México | Violación, no embarazo adolescente: niñas de 10 a 14 años son víctimas invisibles – Por Elizabeth González-Manrique

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Violación, no embarazo adolescente: niñas de 10 a 14 años son víctimas invisibles

Las estadísticas oficiales dan cuenta de alumbramientos en México por parte de menores en relaciones en las que las parejas son mayores en ambientes permisivos

por Elizabeth González-Manrique

Datos difundidos por la Secretaría de Salud revelaron que al menos 30 nacimientos registrados en 2024 corresponden a madres menores de edad, algunas de entre 10 y 12 años, en tanto los padres, algunos de ellos parte del círculo familiar de las niñas, tienen entre 30 y 65 años de edad.

Además de exigir acciones inmediatas ante este problema, tanto legales como institucionales, organizaciones a favor de la niñez buscan que se fortalezca la educación sexual en instituciones de educación básica, con el objetivo de que las niñas, niños y adolescentes comprendan lo que les sucede en caso de ser víctimas de este tipo de delitos.

Estos embarazos demuestran las fallas en materia de prevención, investigación y protección a la infancia, además de la falta de endurecimiento de castigos en casos de abuso sexual contra niñas.

De acuerdo con especialistas, la violencia deja marcas profundas en la vida de los menores de edad, pues se trata de eventos que afectan la salud mental, física y emocional.

INEGI reporta 101 mil nacimientos de menores de edad; especialistas advierten abuso sexual

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante 2023, se registraron 101 mil 147 nacimientos de madres entre 10 y 17 años, lo que representa el 5.6 por ciento del total de nacimientos registrados en el país.

Los estados que cuentan con las tasas más altas de nacimientos en este grupo etario son Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

No obstante, de acuerdo con especialistas, la edad de consentimiento es a partir de los 15 años de edad, por lo que en el caso de embarazos de niñas de entre 10 y 14, se considera que este es producto de abuso sexual, en lo cual se considera la edad del padre.

Juan Martín Pérez, director de la organización Tejiendo Redes Infancia América Latina y el Caribe, menciona que este es uno de los puntos más importantes a destacar en torno al llamado embarazo adolescente, aunque son a menudo niñas, quienes forman parte de esta estadística.

Cuando hablamos del tema de embarazo adolescente, tenemos que hacer marcadas diferencias. La primera es que las niñas de 10 a 14 años, que son segmentos que generalmente la Secretaría de Salud marca para poder hacer contrastes con otros países, estamos hablando, de que en esos rangos de edad, tenemos que considerar automáticamente que hubo una violación, porque por la edad no se podría considerar que hubo consentimiento.

“Cuando estamos hablando de adolescentes de 15 a 17 años, tendríamos que ubicar criterios, primero, si fue en sociedad con otra persona adolescente, con otro par en rango de edad bastante similares. Generalmente lo que hemos observado en los datos, cuando se van desagregando, estos nos muestran que es cada vez más frecuente que los embarazos tempranos, de niñas y de adolescentes, son con hombres adultos”, explica.

Las tablas oficiales, compartidas por la Secretaría de Salud, en las que están los datos de las madres más jóvenes que dieron a luz en el país durante 2024 y la edad de los padres, causaron indignación entre la sociedad debido a la disparidad entre los progenitores.

De acuerdo con las cifras compartidas por la dependencia federal, niñas de 10 años, residentes en el Estado de México, Chiapas y Guerrero, se convirtieron en madres, en tanto las edades de los padres de los neonatos oscilaba entre los 16, 17 y 32 años de edad, lo que reveló diferencias de hasta 22 años.

Más de 6 millones de mexicanas sufrieron abuso sexual infantil: mayoría por familiares
Datos provenientes de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares refuerzan estos y lo dicho por Pérez ya que, según este ejercicio demoscópico, el 12.6 por ciento de las mujeres en México reportó haber sufrido alguna forma de violencia sexual antes de cumplir los 15 años.

Esto significa que más de 6 millones de niñas y adolescentes han sido víctimas de tocamientos indebidos u otras formas de agresión sexual, los cuales, en su mayoría, han sido pepetrados por familiares cercanos como son hermanos, primos, tíos, abuelos y/o padres.

Casos como el de la influencer mexicana afincada en Corea del Sur, Mariel Ortega, quien recientemente denunció públicamente el abuso sexual que sufrió de manera prolongada por parte de su padrastro, que resultó en un embarazo adolescente, son la muestra de esta realidad vivida por miles de niñas en México.

De acuerdo con Ortega, con anuencia de su madre, pareja del presunto abusador, su padrastro abusó de ella de los cuatro a los 16 años. Primero comenzó con tocamientos y exhibicionismo frente a ella, entre los cuatro y 10 años de edad, momento en el que consumó la violación en contra de Mariel.

Él me pegó porque yo no sangré y me acusó de no ser virgen, de haber ‘estado’ con alguien en la escuela y le dijo a mi mamá que yo no era señorita, por lo que ella también me pegó”, reveló Ortega en un podcast.

La joven menciona que el abuso continuó, a pesar de reportarlo a su madre quien le solicitó “acercarse a un compañero de la escuela para culparlo a él”.

