FA ganó en 32 municipios de 136; 6 en Montevideo: el A, el B, el C, el D, el F y el G; 18 en Canelones: Ciudad de la Costa, Del Andaluz, Las Piedras, La Paz, Pando, Canelones, Santa Lucía, Progreso, Paso Carrasco, Barros Blancos, Ciudad Líber Seregni (Colonia Nicolich), Salinas, Suárez, Parque del Plata, Santa Rosa, La Floresta, Montes, Aguas Corrientes; 4 en Salto: Villa Constitución, Belén, Rincón de Valentín y Mataojo; 1 en Río Negro, Young; 1 en Colonia, Juan Lacaze; 1 en San José, Ciudad del Plata y 1 en Rocha, La Paloma.
El FA consiguió 186 concejalas y concejales municipales.
Todo eso es parte de la correlación de fuerzas real de la sociedad, en toda la potencialidad y avance que expresa lo conquistado y también en las limitaciones que muestra.
Los gobiernos departamentales encabezados por Mario Bergara, en Montevideo; Francisco Legnani, en Canelones; Guillermo Levratto, en Río Negro y Daniel Ximénez, en Lavalleja, son una parte importante de las herramientas políticas del bloque histórico, político y social, democrático y radical de los cambios. Por eso desde el título de este editorial las denominamos como las cuatro intendencias del cambio.
Por supuesto que cada una tiene sus especificidades, sus desafíos particulares, sus prioridades, expresadas incluso en sus programas de gobierno departamentales y que se manifestaron en los discursos de asunción de cada quien. Por supuesto que deben dar respuesta a las demandas concretas de cada departamento, y cada ciudad o localidad en el caso de los municipios.
Pero no es menos cierto que en ese juego dialéctico entre lo general y lo particular, donde lo primero expresa lo segundo pero no lo anula ni lo absorbe por completo y donde lo segundo solo encuentra la forma de realizarse plenamente proyectándose en lo primero, las intendencias y los municipios frenteamplistas son parte de un proyecto de país de dimensión y proyección nacional, y es en él y como parte de él, que tienen más posibilidades de concretar sus potencialidades y transformarlas en materialidad transformadora.
Esa pertenencia orgánica al bloque político y social del cambio se mostró claramente en los discursos de asunción, en las prioridades marcadas.
Son factores comunes el compromiso con la democracia, es decir con la libertad y con la igualdad; la centralidad de la participación ciudadana en los gobiernos departamentales y municipales; la ética y el cuidado de los recursos públicos; la implicación de las y los trabajadores de las intendencias en la gestión de gobierno; la reivindicación artiguista de que los más infelices sean los más privilegiados; la concepción de los gobiernos departamentales y municipales como espacios de realización y reconocimiento de derechos y no solo de administración; el valor del programa de gobierno como un compromiso a construir en conjunto con la ciudadanía.
Es común la definición de que gobernar implica gestionar bien, con responsabilidad y con capacidad los asuntos públicos, pero también construir ciudadanía, igualdad, democratizar la sociedad y el poder, es decir, hacer política, en el sentido profundo y transformador que esa palabra tiene.
Y que esta definición, tan central en estos tiempos, vale para el gobierno nacional, el departamental y el municipal.
Gobernar es gestionar, claro que sí y de manera relevante, pero también es defender un proyecto de país y de sociedad, construir ideas y prácticas sociales superadoras del actual estado de cosas.
Todo eso tienen el desafío de desplegar las intendencias y los municipios frenteamplistas.
Para que eso sea posible es vital construir el tamaño de pueblo organizado capaz de impulsar y protagonizar esos procesos de transformación en la sociedad.
Esa es la tarea más importante de las y los frenteamplistas, cada día. Vale recordarlo y recordárnoslo cuando compañeras y compañeros asumen responsabilidades tan importantes y por las cuales luchamos durante tanto tiempo.
Este 10 y 11 de julio, asumieron las cuatro intendencias y los 32 municipios del cambio.
Atesoremos el avance popular que eso implica y comprometamos todo nuestro esfuerzo para que puedan contribuir de la mejor manera al proceso de transformación de nuestra sociedad.
Ese esfuerzo que empieza, hoy mismo, dando respuesta a los problemas concretos y urgentes de nuestro pueblo, pero que incluye, necesariamente, levantar la perspectiva transformadora que le da sentido y profundidad.