Cuba enfrenta el desafío retomar el crecimiento económico sin perder logros sociales – Por Gabriel Vera Lopes

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Cuba enfrenta el desafío retomar el crecimiento económico sin perder logros sociales

Por Gabriel Vera Lopes

La economía cubana enfrenta una crisis agravada por las sanciones y los desafíos internos, buscando el desarrollo con justicia social.

La economía cubana atraviesa una etapa particularmente compleja. Los efectos prolongados de la guerra económica —acentuados por el endurecimiento de las sanciones y las restricciones al acceso a financiamiento—, sumados a dificultades internas, han configurado un escenario desafiante para el aparato productivo del país.

En los últimos cinco años, la actividad económica se ha contraído un 11 %, según informó el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Frente a este panorama, el presidente Miguel Díaz-Canel ha subrayado que los desafíos de la Revolución “no solo son resistir, sino también crear”. Con ese espíritu, durante el quinto período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, se debatieron los principales retos económicos del país.

Crecimiento con justicia social

El principal desafío de Cuba es recuperar su capacidad de crecimiento económico. Así lo sostiene el economista Carlos Enrique González, quien advierte que, si bien el crecimiento es necesario para salir de la crisis, no es suficiente por sí solo para sostener el proyecto socialista.

“En Cuba siempre hemos dicho que el crecimiento del producto interno bruto no basta. No alcanza con que la economía crezca. Para que un país se desarrolle y su gente viva mejor, ese crecimiento debe ir acompañado de políticas que orienten los nuevos recursos hacia el bienestar de la población y el desarrollo nacional”, afirma González.

Aunque reconoce algunos avances, el investigador señala que persisten dificultades para implementar las transformaciones necesarias. Un paso importante fue la presentación del plan de estabilización a fines de 2023, que permitió reducir el déficit fiscal y controlar la emisión monetaria, contribuyendo a desacelerar la inflación.

“Aunque no se ha logrado detenerla por completo, sí se ha conseguido ralentizarla. También se ha registrado una apreciación del tipo de cambio informal. Esto refleja un esfuerzo por preservar el valor de la moneda nacional.”

Sin embargo, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el del mercado paralelo sigue siendo amplia. En este contexto, González destaca el impulso de un mercado cambiario oficial orientado a respaldar al sector productivo.

“La creación de un mercado cambiario al que puedan acceder ciertas empresas estatales va a ayudar mucho a la producción. Pero uno de los principales obstáculos para recuperar la capacidad productiva son los precios. Muchas empresas estatales venden sus productos a precios fuertemente subsidiados, lo cual tiene buenas intenciones: hacerlos accesibles para la población. Sin embargo, sus costos superan los ingresos, lo que termina afectando su productividad y sostenibilidad.”

Por ello, insiste en que cualquier ajuste debe ir acompañado de políticas que protejan a los sectores más vulnerables, con mejoras en pensiones y salarios, para evitar exclusiones. Este enfoque, asegura, ya comienza a aplicarse en algunos sectores.

Los debates sobre cómo salir de la crisis son profundamente complejos. El bloqueo estadounidense reduce drásticamente el margen de maniobra de la isla. Aunque no todos los problemas derivan directamente de él, sin duda todos se ven agravados por su existencia. No se trata solo de pérdidas económicas, sino también del modo en que condiciona la vida nacional: una parte significativa de los recursos —materiales y simbólicos— debe destinarse a contrarrestar sus efectos, lo que limita la capacidad de respuesta ante los desafíos internos.

González subraya que, pese a este panorama, los fundamentos de la Revolución Cubana siguen firmemente anclados en el compromiso social. “Históricamente, el capitalismo ha resuelto sus crisis con fríos cálculos que priorizan la acumulación de capital por sobre la vida humana. Cuba, en cambio, continúa priorizando la inversión social. El gran reto es sostener esa inversión de manera sostenible.”

Energía, inversión y planificación estratégica

Uno de los ejes centrales de la recuperación económica es el sector energético. Según González, Cuba está apostando con fuerza por las energías renovables, en particular la solar fotovoltaica. Desde mediados del año pasado, el país impulsa un plan de renovación del sistema energético, actualmente dependiente de antiguas centrales termoeléctricas alimentadas por combustibles fósiles. El bloqueo complica la importación de combustible, encareciendo significativamente los costos.

“En ese aspecto se ha avanzado mucho. Existe un plan para instalar más de 2.000 megavatios mediante paneles solares. Solo en lo que va del año ya se han instalado 500 megavatios, una cuarta parte del objetivo.”

Esta estrategia no solo mejora la matriz energética, sino que también permite liberar divisas para la adquisición de combustibles y bienes esenciales.

La inversión en energías renovables forma parte de un conjunto de reformas orientadas a facilitar la inversión extranjera directa, sin renunciar a la soberanía sobre los recursos clave.

“Se trata de crear condiciones para que esos recursos externos impulsen el sector productivo. Pero, para que ese impulso sea efectivo, es clave mejorar la articulación entre el sector estatal y los nuevos actores económicos no estatales. Existe consenso en que esa relación debe construirse sobre bases productivas.”

Entre los temas más debatidos está el modelo de planificación económica socialista. González considera que las decisiones sobre inversiones son un punto crucial en esa discusión.

“En los últimos años, el sistema de inversiones no ha contribuido al crecimiento. Se priorizó el turismo, con la construcción de hoteles, en un contexto de caída sostenida del número de visitantes.”

La política de “máxima presión” aplicada por Estados Unidos, con medidas como la negación de visas a quienes hayan visitado Cuba, ha afectado especialmente al turismo europeo, reduciendo su flujo hacia la isla.

“Mientras se invertía en turismo, no se aseguraron insumos esenciales para sectores productivos como la agricultura. Este es uno de los principales cambios que el país debe asumir.”

Finalmente, González advierte sobre el impacto del proceso de dolarización parcial, implementado como estrategia para captar divisas en medio de la presión externa.

“Esa medida incrementó la demanda de divisas dentro de la economía y provocó la aparición de un mercado cambiario paralelo con un tipo de cambio elevado. Ese entorno dificultó la captación de divisas por parte del Estado, y la ausencia de un mercado cambiario oficial terminó afectando gravemente al sector productivo.”

Lejos de ceder ante la adversidad, González afirma que el verdadero desafío es construir soluciones propias: recuperar el crecimiento económico con justicia social, diversificar la base productiva y preservar la soberanía, sin abandonar el compromiso social y popular. Cuba no ha elegido las condiciones en las que se libra su lucha. Pero sí ha elegido luchar por la dignidad, la equidad y la construcción de un futuro más justo, a pesar de las adversidades.
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* Texto original publicado en Brasil de Fato


 

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