Sin embargo, la familia optó por ocultar el embarazo y hacer pasar a la bebé resultante de la gesta como hija de su madre y su esposo. Al momento, Mariel busca justicia para ella y su hija, quien aún se mantiene en custodia de los agresores.

Cosificación e hipersexualización: expertos alertan sobre causas estructurales del embarazo infantil
Respecto a los datos ofrecidos por la Secretaría de Salud en torno al embarazo infantil y adolescente, los cuales fueron retomados por usuarios de redes sociales como la analista de datos y divulgadora científica, quien se identifica como Montse, Juan Martín Pérez, de Tejiendo Redes Infancia, menciona que parte del problema es la normalización de la cosificación de las menores de edad, a quienes se les insta a crecer a pesar de encontrarse en otra etapa.

Juan Martín Pérez también mencionó que otra de las situaciones que abonan a este caldo de cultivo es la llamada “cultura de la violación”, que tolera y permite que se abuse de las mujeres.

La sociedad ha normalizado la cosificación de las niñas, a través de varias formas, desde la hipersexualización, que viven por la ropa, los bailes, la forma que se les presiona socialmente para ser grandes y ser mujeres, usar maquillaje y hacer actividades que son propias de una persona adulta.Y eso es una responsabilidad social que se normaliza.

Por otra parte, hay una cultura, que constantemente los grupos feministas han denunciado, como una ‘cultura de la violación’ o que quienes trabajamos en la promoción y defensa de derechos de niños y niñas, hablamos de una cultura de la pedofilia, contando con productos culturales que romantizan esta violencia sexual pedófila, siendo el caso de la novela, y luego película, exitosa de »Lolita’. Este concepto de las Lolitas, permite a los hombres mayores justificar e incluso verse como víctimas de la seducción de niñas, que no permiten que ellos tengan control de sus impulsos”, explica Pérez.

Pérez menciona que el machismo presente en la sociedad mexicana es otra de las razones por las que se toleran y proliferan los delitos sexuales en contra de menores de edad.

Cuando hablamos de una ’cultura de la violación’, la cultura de la pedofilia, nos referimos precisamente a esto de cómo la la cultura machista normaliza estas situaciones de desigualdad”, menciona.

De acuerdo con Juan Martín Pérez estos casos ocurren debido a la desigualdad de edad, económica y de género, condiciones que hacen más vulnerables a las niñas y las convierten en víctimas potenciales.

Se tratan de relaciones basadas en la desigualdad por edad, que entre más pronunciada más escandalosa; en una desigualdad económica, que generalmente las niñas en todas estas historias y casos están en condiciones muy precarias, y en una desigualdad de género, pues es una realidad que solo por ser hombres, tenemos muchas más ventajas que las mujeres.

“Entonces, si sumamos desigualdad de género, económica y de edad, esto se traduce en, claramente, una condición de desventaja para las niñas, lo que se documenta en distintas investigaciones de Naciones Unidas, que revelan que las niñas y adolescentes atrapadas en estas relaciones van a enfrentar varios problemas a lo largo de su vida”, afirma.

Embarazo adolescente en México: sin recursos ni atención integral pese a ser el más alto en la OCDE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reporta que la tasa de embarazo adolescente en México es la más alta de todos los países afiliados, con una fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública, el 23 por ciento de los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años de edad, en tanto cifras del Consejo Nacional de Población revelan que los adolescentes comienzan a mantener relaciones a una edad promedio de 15.5 años. Adicionalmente, estadísticas del Instituto Nacional de Perinatología indican que sucede a los 14.6 años, en promedio.

El Estado mexicano, que representa la treceava economía más grande del mundo y que forma parte de las 20 economías más grandes del mundo de la OCDE, respecto a embarazo adolescente, tiene un indicador que no corresponde con su nivel de desarrollo económico”,asegura Juan Martín Pérez, director de la organización Tejiendo Redes Infancia América Latina y el Caribe.

El coordinador de Tejiendo Redes comenta que aunque el Estado mexicano ha avanzado de manera paulatina con la disminución del embarazo adolescente y de las uniones tempranas, hay evidencia en política pública que muestra que para lograrlo se necesita una estrategia nacional que México ya tiene, la Estrategia nacional para la prevención del embarazo adolescente. No obstante, se necesita un diálogo público para hacer un tránsito cultural.

Pese a esos avances que se mueven, por ejemplo, tuvimos retrocesos cuando estuvieron Fox y Calderón porque su visión, de derecha y religiosa en el gobierno, disminuyó los presupuestos (para) lo que tenía que ver con educación sexual y prevención de embarazo adolescente.

“Tuvimos otro avance pequeñito en el sexenio de Peña Nieto, cuando se desarrolla la Estrategia nacional de prevención del embarazo, que se mantiene en la administración de López Obrador, pero sin recursos públicos”, relata.

