Uruguay: Trueque con Sol, la solidaridad en juego.
Claudia Suárez Delgado
Frente a la realidad actual de empobrecimiento, no solamente económico, sino también de los vínculos, distintos colectivos buscan alternativas para poner el valor de la vida al centro. Uno de estos colectivos es Trueque con Sol, el artículo de hoy decidí hacerlo en primera persona ya que soy parte de este colectivo. Trueque con Sol surge en el año 2020, se trata de una herramienta de intermediación solidaria a través de la cual las personas pueden trocar objetos y servicios utilizando una aplicación en su celular.
Esta herramienta permite que el trueque pueda darse entre más de dos personas sin necesidad de trocar uno a uno. Cuando una persona se acerca a la organización y decide comenzar a participar se le asigna una billetera electrónica con un monto de Soles, con ellos podrá adquirir y podrá brindar objetos en las ferias de los nodos.
Cada nueva persona que se integra será parte de alguno de los nodos, grupo de referencia en el que participará, generará ideas, actividades, pero podrá intercambiar en cualquiera de las instancias de feria existentes. Al día de hoy en Uruguay tenemos tres nodos en Montevideo, dos nodos en Canelones y dos en Colonia y el almacén de trueque con sol que funciona los martes a la tarde en Ciudad Vieja, en Casa de Piedra, local que comparte con otras organizaciones sociales.
Podemos encontrar en Latinoamérica y en España otros colectivos que funcionan de la misma forma en Argentina, Ecuador, Chile, en muchos de estos lugares se les llama monedas sociales.
Trueque con Sol se trata de una herramienta de intercambio y no de una moneda, decidimos denominarlo así porque no tiene valor de cambio y a su vez el monto que se le pondrá a cada objeto que es trocable dependerá de muchas cosas que no necesariamente se rigen por las leyes del mercado, muchas veces en la asignación de ese valor tendrá que ver la necesidad de la otra persona, el valor afectivo que el objeto tenía para mí o el valor afectivo que le doy a que la otra persona pueda llevarse el objeto.
Esta actividad tiene impactos a distintos niveles. En primer lugar, le da la oportunidad a objetos que están en las casas y que ya no son utilizados que puedan encontrar una nueva vida con otras personas, previo a cada feria los integrantes de los nodos realizan listados sobre las necesidades que tienen y sobre las cosas que tienen para trocar en sus casas.
Esto obliga a la persona a pensar que está necesitando. Lo cual va en contra de dos de los perjuicios mayores del consumismo y el supermercadismo como representante del mismo.
El consumismo genera en las personas la confusión entre la necesidad y el deseo, algunos colectivos hablan de la creación de “decesidades”, aquellas necesidades creadas por el mercado, donde se atan el ser al tener, el placer al tener, la necesidad de tener lo último más allá de su utilidad, esta práctica del trueque de pensar previamente a la actividad cuáles son las cosas que estoy necesitando realmente obliga a centrarnos y reconocer nuestras necesidades.
A su vez, permite combatir la sobreexigencia que estamos teniendo sobre el planeta al producir demasiada basura. El hecho de que se consuman y se descarten muchos bienes que muchas veces están utilizables va generando un problema de sustentabilidad en cuanto a cómo gestionar la basura.
De allí la importancia de encontrarle nueva vida a los objetos y disminuir los montos de basura. También permite contar con la alegría de encontrar en nuestro hogar cosas que son útiles para otras personas y que ya en nuestra casa no tenían valor.
Esta forma de intercambio también combate la despersonalización del mercado. En cada encuentro los participantes al llegar arman un espacio de conversación, donde se cuentan cómo están, cómo se sienten, comparten nuevas ideas y qué cambios pueden realizar a la organización. Luego tienen una etapa de trueque y al finalizar también cuentan cómo se van y cómo se sienten al irse.
De esta forma la participación en los nodos no solamente tendrá un impacto a nivel económico en cuanto al ahorro sino también un impacto en cuanto a la generación de redes de sostén y también un impacto en cuanto a la generación de capacidades de participación y de gobernanza.
El consumismo ha ido despersonalizando los intercambios. Al comprar algo en un supermercado o un shopping no tengo idea de quién lo produjo, ni en qué condiciones, ni dónde, ni cómo. Estas formas de intercambio de cercanía permiten tomar mejores decisiones en cuanto a qué es lo que uno desea adquirir.
Este tipo de actividades genera una ganancia afectiva que no solamente impacta en el valor de la ganancia económica sino también en los niveles de satisfacción en cuanto a la pertenencia, a la puesta en juego de la solidaridad, al sentir que se brinda un aporte al bien común, al sentirse siendo parte de una economía centrada en la cooperación y el bienestar colectivo y no en la ganancia competitiva.
Por otro lado, este tipo de colectivos aportan a la construcción de nuevas formas de participación y construcción de poder popular al ser organizaciones que deciden y definen sus formas de organización. actividades, discursos comunes, entre otras van permitiendo un ensayo de nuevas formas de participación y gobernanza.
Como dice el colectivo “porque otros mundos son posibles y en el centro la persona” Trueque con sol.