Petróleo: dominio estratégico
John Saxe Fernández *
Desde la oficina de Trump, de donde surgen iniciativas como la de cambiarle el nombre al Departamento de Defensa por Departamento de Guerra, acaso más realista, se buscó generar un ambiente amenazante como escenario para la visita de Marco Rubio, secretario de Estado estadunidense a la Ciudad de México, quien se reunió con la presidenta Claudia Sheinbaum a fin de discutir problemas de seguridad, con el despliegue de barcos de guerra y un submarino de Estados Unidos con potencia nuclear en las cercanías del mar Caribe, amenazando a Venezuela, principal reserva estratégica de petróleo del mundo como telón de fondo.
La urgencia por el petróleo en proceso de agotamiento se le está planteando a EU como de prioridad tan extrema que lo puede llevar a cometer graves errores, que van desde el robo (saqueo) de petróleo tanto en Siria, Libia o México, que sufre de extracción ilegal del combustible que va de México a Texas –proceso que conocemos como huachicoleo–, donde es procesado, convertido en gasolinas, aceites y otros productos que son regresados a nuestro país para su venta con sobreprecio, hasta la amenaza de una intervención militar contra Venezuela, intentando generar escenarios de guerra regionales que no sólo serían un desastre humanitario para nuestra región, sino que agravarían aún más la poca capacidad de acceso que tiene Estados Unidos a un recurso que se agota a pasos acelerados.
Mientras opositores venezolanos como Corina Machado saludaban la posibilidad de intervención militar de EU contra su propio país y contra su propia gente, Washington, acaso en espera de un levantamiento de dicha oposición, encontró un proceso de organización para la defensa de la soberanía nacional que en sólo dos días reunió 8 millones 200 mil ciudadanos y ciudadanas como parte de las milicias populares.
En un evento confuso –Venezuela duda de su veracidad– el martes 2 se registro un ataque letal contra un bote ( boat), dijo Trump en sus redes, que las repetidoras de los medios corporativos convirtieran en barco y el New York Post en “un buque narcotraficante venezolano” (sic), que a la postre y según los videos resultó ser una lancha con 11 personas que habrían sido asesinadas, sin comprobar identidad o pertenencia al Tren de Aragua y menos que transportaran drogas, las cuales, según Trump, “salen abundantemente de Venezuela”. Tampoco fueron previamente interceptados como tendría que haber sucedido.
Tan se tiene que aclarar este extraño ataque, que fue el eje de las preguntas que se hicieron al secretario Rubio y al canciller De la Fuente en la conferencia de prensa que dieron al finalizar los encuentros.
La primera pregunta de la agencia Ap a Rubio giró en torno a la embarcación que fuera destruida por las fuerzas militares de EU:
“¿Por qué usted estaba tan convencido, tan seguro de que eran integrantes del Tren de Aragua a bordo, qué tipo de droga transportaban y hacia donde iban?” También se retomaron las preocupaciones de algunos dirigentes de la región sobre si Estados Unidos vuelve a la diplomacia de las armas, como era anteriormente, y otra periodista complementaba la inquietud al preguntar cómo una acción de esta naturaleza encaja en los códigos de uso de la fuerza militar de Estados Unidos en esos casos. Marco Rubio contestó algo muy preocupante: lo que hizo el presidente Trump es eliminar una amenaza inmediata ( sic). Nosotros tenemos inteligencia y los interceptamos, pero sólo pierden una carga. Este presidente ya no lo va a permitir, “ya no nos vamos a quedar sentados”.
Otras preguntas giraron en torno a si se tenía contemplado invadir Venezuela, y la postura de México sobre este conflicto. El canciller De la Fuente se mantuvo dentro de la enunciación de nuestros principios constitucionales en materia de política exterior, como el del respeto a la soberanía, a la integridad territorial, la no intervención, la autodeterminación y la solución pacífica de controversias.
Estados Unidos no tiene cómo hacer la transición energética, pero ahí está la reserva estratégica venezolana y ese es un grave problema para nuestra región. Esteban Carrillo, periodista ecuatoriano y editor del medio The Cradle, señala cómo el flujo de la droga hacia EU proviene mayoritariamente del Pacífico, pero el Comando Sur está militarizando las costas del Caribe, donde se registró ese penoso ataque mortal que mató a 11 personas. Segun Inside Crime, que registra los flujos de la droga en la región, 83 por ciento de los submarinos incautados han salido de Ecuador y apenas 14 por ciento de las costas del Caribe.
La inestabilidad del acceso al petróleo es parte de un escenario muy riesgoso de guerra mundial. Vale la pena mencionar la participación de Samuel Moncada, embajador de Venezuela en la ONU, quien al condenar la presencia militar y nuclear en el Caribe hizo alusión al Tratado de Tlatelolco, el cual estableció desde 1968 la desnuclearización de nuestra región, obligando a Washington a respetar la declaratoria de nuestra América Latina y caribeña como una zona libre de armas nucleares, una zona de paz.
* Doctor en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Primer premio nacional de periodismo 2008; Investigador nacional Nivel III; Coordinador del programa «El Mundo en el Siglo XXI» del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.