Por otra parte, organizaciones como Reinserta acusan fallas de política pública y seguimiento de medidas, por lo que sugieren que se implemente, de manera inmediata, una Ruta Nacional de Atención Integral a niñas víctimas de violencia sexual, con acceso efectivo a atención médica, psicológica, legal y educativa especializada, además de la activación obligatoria de protocolos de denuncia y protección en hospitales, escuelas y registros civiles, ante cualquier embarazo infantil.

Por su parte, José Pablo Balandra, director estratégico de alianzas de Reinserta, menciona que necesita trabajarse en la atención de víctimas y de su entorno familiar.

Hoy tenemos una Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, donde hay ciertas canalizaciones para la atención terapéutica, pero, esto no es nada más con la víctima, sino que esto se extiende al entorno familiar. Entonces, ahí hay un área de oportunidad interesante para plantearnos cómo estamos interviniendo ante esta problemática, que no nada más afecta a una persona, sino a un núcleo familiar”, aseveró.

Tanto Balandra como Pérez, celebraron que la Secretaría de Educación Pública, a cargo de Mario Delgado, presentaran los nuevos Lineamientos para la prevención, atención y erradicación de la violencia sexual en educación básica, publicados en el Diario Oficial de la Federación el pasado 30 de mayo.

Se trata de un marco normativo que establece acciones claras y obligatorias para prevenir, detectar, intervenir, notificar, canalizar y dar seguimiento a situaciones de violencia sexual en el entorno escolar.

Celebramos que dentro del calendario de la SEP se incluyera una semana sobre la prevención, la atención y la educación de la violencia sexual y como, desde las escuelas, se generan contenidos y sensibilización, lo que es importantísimo.

“Sin embargo, ahora tenemos que replantearnos a nivel presupuestal y de capacidades instaladas que existen, cómo atendemos y cómo entornos como las escuelas realmente favorecen los procesos para que se puedan hablar estas situaciones y se puedan canalizar con quienes deben ser tratadas”, concluyó Balandra.

Reporte Índigo


No son embarazos infantiles, ‘son abusos’: Citlalli Hernández, secretaria de la Mujer, opinó ante casos

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, durante su conferencia ‘Mañanera del Pueblo’ del pasado 3 de julio, habló sobre la inquietud de los treinta casos de embarazo infantil, de niñas (de 10 a 12 años de edad) que se han convertido en madres y cuyas parejas son adultos mayores (de 30 hasta 50 años de edad).

“La verdad no tenía esta información. Qué bueno que la planteas. Y lo plateamos tanto en la Secretaría de Salud como en el Gabinete de Seguridad. Tienen razón los colectivos (feministas). Tienen razón, hay que investigarlo y mañana retomamos el tema. Se tiene que investigar, pueden ser casos de delito penal”, enfatizó.

Por la gravedad que representa el asunto, también se incluyó la opinión de Citlalli Hernández Mora, titular de la Secretaría de la Mujer del Gobierno Federal, quien señaló la crudeza de la problemática.

“Primero, creo que es importante ya no mencionarlo como embarazo infantil, es abuso sexual. Cuando ve los datos de una mujer que da a luz a los 12 años y que el supuesto padre es de 50 años no puede ser embarazo adolescente, es abuso sexual. Entonces, desde el sexenio pasado se ha implementado la estrategia nacional de atención a embarazo adolescente, la INAPEA”, pronunció Hernández.

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Y añadió que los casos de embarazos en niñas y adolescentes ha disminuido, “Sin embargo, no es suficiente, hay que focalizarlo en territorios como Michoacán, Oaxaca, Guerrero. Nosotras estamos prontas a llamar a todos los gobernadores donde se concentra más”.

La funcionaria reprobó la diferencia de edades entre las niñas que maternan y los padres, lo que viene considerándose como un delito.

“En el poder judicial para que nos ayuden con ello, en el poder en los dos ejecutivos federal y y local para fortalecer una estrategia de prevención del embarazo, una estrategia de educación sexual, un trabajo educativo, cultural en las comunidades que nos permita, insisto, uno, dejar claro que es un delito, porque es abuso sexual y dos, eh, trabajar donde más se está dando este fenómeno para reducir esa cifra”, refirió Citlalli.

La secretaria de las Mujeres indicó que la estrategia tiene que enfocarse en los territorios de mayor incidencia. Finalmente, reiteró que se ha registrado una disminución del 10 por ciento en el embarazo infantil.

EXPONEN CASOS DE ‘EMBARAZOS INFANTILES’ EN MÉXICO

Datos de la Secretaría de Salud indican que en 2024, fueron madres tres niñas de 10 años, 14 de 11 años y 13 de 12 años.

En contraste, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en 2023: 108 embarazos en menores de 10 años; 155 en niñas de 11 años; 254 en mujeres de 12 años y mil 144 en menores de 13 años.

La información compartida en redes sociales muestra que las entidades con más casos de maternidad infantil fueron Puebla, Chiapas, Veracruz y Guerrero.

Al darse a conocer estas cifras, internautas extendieron un llamado a las autoridades federales para que se fortalezcan las políticas públicas de prevención del abuso sexual infantil. Del mismo modo piden mejorar la educación integral en sexualidad y robustecer la atención institucional especializada para niñas víctimas de violencia sexual.

La Vanguardia


 

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